Poco después de la fundación de Montblanch, en 1163, se inició la construcción de un primer recinto amurallado que protegía un pequeño castillo situado en la Plana de Santa Bárbara. La expansión de la población hizo insuficiente este cercado pero no fue hasta el reinado de Pedro el Ceremonioso (1336-1387) cuando se inició la construcción del actual recinto amurallado.
El rey Pedro dio la orden de fortificar diversas ciudades de Cataluña (Lérida, Tárrega, el Monasterio de Poblet, Cervera, Barcelona, Tosa de Mar, Gerona y Montblanch). La dirección de la obra fue encargada a fray Guillem de Guimerá alrededor de 1366, según Antonio Palau y Dulcet. Un edicto del monarca fechado el 19 de febrero de 1367 obligaba a los vecinos en dicha Vegueria de Montblanch constituidos que haien acostumbrado recogerse con lur bienes dentro de la dicha Villa de Montblanc y quien no haien Castillo su fortaleza en la que puxen defender con lurs bienes a pagar cuatro sueldos cada seis meses.
Durante la construcción, en enero de 1366, acamparon cerca de la Villa las Compañías Blancas francesas de Bertrand du Guesclin que iban a intervenir en la Guerra de los Dos Pedros. Durante su estancia en Montblanch, recibieron la visita del Conde Enrique de Trastámara, futuro Enrique II de Castilla.
Acabadas las obras, se excavó un foso alrededor de la muralla, excepto en el Baluarte, tramo situado entre el Portal de Sant Antoni y el Portalet de la Sierra. La última actuación en las murallas fue en 1396. Quedaron fuera del recinto los conventos de La Serra, de la Merced y de San Francisco.
No habían pasado ni cien años de su construcción cuando las murallas fueron testigos de la guerra civil catalana (1462-1472) que afectó gravemente la ciudad. Entre los años 1462 y 1466 se produjeron una serie de batallas en las murallas de Montblanch entre tropas de Juan II de Aragón y del Consejo del Principado. Finalizada la guerra, en 1470 se concedió autorización para construir un castillo mejor fortificado en Montblanch así como ampliar el recinto amurallado. La obra sin embargo, no llegó a hacerse realizarse nunca.
El fin del cercado de Montblanch la firmó, el general español Juan de Pallaviccino en julio de 1651, durante la Guerra dels Segadors (1640-1652), Montblanch sufrió varios episodios cruentos que culminaron con un asedio, por parte de las tropas, que significó el expolio y saqueo de la población. El general Pallaviccino ordenó bombardear la fachada de la iglesia de Santa María la Mayor y derribar varios tramos de muralla, torres fortificadas y portales de Montblanch para quitar el calificativo de «plaza...
Read moreThe medieval walls of Montblanc are beautifully preserved and incredibly atmospheric. Stretching for over a kilometer with dozens of towers and historic gates, they offer a real journey back in time. Walking along the ramparts and climbing the towers gives stunning views over the old town and the surrounding landscape. A must-see highlight...
Read moreA well-preserved medieval old town. It is not very big, so you can walk through it nicely. There is not much to do there except walking the streets. If it's on the road, I recommend going through it, but maybe it doesn't make sense to drive...
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