Un espectáculo. Ni una sola queja. Todo perfecto de principio a fin.
Escribimos por WhatsApp una hora antes de la apertura para reservar mesa para las 21:30 y nos respondieron al instante confirmando la reserva sin ninguna complicación. El servicio impecable. Amables, atentos, te orientan, te sugieren y de la forma más honesta, cosa difícil de encontrar, para que no falte ni sobre y quedemos todos contentos. La comida espectacular. Nos recibieron con una canastita de diferentes tipos de pan, mantequilla y anchoas. Todo de 10. Para tres personas pedimos de entrada una tortilla del caserio bien cocida que estaba perfecta, la cual es difícil de lograr porque debe quedar jugosa sin quedar nada cruda, generalmente o queda seca o queda tirando a babe. En este caso estaba simplemente perfecta: las papas en su punto, no estaban grasosas, corte ideal, la cebolla estaba bien cocida lo cual es un golazo, jugosa y bien cocida tal cual la pedimos, el chorizo era muy rico. Y pedimos una paella que estaba riquísima. Inicialmente pensábamos pedir dos para las tres, porque nos gusta comer y no quedar con hambre, pero el camarero acertadamente nos recomendó pedir una y, si veíamos que faltaba, sumaramos media porción más. No fue necesario y eso se agradece porque no nos gusta el desperdicio y si queda lo pedimos para llevar, pero al estar de vacaciones no es tan cómodo. Así que impecable la sugerencia. Quedamos tan bien que no pedimos postre, pero todos se veían súper ricos, y había amplia variedad. Los precios nos parecieron acordes a la calidad y el servicio. Gastamos un promedio de $25.000 por persona con la propina incluida, haciendo hincapié en que no consumimos alcohol así que las bebidas fueron 3 gaseosas. Los baños estaban IMPECABLES, dato importante para nosotras 😅 El ambiente muy cálido y típico, con una atención hermosa, y me dio la impresión de que es un restaurante familiar y padre e hijo estaban por ahí asegurandose de que todo marchara correctamente (podría apostarlo pero no lo sé). Amamos la cultura española y nos ha encantado conocer Mar del Plata y descubrir tanta influencia española acá. Lo recomendamos al 1000% Sin duda volveremos Gracias por todo ❤️ Que sigan sumando más años de excelente comida y servicio al turista. Mucho éxito...
Read moreReseña completa en mi instagram @bahiablancafood .
Si querés degustar auténticos pescados y mariscos en Mar del Plata, no podés dejar de visitar el icónico restaurante Rincón Basko. Desde 1967, este lugar recrea la magia de la cocina vasca, con atención personalizada y la cordialidad de la familia. Atendido por los hijos del fundador, el lugar tiene una larga trayectoria y calidad comprobada.
Para comenzar, recomiendo las gambas al ajillo por $3800, con un toque de picante que las hace aún más deliciosas. Además, tuvimos la suerte de probar las veiras gratinadas que nos trajeron de cortesía, una exquisita sorpresa. Pero lo más destacado sin duda fueron los calameretes lyonesa por $4700, una especialidad de la casa salteada con vino blanco, cebolla, perejil y papas noisette. ¡Una verdadera delicia!
De plato principal compartimos con mi vieja el famoso Merluzon Juanchi por $3200, nombrado en honor al hijo del dueño. El pescado super fresco y suave, servido con una salsa de crema, vino, alcaparras y gambas, junto a una guarnición de papas al natural. Un plato liviano que nos dejó espacio para el postre.
Y para cerrar con broche de oro, no podés dejar de probar el glorioso flan casero por $1000, sin agujeritos y mixto como dios manda. ¡Una verdadera delicia para el paladar!
La atención y el servicio fueron excepcionales, por lo que definitivamente volvería a Rincón Basko. Una experiencia gastronómica que no podés perderte si estás...
Read moreUna estafa . Estafa a los que creen que van a comer comida vasca y a los comensales que han comido en el pasado y tenían un buen recuerdo del lugar. El lugar carece de acceso para personas con movilidad reducida , amén de tener la puerta cerrada y tener que tocar timbre . Mal trato del encargado , un hombre que está ubicando a los comensales que previamente debieron reservar y llegar con un máximo de tolerancia de diez minutos . El lugar deja de ser pintoresco para ser ruinoso . Los baños son espantosamente viejos y con problemas de agua y perdidas . Estructuralmente está muy venido a bajo. La entrada que te ofrecen es un plato con dos anchoas , dos si , por comensal . La comida no es para compartir , las rabas son feas y aceitosas , la milanesa carece de un buen aplanado , y la pasta es sosa, sin gusto y la salsa es de lata con algunos mariscos perdidos . El mozo es bastante maleducado , exigiendo el pago en efectivo de la cuenta , y exigiendo propina en una cuenta abultada que pretendían se pague con billete en la mano , sugiriendo un cajero automático que está en las cercanías para ir a buscar dinero ..No acepta previaje , y luego de mucha insistencia accedieron a cobrar con crédito . Mala experiencia , no lo recomiendo , no vale la pena . Ahhh ! No te quieren...
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