the Monastery of San Xulián de Samos is widely considered the oldest continuously inhabited monastery in Spain.
The Monastery of San Xulián de Samos is a jewel of Galicia tucked into a quiet valley in Lugo, right on the Camino de Santiago. Founded in the 6th century, it has witnessed centuries of history, fires, and rebirths, all of which have left their mark on its architecture. Wandering through its halls feels like stepping back in time — from the grandeur of the Great Cloister, one of the largest in Spain, to the charm of the Cloister of the Nereids with its mythological fountain. The monastery’s church, with its stately Baroque façade, shelters chapels, frescoes, and Romanesque remnants that speak to its layered past.
But Samos is more than stone and history; it’s alive. Monks still live and pray here, keeping centuries of tradition unbroken, while pilgrims continue to find rest and welcome within its walls. Whether you’re tracing the Camino or simply exploring Galicia, Samos offers a rare mix of serenity, heritage, and living faith — a place where the past isn’t just preserved, it’s still...
Read moreGente de Samos, monasterio, entorno y los monjes: 5/5.
Visita guiada: 0/5.
Propuestas de mejora:
Reducir el número de personas por grupo. Si no quieren perder dinero de entradas, admitir más de un grupo a la misma hora, en función de la demanda.
Si no es viable, sistema de audio para guías, retornable con la entrada a la salida. Es lo que usa el resto del mundo civilizado para que todo el mundo pueda escuchar. Con eso, se ahorran murmullos y corrillos. Todo el mundo escucha - imposible en los grupos grandes si no - y son más los que están atentos que los que están de cotorreo por no enterarse de nada.
Si hay poco tiempo, reducir el recorrido de la visita, o crear visitas temáticas, especializadas en diferentes partes del monasterio, para poder mostrarlas y explicarlas con tranquilidad. Precisamente, si estamos en la casa de Dios, como se ha recordado hoy a los que no respetaban el silencio, se debe pasar por ella con los debidos recogimiento y tranquilidad. No como el que va en el tren turístico de la Gran Manzana, a toda pastilla. Eso no permite contemplar ni aprehender, ni la belleza, ni la trascendencia del lugar.
Poner un cartelón bien grande a la entrada. SE RUEGA SILENCIO. SE RUEGA CONTROLEN A LOS NIÑOS. Caso de no respetarse las indicaciones, se invitará a los visitantes que las incumplan a abandonar el recinto. Gracias por su colaboración.
Si, a pesar de ello, alguien incumple o se le escapan los niños y acaba pisoteando superficie de madera con siglos de historia, se le invita a salir, sin más contemplaciones. Pero no se pone uno a rezongar en gallego de malas maneras, dando vueltas en un rincón, mirando al suelo y hablando para sí mismo, ignorando a los visitantes. Ni se sale corriendo y se les deja allí plantados sin indicar que ha terminado la visita. (Como discapacitada, lo de hoy ha sido bochornoso: no puedo correr ni bajar escaleras con rapidez, y cuando he llegado abajo, no sabía ni por dónde tenía que salir y allí no había nadie indicando nada.)
Cuando se guía a un grupo, se le acompaña a la salida, asegurándose de que todos salen, y dando los buenos días o las buenas tardes. Si alguien no sabe cómo se hace, que vuele alguna vez y observe al sobrecargo y al tripulante de cabina que le acompaña, despidiéndose del pasaje, uno por uno. Incluso de los mendrugos. La educación y la paciencia son muestra de profesionalidad. Las rabietas, de persona malcriada y nula profesionalmente.
Lástima que una sola persona desmerezca de tal manera al resto...
Read moreEn medio de un frondoso valle se encuentra la Abadía Benedictina de Samos, que sigue siendo monasterio en la actualidad, el Real Monasterio de San Julián o San Xián. Este templo, hoy benedictino, es uno de los tres monasterios que aún están habitados por monjes en Galicia. En su interior hay dos claustros: el primero, conocido como el claustro del padre Feijoo, de finales del siglo XVIII. En el centro conserva una estatua del monje, el segundo claustro, más pequeño, conocido como de las Nereidas, es de estilo gótico y está presidido en el centro por una hermosa fuente barroca. En torno a este claustro, giraba la vida de la abadía, por lo que al patio se abren las estancias de la cocina, el refectorio y la biblioteca. En el primer piso del claustro del Padre Feijóo se pueden apreciar pinturas murales de los pintores Celia Rodríguez Cortés, Joan Parés, José Luis Rodríguez y Enrique Navarro.... Destacar también la sacristía, de planta octogonal y coronada por una cúpula, muebles neoclásicos y mesa barroca policromada, presidida por un retablo que custodia algunas de las reliquias del Monasterio, entre ellas el fémur de San Benito. La iglesia, que resalta por su grandeza y luminosidad consta de tres naves; la nave central, que es la de mayor altura y anchura y no podemos olvidar el grandioso órgano que ofrece un majestuoso sonido con casi 4000 tubos, de los mayores de Galicia. Con el donativo de 5 euros se contribuye al mantenimiento de este enorme edificio (14.000 metros cuadrados) y de la comunidad monástica, ya que no reciben ayudas estatales ni eclesiales al ser el Monasterio propiedad de los monjes, no de las Diputaciones o Comunidades Autónomas. Las visitas son guiadas por un monje, duran unos 35 minutos partiendo desde la portería y saliendo por la Iglesia, no es necesario reservar pero el aforo es de 25 personas, si se cubre habría que esperar al...
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