Santa Fe Trail — Restaurant in Quilmes

Nos tomaron una reserva para el día 14 de febrero pidiéndonos seña 4 días antes. Nos avisaron que la tolerancia eran 15 minutos en caso de pasarse el horario. Llegamos con lo justo pero dentro del horario de tolerancia y para sorpresa nuestra ya habían usado la mesa. La recepcionista tarda unos minutos buscando que había pasado y vuelve diciéndonos que nos habíamos pasado los minutos de tolerancia y nos señala una mesa que la gente ya estaba servida comiendo ( era imposible que le hayan servido a las personas en segundos ). Le explicó que llegue dentro del horario de tolerancia y en vez de hacerse cargo de su error nos hace esperar 10 minutos a ver si lo puede solucionar. 30 minutos después sin poner ningún tipo de voluntad nos dice que no puede hacer nada y se excusa diciendo que la culpa era de la gente de adentro. Cuando ingresamos a querer hablar con algún encargado resulta que no había nadie cumpliendo esa función por qué no sabían decirte quien era. Nos termina atendiendo una moza y una señora que nos dice que ella está a cargo. Lo primero que hacen es echarle la culpa a la recepcionista y después excusarse en que al ser una fecha especial se trabaja más. Al haber podido ingresar y sabiendo que afuera había una fila hecha por gente esperando a entrar a su reserva pude notar que el lugar y estaba lleno y por ende sobrevendido en la capacidad siendo la única solución posible según ellos devolverte la seña y dejarte sin lugar cuando todos los lugar lógicamente estaban llenos. Una completa desorganización y falta de consideración con los clientes que se podría haber solucionado si se ponía mayor voluntad. Antes de ir consideren que van a ser atendidos por gente totalmente incapacitada para solucionar...

Pésimo. Soliamos ir en pareja hace unos años y era bárbaro. Fuimos anoche con ella y nuestro nene de dos años y la verdad es que decayó estrepitosamente. No encontramos las entradas que solían tener y que estaban buenisimas, asinque decidimos solamente pedir platos principales. Pedimos la tablita de tacos, que es lo más basico, y um menú de nenes con patitas d epollo con tres coca cola. Noa trajeron los tragos de cortesia con los nachos. El nene comió nachosby no podia toar el trago obviamwnte. Tres veces tuve que pedir qur me traiga POR LO MENOS una coca para el nene. Le trajeron la comida de él... sin las bebidas. Comió, tenia sed, se puso mal. Pedi por cusrta vez las bebidas, las trajeron... 20 minutps más para traernos lps tacos. Puede ser un pifie de la moza porqur le trajo la tablita a la mesa de al lado, que se sentaba inclusp después de que nosotros ordenamos. Ya cuando llegó la tablita de tacos, el nene había comido y se queria ir. (Después de preguntarle otras tres veces ppr nuestra comida, la moza nos dijo que el encargado fue a la cocina a apurar el tema) Asi que comimos apurados y mal. Los taquitos para armar, que antes venian en una ollita para mantenerlos calientes, vienen en una bolsa... donde obviamente se enfrían. Las salsas vinieron frías, incluso las que tienen que venir calientes. Terminamos comiendo mal, separados, frío, con el nene pasandola super mal. No vamos a volver más. Tan lindo que era ese lugar, y lo bien que se comía. Para terminar, siempre traían una pequeña encuesta para llenar cuando pagas. Y lo siguen haciendo porque las ví en el mostrador. No...

Un lugar que dice ofrecer comida mexicana, pero que en realidad apunta a paladares poco exigentes.

Pedimos una tabla de carne y pollo, que venía con ocho cazuelas y tortillas para armar a gusto. Sin embargo, algunos trozos de carne eran imposibles de masticar: un desastre. El resto de la tabla traía lo de siempre: morrón, mucha cebolla y pollo.

Las tortillas, que antes servían en un recipiente de madera y mimbre para mantener el calor, ahora las entregan en una bolsa de papel madera… y frías.

Las mini cazuelas incluían arroz, garbanzos, queso rallado, salsa criolla (si es que se puede llamar así), queso cheddar derretido pero frío, más queso cheddar (sí, otra vez) pero en hebras, guacamole y queso crema.

En cuanto a las bebidas, no tienen cerveza tirada. Pregunté qué porrón tenían y solo ofrecían Corona de 330 ml a $6.000. Como alternativa, vi en la carta una Corona de 710 ml por $9.000, pero la camarera me informó que no les quedaba. Las cervezas de litro disponibles (Quilmes, 1890, Imperial, etc.) costaban $6.000.

Opté por una margarita de maracuyá, pero tenía un kilo de azúcar, nada apto para diabéticos. Mi pareja pidió una Coca Zero. Dejé casi toda la margarita, y la camarera ni siquiera preguntó si me había gustado (para mí, se dio cuenta).

Gastamos $27.000 gracias a un descuento del 20% por pago en efectivo.

Si nada de esto te importa, podés ir y vivir tu propia experiencia. Nosotros fuimos clientes durante muchos años, pero difícilmente volvamos. Ojalá recapaciten y regresen a...