Fábrica de harinas San Antonio — Attraction in Medina de Rioseco

Da gusto ver a alguien que disfruta de su trabajo. El viernes 9 de de agosto nos acercamos mi mujer y yo desde Madrid -escribo yo, pero como si lo hiciese ella-(veníamos de Mérida y camino a Cantabria) para visitar esta maravilla, sin saber que lo es y que también lo es Rosa, la persona que nos enseñó con tanto cariño cada planta, cada máquina, casa secreto. Como éramos la última visita de la tarde y estábamos solos, la media hora se convirtió en casi una, y disfrutamos desde el primer minuto. La manera que tiene Rosa de explicar todo es muy clara, ya que ha buscado por un lado la sencillez y por otro se las ha ideado para seguir un orden que permite entender todo mucho mejor. Cada pregunta quedó respondida y salimos de allí con la satisfacción de haber acertado haciendo noche en Medina de Rioseco para poder conocer esta joya. Gracias al Ayuntamiento por conservarla y gracias a Rosa por habernos trasladado al pasado enseñándonos tantas...

La Fábrica de Harinas «San Antonio» situada junto a la dársena del Canal de Castilla, que servía en sus años de esplendor a la molturación del grano, es hoy en día un museo. Industrias como las harineras o las de papel se instalaron en las orillas del Canal, incluso las dedicadas a la reparación de embarcaciones. Un ejemplo es esta fábrica de harinas que conserva toda su maquinaria. Muy interesante para todo aquel que visita el Canal y quiere tener una visión completa de lo que fue en su día. La presencia del Canal, que servía de medio de transporte y de fuerza motriz para sus turbinas, hizo que proliferaran a sus orillas instalaciones fabriles dedicadas a moler cereales, como la cebada y trigo...

Realizando un viaje de turismo de interior decidí finalizar en este maravilloso pueblo. La mejor elección que hice fue lo primero visitar esta maravillosa fábrica. Tuve suerte de ir antes de la visita guiada y compartir una bonita e interesante charla con la chica que la enseñaba. Nos dió indicaciones sobre qué visitar después. Se conocía al dedillo la fábrica, nos enseñó todo el proceso piso por piso y solo puedo decir una palabra: "gracias". En estos lugares se necesita gente como esta chica que amablemente nos lo enseñó, gente que ame lo que enseña, que ame la zona y que quiera a su pueblo.

Muchas gracias por hacer esta visita más bonita...