Casa del Fuego — Restaurant in Aguascalientes

I ordered from there yesterday and that would be the last time. I ordered the Italian Beef... I'm from Chicago and I know how to eat Italian beef I asked them if they could deep it and looked at me as if I was crazy... So I asked them for extra meat sauce and they said yes but would be extra I said no problem to my surprise it was less then 200ml which half was oli for 15 pesos. Ordered "papas rústicas" well I guess they got the rustic part down very good the potatoes were dry basically... rustic. Ordered my wife the lasagna wich was microwaved and not good either. I do not understand how it took them 30 min to prepare everything if it all was microwaved it honestly blew my mind and it was not like they place was packed no people at all only pick up service and I was wondering he...

This is a great place to go with friends or family. Food is really amazing and the service as well. The restaurant has amazing decoration and the fact that the pizza is made in a oven with fire is something mind blowing. I really enjoyed having dinner there and so did my friends. We all come to the conclusion that this place is one of Aguascalientes best places to eat. I really recommend going there. The food price is reasonable and the value is the best. The only thing that I don't like that much is parking. You have to park on the street near a residential area. Besides that...

Visitamos este restaurante de inspiración italiana, énfasis en inspiración, porque no esperes trattoria clásica ni platos de nonna. Aquí el enfoque es más libre, más casual, con sabores bien logrados… pero una experiencia para comer ahí qué deja mucho que desear.

El lugar cumple, pero no emociona. La decoración es genérica y la comodidad brilla por su ausencia. Éramos ocho, nos asignaron una de esas bancas tipo jardín que en foto se ven simpáticas pero en la práctica te dejan sin espacio para mover los codos. Apretados, incómodos y sin margen para disfrutar la comida como se debe.

En cuanto a lo que probamos: empezamos con una lasaña frita, buena ejecución, buena textura, buena entrada. Le siguieron un par de pizzas al centro; la de albóndigas sorprendió con un toque de picor que le dio carácter. También una pasta Alfredo con medallón de atún, acertada, balanceada y bien montada. Las ensaladas llegaron en porciones gigantes, casi innecesariamente generosas, pero cumplidoras.

En resumen: la comida está bien. No va a cambiar tu vida, pero sales satisfecho. El gran “pero” está en la experiencia general. Necesita replantearse: más confort, mejor distribución y, sobre todo, dejar de pensar que una banca compartida puede sustituir una buena mesa.

¿Vale la pena ir? Si lo tuyo es probar cosas nuevas con sabor italiano y puedes ignorar el apretón de sillas, puede ser. Pero si valoras tanto el plato como el entorno, hay mejores opciones...