CAN SAFRA — Hotel in la Pera

Estuvimos una semana en verano y ha sido una muy buena experiencia.La casa nos enamoró, es preciosa y cuidada al detalle.Tiene una piscina interior que es una monada y a los niños les encantó.Te sirven un desayuno variado y limpian todos los días.||Tiene muy buena ubicación, ya que desde allí tienes muy cerquita la playa o unos pueblecitos que vale la pena visitar.Nosotros hicimos varias excursiones porque hay gran variedad de actividades cerca, tanto para adultos como para niños.||En el pueblo hay un restaurante en el que se come súper bien, la verdad es que nos sorprendió.||Silvia, la mujer que nos recibió estuvo siempre atenta a cualquier necesidad que tuviéramos y nos lo hizo todo muy cómodo.||Guillermo y Sonia, los dueños, fueron muy amables y cercanos, sobretodo con los niños.Se preocuparon de que todo estuviera perfecto, nos ayudaron a conocer la zona y buscar lugares para comer.Seguro que repetimos, nos habéis hecho sentir como en casa.Muchas gracias Guillermo, Sonia...

El Hotel Can Safra es, sin duda, un lugar con muchísimo encanto. Es un hotel precioso, decorado con mucho gusto, y se nota que ha sido renovado recientemente. Todo luce muy cuidado y el pueblecito donde está ubicado es realmente encantador, ideal para una escapada tranquila.

La propietaria que nos atendió fue muy amable y cercana, lo que hizo la experiencia aún más agradable.

Sin embargo, hay un detalle que me gustaría señalar: los lavabos en las habitaciones (al menos en la nuestra y en la de unos amigos) son abiertos, sin privacidad. Aunque viajaba con mi pareja, hay ciertos momentos en los que se agradece un poco de intimidad, por lo que creo que este aspecto podría mejorarse.

En general, es un hotel muy bonito, con una atención excelente y perfecto para quienes busquen un alojamiento con encanto en un entorno precioso. ¡Con ese pequeño cambio,...

Das Zimmer und das ganze Haus sind sehr schön gestaltet. Man wird von einer freundlichen Hausdame begrüßt die aber leider nur spanisch spricht und sich auch nicht die Mühe macht wenigstens langsamer zu sprechen. Das Frühstück wird zwar schön hergerichtet, aber die Butter war ranzig, das Obst und Gemüse ( glasige Tomaten und Kiwi) schon alt und schlecht. Der Gastgeber hat sich nie gezeigt und weder nach dem Check in, noch währenddessen oder nach Check-out gefragt ob alles in Ordnung war - sehr anonym. Für denselben Preis haben wir uns an anderen Orten sehr viel willkommener gefühlt. Der Pool war selbst bei Außentemperatur 36grad zu kalt und es roch komisch, im Aufenthaltsbereich vor dem Pool stand einfach ein Fahrrad, so dass man sich dort nicht gemütlich aufhalten konnte. In jedem Fall punktet der Stil des Hauses und das wundervolle...