Kentucky — Restaurant in La Plata

El día sábado 16 de noviembre se dió la noche de los museos en La Plata, luego de visitar el museo de música, unos amigos (una de mis amigas, tiene discapacidad visual, por lo cual posee un perro guía y este la iba acompañando) y yo visitamos este establecimiento (ubicado en calle 7 y 47, La Plata, Buenos Aires, Argentina), con la intención de cenar.

Hicimos el pedido y nos ubicamos en una mesa mientras esperábamos, el gerente del lugar se acercó a nosotros y nos pidió que nos retiraramos del lugar, porque no se permitían animales, por lo cual, nosotros le comentábamos que él estaba violentando el derecho al acceso, la deambulación y permanencia en lugares públicos y privados de acceso público a mi amiga, estipulado en la Ley 26.858, que se titula "DERECHO DE ACCESO, DEAMBULACION Y PERMANENCIA", sancionada el Mayo 22 de 2013 y promulgada en Junio 10 de 2013 por el Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina. El gerente nos invitó a pedir para llevar o comer afuera del lugar (no hay mesas afuera), porque eran políticas del lugar, lo cual considero una falta de respeto a nosotros cómo clientes.

El gerente siguió insistiendo, ante esto, le comentamos que ya habíamos pedido y que ya habíamos PAGADO, solo así, él pudo dejar de insistir que nos marcharamos y se fue. No nos retiramos del lugar, pero me parece tonto e incoherente que las políticas que una empresa estén por encima de las leyes de una nación.

En primer lugar, deberían adaptar sus políticas a las leyes de los países donde tienen presencia y en segundo lugar, deberían asegurar el acceso de TODA persona, sin distinción alguna a sus establecimientos, ya que considero esto cómo una política discriminatoria, debido a que el perro guía de la chica es lo análogo a una silla de ruedas para una persona con discapacidad en sus piernas, ya que esto le permite movilizarse de forma independiente por cualquier lugar.

Considero de mal gusto que esta persona haya dejado de insistir sólo porque ya habíamos pagado, en caso contrario, posiblemente nos hubiese echado del lugar y hecho para...

La verdad recibí una mala atención, espere mucho para ser atendida tuve la paciencia por la demanda e intente comprender pues quería disfrutar ese día una rica cena, y el lugar fisicamente es cómodo y agradable para lo que buscaba que era pasar un rato ameno estaba bien peroooo atendieron a dos grupos que llegaron después de mí de primero después que espere tanto.... Igual me acerque a la barra nuevamente que sentará a esperar... Bueno a la larga me dieron la pizza y las bebidas... La verdad no sé si por el mal rato pero no me gustó ni a mis acompañantes, para pedir la cuenta fue un suplicio la pedimos al fin y otra media hora para que me la dieran, me pare a buscarla y mí sorpresa, estaban hablando los muchachos sin nada que hacer y les pedí el favor de la cuenta me dicen que si ya la pidieron pero la cara del que nos atendía fue exactamente que no la había pedido y me la trajo al ratooo... La verdad es un lugar al que no vamos a regresar, por la mala atención o si por ser extranjeros para que no regresaramos nos atendieron al propósito así pues lo lograron no...

El lugar solo es para comer al paso y llenar rápidamente el estómago, si uno piensa ir solo para comer tranquilo y relajado, solo o en familia, es imposible, el espacio de las mesas y las sillas son muy reducidas y no hay espacio para ni siquiera poner la bandeja u otras cosas, y parte de las luces de la pared parece que en cualquier momento me van a dar convulciones. Esta bueno que se pueda comprar por porciones, y agregar adheresos a gusto. En cuanto a la atención es buena, aunque algo lenta, por la cantidad de cliente s que recibe. La pizza es una de las más ricas que he probado, con piso y crocante, siempre te la sirven con cuchillo y tenedor; aunque con abundante muzzarella y aceite y ajo, cómo me gustan a mí, pero quizás a otros le sature. También sirven postres y cafe, y son deliciosos, genial para bajar la comida de abundante comida salada,...