Baraba Resto — Restaurant in Autonomous City of Buenos Aires

Fuimos el domingo 28/07 para celebrar el cumpleaños número 87 de mi abuela. Muy lindo lugar, muebles y ambientación impecable, aunque muy chico y demasiadas mesas para el poco espacio. La atención varió mucho de persona en persona. Se requiere reserva para acceder, como éramos cinco y habían cancelado una, pudimos entrar de imprevisto. Nos sentaron al lado de la barra, pero no nos dejaron mover la mesa para que la señora cumpleañera pudiese sentarse en la cabecera con la excusa de que "taparía la mesa de al lado", se terminó sentando mi mamá ahí, con muy poco espacio para moverse. Muy mala onda la chica de la caja a la que le preguntamos si se podía correr la mesa para acomodar a mi abuela, lo mismo el muchacho que nos dirigió a esa mesa, que la terminó corriendo menos de 5cm. Por otro lado, la mesera que nos tocó fue un amor, para nada invasiva, y cuando le pedimos un vino, dio una demostración de la botella y le dio a probar primero a mi abuela, lo que la hizo sentir muy especial.

La comida es excelente, bien elaborada y exótica, hay de todo, las pastas son caseras y se hacen en el mismo lugar (también se pueden ir a comprar para llevar en caja), lástima que no hay opciones sin tacc. Todos se pidieron ravioles de distintos rellenos y varias salsas, mientras que yo me pedí un ramen de pollo, que era lo único símil pasta apto celíaco. Todo muy rico y llenador, los postres también, casi no los pudimos terminar. Pedimos mousse de chocolate amargo con salsa de frutos del bosque (lo cual le quitó todo el amargo), y un crême brulee de vainilla.

Es caro. Es para ir una vez cada tanto, o para probar comida que no se come todos los días. Recomiendo fijarse qué platos tienen porciones grandes como para compartir si es que van de a varios...

Ambiente agradable, con respecto a la comida bien. Lo malo que no dejan cambiar la guarnición. No me agrada tanto las papas al horno, y no me permitieron cambiarlas por papas fritas, el ojo de bife no es lo que se muestra, es un tamaño regular, debe ser la inflacion que cada vez se ve mas pequeño.muy autoritarios con los platos, lo veo muy mal para el comensal. Ordenamos ojo de bife con papas doradas, bondiola glaseada 8 horas con papas baston, un botella de vino tinto agua con gas y gaseosa lima limon. De postre un volcan de Nutela y mousse de chocolate blanco con frutos rojos, bastante bien

Nice atmosphere, with respect to good food. The bad thing is that they don't let you change the garnish. I don't like the baked potatoes so much, and they didn't allow me to change them for fries, the rib eye is not what is shown, it is a regular size, it must be the inflation that is getting smaller every time. Very authoritarian with the dishes, I see it as very bad for the diner. We ordered rib eye with golden potatoes, 8 hour glazed bondiola with baston potatoes, a bottle of red wine sparkling water and lemon lime soda. For dessert a volcano of Nutela and white chocolate mousse with red...

La comida estaba rica, se nota bien casera y al mismo tiempo tiene un toque diferente "gourmet" en cuanto a la presentación del plato y los ingredientes que combinan. Pedimos un asado ahumado que estaba muy rico y tierno el cual venía acompañado de una ensalada de lentejas que no me gustó la verdad. Por otro lado pedimos también unos ñoquis de remolacha que también estaban buenos. Los platos me parecieron generosos. De entrada pedimos unas croquetas de osobuco que estaban muy ricas, pero eran chiquitas, me quedé con ganas de más. Respecto al servicio, estaba bien pero medio brusco, la chica nos vino a retirar los platos de la entrada medio a lo bestia sin pedir permiso, estábamos conversando y se metió entre medio casi rozandonos con los platos. Lo que si resta muchos puntos al lugar es el ambiente: cero acústica, el fondo era un griterío constante, más la música que estaba bastante fuerte. Además ese día hacía mucho calor y no había aire o no estaba prendido pero adentro no se podía estar. Los asientos tb bastante incómodos, al menos los bancos de madera que nos tocó. Volvería para probar otros platos pero elegiría la vereda para comer...