Aldamary Sucursal Matilde — Restaurant in Hidalgo

Aldamary es uno de esos lugares a los que puedes ir a comer muy sabroso a un precio accesible. He ido en numerosas ocasiones.

No soy de escribir reseñas, pero la última vez que fui la atención estuvo PÉSIMA. Llegué con 2 amigos y se tardaron más de 10 minutos en tomarnos la orden. Ninguno de los meseros quería atendernos. Nos preguntaron en numerosas ocasiones si solo éramos 3 personas y entre los meseros solo se echaban la bolita para quien nos atendería.

Independientemente de si somos 3, 2 o incluso si va solamente una persona, el trato debería de ser el mismo. Me hace pensar que muy probablemente los meseros no reciben una compensación digna por el trabajo que hacen y solo dependen de las propinas. Entonces (quiero pensar) que ellos asumieron que nosotros no dejaríamos una buena propina y preferían atender a familias que llegaban DESPUÉS de nosotros.

Si bien, teníamos la intención de dejar buena propina, no les dejamos absolutamente NADA. Pues no merecían ni un solo peso por la atención que nos dieron. Muy mal ahí.

Edicion: volví a ir el día de las madres y estuvo PEOR. No tienen reservaciones y estuvimos esperando más de 30 minutos para que nos tocara mesa. Deberían de tener una mejor planeación. Pedí caldo de pescado y se tardaron más de 40 minutos en servirlo... Prevean estas fechas y sino pueden atender mejor...

Restaurant with very good location, the place when I went was very clean, well attended. by the waiters of the place, very rich dishes such as garlic octopus, garlic mojo fillet, affordable costs, have good facilities, very comfortable and spacious. Recommended to eat with family, friends, good atmosphere, live music, everything very well except for some waiters, the food arrives on time and they are waiting for you to...

Reseña: “Un naufragio culinario”

Si alguna vez te preguntaste cómo sería cenar en un lugar que huele a aceite requemado y frustración, este es tu lugar. Desde que entras, el aroma a mariscos quemados y grasa vieja te recibe como un golpe inesperado. Y claro, es un buen adelanto de lo que te espera en el plato.

Los cocineros, al parecer, tienen una especialidad única: hacer que todo sepa a… nada. Camarones insípidos, pescados tristes y salsas que son básicamente agua con colorante. Todo tan delicioso como una hoja de papel mojada.

¿El servicio? Ah, un verdadero espectáculo. Los meseros son lentos como si estuvieran corriendo una maratón en cámara lenta. Se les olvidan las órdenes, traen platos equivocados (al menos tres veces), y cuando finalmente llega algo a tu mesa, no es lo que pediste. Aunque claro, eso podría ser parte del “encanto” del lugar: nunca sabes qué te va a tocar.

Lo único “bueno” aquí es el precio, pero por unos pesos más puedes disfrutar comida decente en cualquier otro lado. Honestamente, mejor invierte ese dinero en un sándwich del OXXO, te lo vas a agradecer.

En resumen: si buscas una experiencia gastronómica que te haga perder la fe en la humanidad, este restaurante es para ti. Para el resto de nosotros, evítenlo...