Ottilia — Restaurant in Municipio de Villa General Belgrano

Qué pena que hayan actuado de esa forma! La comida estuvo muy bien, y la atención de la moza fue muy buena y cordial. Pero... todo se vió opacado por como procedieron luego de que una niña vomitó a nuestro lado. El local tiene 2 niveles en el mismo piso, por lo cual en donde estábamos sentados, teníamos a la altura de nuestros hombros al otro nivel. Desafortunadamente para la niña, no pudo contener el vómito hasta el baño y terminó haciéndolo en el piso, a no más de un metro de nuestra mesa y la de atrás nuestro, en donde estaban comiendo una fondeu. Imaginé que mientras la madre llevaba a su hija al baño para lavarse, ya todo habría sido lavado, pero no. Hasta el padre intentó limpiar con las servilletas, ante la mirada de quien estaba detrás de la barra de la caja, que no hizo absolutamente nada! No movió un dedo (y lo tenía muy presente por su cierto parecido físico con el líder de la banda de rock Virus). La madre y si hija volvieron del baño a los pocos minutos, y nadie se acercó a limpiar todo hasta pasados unos 15 minutos!!! Una locura! No les importó lo que le sucedió a la niña ni al resto de los comensales. Es más, nos trajeron la comida mientras todo estaba sucio y mal oliente! Por lo cual solicitamos un cambio de mesa. Ambos padres y la niña permanecieron parados a un costado de la barra todo ese tiempo, sin saber que hacer. En verdad, no les importó nada lo traumático que pudo haber resultado esa experiencia para la niña, por favor! Qué falta de humanidad! Hasta les cobraron las gaseosas que casi ni habían consumido, ya que todo esto ocurrió al ratito de que se habían sentado a la mesa. Dejalos ir e invitalos a volver en otra ocasión, qué te van a hacer 3...

Opinión personal. Fecha 30/07/2023.

Llegamos alrededor de las 14.45. Nos sentamos y estaba la carta en la mesa, por lo que procedimos a elegir. Estabamos de paso y queriamos picar algo. Nos decidimos por las salchichas ahumadas + papas y 2 chops de birra artesanal.

El plato era miserable (la foto lo demuestra, recien sacada ni bien lo trajeron a la mesa). Parecia servido hasta con desprecio (ver la pobrecita rama de perejil que se cayó del plato cuando lo tiraron en la mesa y el intento de rodaja de zanahoria). Las "salchichas ahumadas" eran pedacitos de salchichas dudosas vuelta y vuelta en una sarten. Las papas eran regulares, nada sobresaliente. Las salsitas que acompañaban estaban bien. Pero la decepción no fue solo que "no era lo que decía la carta", sino la cantidad. Parecían contados adrede los pedacitos y las papas. Si vas a servir eso, al menos, usa un plato más chico para disimular. La persona que nos atendió tampoco atinó a decir algo como "la porción es chica, no quieren algo más?". La cocina cierra 15.30, por lo que hubiese sido una buena "advertencia". Por el plato que sirvieron, el precio me pareció algo caro ($2900). La birra roja es rica, no la mejor, pero relación precio/calidad está bien. ($800 x chop) La atención regular a mala. Parecían ansiosos por echar a la gente.

La verdad? Una decepción, ya que entramos por la buena calificación y nuestra experiencia no fue la mejor.

Tal vez los platos principales sean mejores. Pero en cuanto a esa entrada nos...

La esquina del restaurante es una de las más concurridas de Villa General Belgrano, especialmente a la hora de la cena. Recomiendo salir con bastante tiempo de anticipación porque cuesta conseguir estacionamiento. El fin de semana que fuimos nosotros había “trapitos” pidiendo plata para cuidarte el auto. Se puede ir con o sin reserva. La reserva es exclusivamente para las mesas de adentro del restaurante, en donde no se respeta demasiado el distanciamiento ni el uso adecuado del barbijo. Para reservar hay que ir presencialmente o llamar al mediodía del mismo día que uno quiere ir a cenar. Si vas sin reserva, en la puerta se va armando una cola divina para ir llenando la parte que es al aire libre. Nosotros reservamos, pero llegamos 6 minutos tarde y nuestra mesa ya se la habían dado a otro grupo, así que no puedo opinar sobre la comida porque no llegué a probarla. El personal que nos explicó que no íbamos a poder cenar ahí fue educado, dadas las circunstancias. En fin, entiendo que es un restaurante muy tradicional y -como tal- me quedo con la sensación de que, por un lado, les está costando mucho adaptarse a los cambios que exige la situación actual de pandemia. Y por otro lado, que al tener tanta demanda, se permiten la posibilidad de “nigunear” a los clientes y tratarlos un poco como ganado. Personalmente no le recomendaría a nadie la experiencia, al menos hasta que todo esto haya pasado y las cosas vuelvan a...