Estaba caminando por Boedo con la mente enfocada en un restaurante pero me topé con el Café Margot y me llamó tanto la atención que decidí cambiar los planes y comer ahí.
Lo que iba a comer si o si era pasta, así que le consulté a la mesera cuál me recomendaba, a lo cuál ella respondió que los ravioles de pavita son los más pedidos del lugar . Nunca en mi vida probé pavita pero aún así decidí seguir la sugerencia y pedí los Ravioles de pavita ($650) con salsa bolognesa ($300), lo cual viene con queso incluido (no así la canasta de pan, que salió $70)
Mientras esperaba que llegue la comida, disfruté de la selección de pan, ¡especialmente el que tenía hierbas y especias muy copadas ! Asimismo, en la espera me encontré con que la pavita es el producto estrella del lugar porque muchos individuos conocidos fueron al Café para probarla como, por ejemplo, ¡Perón!
Cuando la mesera me dijo que eran solamente 5 ravioles creí que saldría con hambre del lugar... ¡pero fue todo lo contrario ! Más que ravioles son raviolones ya que la cantidad de relleno es impresionante. Se notó a simple vista que eran realizados a mano y me encanta este tipo de esmero dado que todo sale mucho más rico de esta manera.
¿Se acuerdan que les dije que nunca probé pavita? Bueno, a mi consideración se me hizo similar al pollo, sin embargo su sabor es más intenso. Los ravioles tenían un sabor como a algo ya cocido con anterioridad pero realmente los disfruté . La salsa bolognesa, por otro lado, estaba bastante fuerte y con mucho sabor a pimentón. El conjunto sabía, luego de un tiempo, un poco salado para mi gusto (no se si fue el queso o algo en particular como la salsa).
La atención es muy buena aunque me sacaron el plato unos minutos después de terminarlo, ¿quizá porque vio que en un rato me iba a ir? No lo sé. Más allá de todo esto, fue una experiencia extraordinaria y diferente, me pone contenta haber pedido la recomendación ya que mi elección hubiese...
Read moreHola, soy cliente esporádica voy mucho más en verano me acerqué hace unos días preguntando si podía poner una reserva para para ocho personas para ayer, me respondieron que no se podían poner reservas y que teníamos que estar mínimo cinco personas ese día para armarnos una mesa de ocho. Llegó el día fueron unos amigos Una Pareja. Preguntaron si se podían sentar que en unos minutos llegábamos el resto, (así sucedió a Los 5 minutos éramos 5) . Le dijeron que no podían sentarse y tenían que esperar afuera con el salón vacío lleno de mesas vacías, Entiendo que si uno se sienta y toma mesa para 10 y no llega la gente es una cosa, pero dejar que se sienten dos personas en una mesa de dos para esperar a que llegue el resto es lo que correspondía. Por supuesto que después de manifestar su descontento y destrato a la persona que los atendió, se fueron a DON BOEDO donde terminamos de reunirnos todo el grupo 10 personas y nos trataron excelentemente. Por otro lado en cAfe MARGOT repararon antes de irse que había una mesa RESERVADA PARA (vacía) para10 personas ..... CÓMO ES ESTO? PARA ALGUNOS CLIENTES ARMAN RESERVAS Y PARA OTROS, QUE TUVIMOS LA DELICADEZA DE IR PERSONALMENTE UNOS DÍAS ANTES , NOS DICEN QUE NO?. ADEMÁS DE MANDAR A LA GENTE AL FRÍO PARA QUE ESPEREN AFUERA. SOMOS GENTE GRANDE TODOS DE 50 AÑOS APROXIMADAMENTE. , yo trabajo en gastronomía me ocupo de las reservas, de atención al cliente y de las redes, en dos de los mejores bares, cervecería// restaurantes que hay en Palermo. . Jamás se nos ocurriría tener este trato con los clientes. Una Lástima....... La calidad...
Read more📍 Café Margot, un rincón histórico en el corazón de Boedo
El Café Margot, ubicado en Boedo 857, es mucho más que un bar notable de la Ciudad de Buenos Aires: es un puente entre el pasado y el presente porteño. Antes de ser el Margot, este espacio fue El Trianón, un almacén y despacho de bebidas fundado en 1904, famoso por ser un lugar de encuentro de vecinos y parroquianos. En la década del '90, el Trianón mutó en el Margot, manteniendo su esencia barrial pero incorporando un aire de café notable que hoy lo convierte en un emblema de la identidad porteña.
La estrella del menú son los sándwiches de pavita, un clásico que ha conquistado a varias generaciones. Este manjar, asociado desde los tiempos del Trianón con la tradición y el encuentro, es un verdadero símbolo del lugar. Probarlo es sumergirse en la historia de Boedo, una historia marcada por mesas compartidas y charlas infinitas.
Además de su propuesta gastronómica, el Margot se destaca por su ambiente: muebles de madera oscura, vitrinas antiguas y fotos en blanco y negro que decoran las paredes, transportan a quienes lo visitan a una época en la que el ritmo barrial marcaba el pulso de la ciudad.
Visitar el Café Margot es revivir la historia de Boedo, degustar un pedacito del pasado y rendir homenaje a los sabores que definen nuestra identidad porteña. ¿Qué mejor excusa para recorrer este lugar que seguir los pasos de esta recomendación? ¡No te lo pierdas!
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