Mi experiencia en Narea - Sede San Bartolo
El local es bonito, los tragos están bien y los precios son razonables. Sin embargo, el servicio de algunos empleados es lamentable. La falta de criterio y profesionalismo de ciertos miembros del equipo arruina por completo la experiencia.
Voy a destacar a dos personas que, en mi opinión, deberían reconsiderar su vocación. Especialmente la administradora y un sujeto llamado Jesús o José (no recuerdo bien el nombre). Para colmo, la noche del 16 de febrero, la persona encargada de abrir la puerta no tenía idea de dónde estaba mi habitación. La administradora no le contestaba el teléfono y él pasaba 30 minutos buscando papeles y revisando WhatsApp sin éxito. Al final, le pedí que me diera cualquier cama porque eran las 2 a.m. y tenía que madrugar.
El incidente en la piscina
El 15 de febrero, a las 10 a.m., fui a la piscina y cuatro amigos me acompañaron. Antes de entrar, preguntamos si podían consumir en el bar y usar la piscina. La persona en la entrada nos dijo que sí, sin mencionar ningún cobro adicional.
Jesús, José o como se llame: actitud matonesca e intimidante
A las 3:50 p.m., mientras fui a recoger una tarjeta a mi auto, este sujeto se acercó a mis amigos con una actitud prepotente, preguntándoles si estaban hospedados en el hotel. Mis amigos, que son personas tranquilas y nada conflictivas, se sintieron intimidados y le dijeron que sí.
Cuando regresé, vi a este tipo (pelo corto, gorra, lunar bajo la nariz) discutiendo con ellos. Me acerqué a calmar la situación y le pregunté qué pasaba. Sin bajar la voz, me reclamó que mis amigos le habían mentido y que debían pagar 90 soles cada uno o irse. Intenté hacerle entender que habíamos preguntado en la mañana y nadie mencionó ese cobro. Además, llevábamos seis horas consumiendo en el bar y habíamos gastado entre 120 y 150 dólares.
Al ver que era imposible razonar con él, pedí hablar con la persona a cargo.
La administradora: falta de criterio y cero empatía
La administradora, una joven con poca habilidad comunicativa y cero criterio para su puesto, tampoco fue de ayuda.
Le expliqué la situación: que habíamos consultado temprano y nunca nos informaron del cobro, y que después de seis horas de consumo, nos parecía absurdo que recién nos lo mencionaran. Su respuesta fue que le dijera el nombre de la persona que nos permitió el acceso, como si yo tuviera que conocer a todo el personal. Le describí a la chica que nos atendió en la mañana, pero en lugar de aceptar el error, simplemente lo negó.
Para colmo, uno de mis amigos había hablado directamente con ella antes de entrar. Le preguntó si podía consumir y usar la piscina, y ella le dijo que no había problema. Cuando le recordé esto, lo negó rotundamente. Pero mi amigo, frente a ella, confirmó que sí le había dado permiso.
Intenté negociar y le propuse que, considerando lo que habíamos gastado y lo que aún pensábamos consumir, nos exoneren el cobro extra. Se negó rotundamente. Así que decidimos dejar de consumir y retirarnos.
Conclusión: servicio pésimo y deshonesto
La experiencia fue terrible. Recomiendo grabar cualquier interacción con el personal porque no dudarán en mentir o ser prepotentes.
Mi teoría es que, al cambiar de turno, estos dos personajes vieron la oportunidad de sacarnos dinero con este cobro inesperado. No encuentro otra explicación para el cambio de actitud después de seis horas sin problemas.
Si buscan un lugar con buena atención y trato profesional, definitivamente Narea San Bartolo no...
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