Cómo empezar a hablar de Le Chêne...? Voy a resumir con: Una experiencia SUPERIOR en La Lucila.
✨ Especial para: Cita romántica y tomar vinito. También iría con 2/3 amig@s.
📍Ubicación: La lucila - Av. Libertador y Moreno -casi Paraná-
💎 Dato de color: Déjense guiar con el maridaje de los vinos. Es un éxito.
Llegamos a Le Chêne y tuvimos que llamar por teléfono porque desde afuera no lográbamos distinguir cuál era el local… pensamos que estábamos en otra dirección. Nos recibió uno de los dueños con la mejor buena onda y nos hizo pasar a nuestra mesita de ensueño. Le Chêne es una Vinoteca con mesas entre cajas de vinos y libros. Una experiencia super cálida e íntima. La atención es 100% personalizada.
Viene tu amigo somelier, Fede, te pregunta qué tipo de vinos te gustan y arranca la primer copa. (Déjense guiar por él durante la cena entera!)
Al ratito viene Santi a relatarnos un poco de la carta. Casi siempre se mantiene igual, pero la magia es que te la cuenten. (Yo quería todo).
Brian hace su magia en la cocina..
Pedimos ENTRADAS
Peras grilladas con jamón serrano y queso azul (si o si o si o si pídanlo) Ceviche de Atún rojo, super fresco, muy buena calidad. Mollejas con chutney de mango y lima 🔥 PLATOS
Nosotros fuimos por las pastas. Debo decir que ambos platos eran un espectáculo.
Ravioles de cordero y hongos shitake con oliva y menta Ravioles de espinaca y queso feta con crema de azafrán. POSTRE
Real, quedé sorprendida. Una humedad perfecta y el sabor del helado!!! (Ok quiero volver a Le Chêne AYER)
Torta húmeda de chocolate con helado de mascarpone y menta. BEBIDA
Cada uno de los platos previamente nombrados fueron acompañados por una copa de vino diferente que maridaba perfecto con los sabores del plato del momento. Espero haber generado con las fotos y la reseña 1 décimo de todo lo que sentí yo comiendo en Le Chêne, definitivamente volvería y se lo quiero recomendar a todo el mundo.
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Read moreEs casi como un speakeasy del que tenes que enterarte de alguna manera que hay un restaurant adentro porque por afuera no dice nada! Ventanas cerradas, no hay carteleria, no esta muy iluminado y no se ve para adentro. Al llegar no hay timbre entonces uno duda "si golpeo la puerta, me escucharan?" Pero si, adentro es chiquito asi que se escucha. Al entrar es cómo entrar a un local de venta de vinos, a una cava, a una vineria. El lugar es acogedor con luces tenues y mesas cómodas. Pero no es de los lugares que uno va por lo que ve, por la decoracion y porque el lugar esta muy bien puesto. Este lugar llama a otra cosa, a fijarnos en el ambiente que generan sus dueños al atender y entablar conversacion, en el ambiente que se genera al recibir esos platos exquisitos y bien elavorados y obviamente al degustar tan ricos vinos. Todos los vinos que tienen pueden ser por copa así que uno, con ayuda de uno de sus dueños, se puede ir armando una elección de platos con maridajes. En nuestro caso decidimos hacer varias entradas y un solo plato principal para compartir. Y postres para compartir. Todo acompañado de excelentes vinos maridando cada paso. Hasta para el postre nos eligieron algo para maridar. Obviamente que de acuerdo a lo que uno vaya eligiendo es el precio de lo que uno va a pagar. Nosotros decidimos maridar con vinos tope de gama, de ahi el precio que pagamos. Pero lo bueno es que se puede ir hablando con el dueño y armando en función de lo que uno está dispuesto ese dia. Excelente experiencia. Muy bien atendido. Riquísima comida. Son pocos los lugares que hay por eso hay que si o si reservar para ir. Le falta un poco de atención al baño pero nada que no se pueda...
Read moreAl llegar el frente discreto (parece cerrado) esconde muy bien lo que hay dentro, un restaurante cálido ambientado como una bodega de vinos, alumbrado a media luz, con música tranquila. No hay muchas mesas pero la separación es correcta, permite tener una velada con intimidad, si van en plan romántico es ideal, también para una salida tranquila con amigos. Atendido por personas jóvenes que demuestran que no cayeron en la industria gastronómica de casualidad, te reciben como en su casa y se esmeran por brindar la mejor experiencia. Fuimos por un aniversario de casados, Federico quien nos tomó la reserva, al saberlo nos propuso ubicarnos en una mesa apartada muy linda, con una ambientación de bodega. El trato es personalizado, viene el chef directamente a la mesa a recitarte el menú y contarte sobre las preparaciones y conversar un poco de la vida. Pedimos 3 entradas, plato principal y postre compartidos. Las entradas fueron ceviche de atún peruano, portobellos rellenos y mollejas al mango, el plato principal ravioles de langostinos en un vino chino. Nada nos defraudó, fue una auténtica fiesta al paladar como comentó otra persona, realmente quedamos extasiados. Los precios no son económicos pero el valor obtenido en la experiencia fue mucho mayor. Sin duda volveremos para algún otro día especial. Se reserva por Whatsapp, con algún día de anticipación porque tienen mucha demanda, nosotros accedimos de casualidad para la misma noche porque se canceló...
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