Pepper Restobar — Restaurant in Autonomous City of Buenos Aires

Una esquina que, durante años, me resultó llamativa. Una esquina que en mí desconocimiento siempre me pareció un clásico de Belgrano. Hoy tuve la oportunidad de ir. Elegí ir. Quería conocer Pepper, sobre todo por lo lindo que quedó luego de haber sido reciclado. Que-mala-eleccion. Entramos, nos sentamos, 5 minutos de ser ignorados mientras la camarera (apoyada en la barra, charlando con personal del sector y haciendo dibujitos en una servilleta de papel) nos ignoraba. Cuando levanto la vista y estoy a punto de acompañarla con la mano (algo que creía innecesario por estar LITERALMENTE a menos de dos metros de distancia) se da vuelta, toma dos menúes y los tira sobre la mesa. El saludo, la bienvenida que uno espera, se quedó afuera charlando con nuestras expectativas. Intentamos con un un saludo, pero se quedó solo y triste porque nunca llegó la respuesta. Pedimos dos menúes del dia y un menú infantil. El servicio de mesa, perdón, la canasta con pan, llegó a los 30' de haber hecho el pedido. El menú infantil fue el primero en arribar a los 40'. Una milanesa con papas fritas pese a que pedimos puré. Se la llevan y vuelve con puré. Primer corte: cruda. Se va la milanesa, vuelve otra a los 10'. Primer corte: roja por fuera, roja por dentro. Ante la consulta la respuesta es: este corte es así. Y así quedó la milanesa, relegada en el vacío de un plato sin guarnicion. Llegan los platos principales. El pollo arrollado, envuelto en panceta, fue una grata sorpresa para tan insulsa experiencia. El pescado frito, acompañado por ensalada de palta, tomate cebolla morada, estaba bien, sin ningún sobre salto. Comible. Luego de 10' por fin la camarera nos presta atención nuevamente y le consulto si la ensalada venía con algún aderezo ya que no tenía condimento alguno y, para sorpresa.... Bueno, a quien quiero engañar, no me sorprendió en lo absoluto. De mala manera se dio vuelta y, sin emitir sonido alguno, cerro un cajón de forma casi-violenta, saco un aceite y un aceto de un estante e hizo sentir el momento preciso en que los apoyo en la mesa acompañando el momento con un "algo más?". No, deja, para irme a casa no necesito nada más. Pedimos el postre del menú para llevar y la cuenta. Para mi sorpresa nos cobraron el servicio de mesa que contrario a lo que dice la LEY, fue solo una canasta de pan. Por último, cerrando el show, tuve que pararme para ir a la caja y hacer efectivo el pago, ya que la camarera siguió en planes de, bueno, no sé qué planes, pero escuchar audios de Whatsapp parecía entretenido y me daba no sé que molestarla. Gracias. Despues de tantos años finalmente me saque las ganas de conocer el lugar y ahora conozco un nuevo restaurante a donde se que nunca más...

Hoy como tantas veces fuimos a Pepper a almorzar. Éramos clientes de mucho tiempo, de todas las semanas. De concurrir de 2 a 3 veces por semana. Y digo "éramos" porque desde hoy 22 de julio de 2025, no vamos NUNCA MÁS. Explico por qué. Solíamos sentarnos de preferencia en la mesa número 50 cuando estaba desocupada y sino en cualquier otra. Hoy a las 13 horas, la única mesa disponible era la mesa 50, formada por 3 mesas unidas y estaba ocupada por 1 sola persona. La señora que allí se encontraba, estaba terminando de tomar un café. La consulté si podíamos ocupar una de las mesas, ya que ningún mozo (y bien que nos conocen todos y agradecen la buena propina), lo hizo pese a haberlo solicitado. La señora nos expresó muy amablemente que ocupáramos la mesa que deseáramos. Dejamos libre la mesa que quedaba entre ella y nosotros y nos ubicamos. A los pocos segundos de habernos acomodado, viene un empleado del lugar que estaba en la Caja y de pésima manera nos dice a mi marido y a mí: “ustedes no pueden estar acá, la mesa está ocupada”. Le explico que la señora que ocupaba 1 sola mesa de las 3 mesas nos había dicho que por supuesto podíamos ocupar la mesa en la que nos habíamos ubicado y hasta nos dio la bienvenida. El empleado insistió en que no debíamos estar ahí, razón por la cual nos retiramos del lugar. Una verdadera vergüenza que ese restaurante tenga ese tipo de sujeto “atendiendo” a los clientes. Si ese es el encargado, se ocupa y muy bien de echar a los clientes con su falta de respeto y su ordinariez. Un vulgar maleducado al que deberían poner a trabajar lejos de la gente. Deberían controlarlo, a menos que deseen perder más y más clientes. Nosotros no pisaremos el lugar nunca más como dije anteriormente, y nos ocuparemos de avisar a la gente que habíamos recomendado, que hagan exactamente lo mismo. En la vida, y somos dos personas grandes, nos pasó tener que pasar por esta más que desagradable experiencia en ningún lugar. Y que reitero, no tenía ninguna razón de ser.

Aclaro que califico con una estrella porque es lo menos que permite. Para mí es...

Pedí el menú ejecutivo del día, que incluía una entrada, un plato fuerte, un postre y una bebida. La entrada fue una sopa con verduras que, si bien estaba bien servida y con buen aroma, no me terminó de convencer por el sabor fuerte a perejil (es un gusto personal, simplemente no me agrada mucho). Aun así, me la comí toda porque estaba caliente y reconfortante.

El plato principal fue cerdo con guarnición, y aquí me llevé una sorpresa: venía con batatas en lugar de papas. No me di cuenta de este detalle al ordenar, y como no me gustan mucho las batatas, terminé comiendo solo la mitad del plato. La carne estaba bien cocida y jugosa, pero creo que hubiera disfrutado más si hubiera sido con la guarnición que esperaba.

La bebida que elegí fue una limonada, pero estaba bastante más ácida de lo que me gusta. Creo que con un poco más de azúcar o algún endulzante habría quedado mucho mejor, porque así como estaba resultaba difícil de terminar.

De postre pedí una bocha de helado de chocolate. Estaba correcto y cumplía, aunque no fue nada memorable, más bien un cierre sencillo para la comida.

En cuanto a lo positivo, el precio me pareció muy accesible para lo que incluía el menú, el ambiente del lugar era agradable y tranquilo, y el personal fue amable y servicial en todo momento. Como punto a mejorar, el baño podría estar más limpio, ya que no daba una sensación muy higiénica.

En general, fue una experiencia aceptable: no fue mala, pero tampoco me dejó con ganas de repetir de inmediato. Creo que con pequeños ajustes en la preparación y presentación de algunos elementos, podría ser...