Llegamos recomendados por un comerciante oriundo de la zona. Estacionamiento interior propio, bien! Luego la casona es fabulosa, ambientada en los años 1900 con un museo alrededor de las mesas, sobrio. La atención de la chica que nos atendió muy muy amable. Nos trajeron pancito caliente de entrada, pero echamos de menos las sopaipillas y las churrascas de donde "El Guatón..." Luego pedimos plateada con acompañamientos. La plateada llegó en su paila de greda sumergida en un caldo fabuloso, comprobamos primero que nada si se deshacía con cuchara, y si... Nada que decir. El silencio absoluto reinando con el puré picante ñaaaam ñam ñam. En término económicos 10mil pesos plateada y puré. 100% recomendado.