En la esquina de la costera y la calle donde se encuentra el restaurante, hay una camioneta que reparte los volantes y un señor que habla maravillas del lugar, fuimos a verlo y el buffet se veía bastante bueno, aunque no como mariscos, ese día ya habíamos comido y regresamos a comer dos días después, llegamos justo a la hora en que empieza el buffet, que por cierto a un precio bastante accesible, pero el servicio estaba del nabo, la comida estaba bien, hasta después de comer una hamburguesa descubrí en dónde guardaban la catsup, los meseros no te atienden, no se llevan los platos desocupados, en resumen no es la gran maravilla, el sazón es aceptable pero no como para recomendar ampliamente, está bien si tienes mucha hambre y te gusta comer mucho en cantidad, aguas frescas ilimitadas pero los dispensadores no sirven, por lo que tienes que usar un cucharón para servirte al agua y es el mismo que usan todos los clientes, no se que tan higiénico pueda ser, sobretodo por que hay quienes meten la mano adentro del depósito, lo que si, hay muchos platillos, aunque la paella es blanca, sin azafrán, y tienen varias opciones de la misma, lo que comí y me gustó mucho aunque no sabe a pescado a la talla, eran unos filetes a la talla, los postres pasables y unas 6 o 7 variedades.