El paraje donde se sitúa la ermita y cueva de San Tirso y San Bernabé ya es, de por sí, impresionante. Pero sumado a la estampa de la ermita excavada en la roca, es un lugar sin duda a visitar. Reconozco que las dos veces que he ido no he entrado en la cueva, sí en la ermita, que es de lo más peculiar y a nadie dejará indiferente con total seguridad. Cierto es que creo que ahora (mediados 2020) la visita incluye, por 4€, cueva y ermita, pero en su momento se podían hacer las visitas por separado. Por cierto, si se visita la cueva, importante abrigarse! Aunque sea agosto. Es un consejo que agradecerán. Por otro lado, las fotos corresponden al sumidero del río Guareña, que es una ruta súper cortita que parte desde el parking hacia abajo (hacia arriba se va la ermita) y que lleva, por un entorno vegetal muy exuberante y bonito, hasta el punto donde el río se hunde en las rocas del macizo que ha ido excavando con el tiempo y que da lugar al complejo kárstico. Sólo pasear por el entorno ya merece la pena, pero además hay visitas programadas y guiadas a la cueva Palomera, para los amantes de la espeleología. Todo viene explicado en la web. Los perros pueden pasear por el exterior pero no por las cuevas o la ermita. Hay fuente de agua, unos baños (que estaban clausurados en agosto de 2020) y varios lugares para hacer picnic, además de suficiente aparcamiento. Muy cerca está Puentedey, donde se puede comer y que merece mucho la pena visitar también como población cercana, junto con Espinosa de los Monteros.