We stayed in a hotel right next to Café El Colibrí and were told that we should try it. The waiter spoke decent English and had good recommendations. We ordered a bunch of different things and actually visited 3-4 times during our stay. The Café de Olla is delicious and worth trying for sure. The service was good and the environment is nice as well. Some of the art is a little questionable though. They have tons of options and will serve breakfast (and lunch and dinner I think) at any time of day. The food is delicious the prices are decent and the service is great I highly...
Read moreWhile it is a fine place for commuting and socializing, the food was just decent. The coffee was kinda weak, my french toast was a bit burnt, and some other little stuff like that. A friend of mine ordered thing A, then a waitress came and said the were out of thing so he ordered thing B, THEN another waitress came to serve other people's dishes and said your thing A will arrive in a minute so he said "didn't it get cancelled?" It had not been cancelled. At the end he got both thing A and B and had to pay both. I hope that wasn't too...
Read moreEl Colibrí es un restaurante con una trayectoria de más de 30 años, lo que lo convierte en un referente tradicional en la zona. Sin embargo, esa larga experiencia no se traduce necesariamente en una cocina refinada ni en una experiencia destacable.
Mi visita fue, en el mejor de los casos, neutra. El lugar conserva un mobiliario clásico que, aunque puede considerarse parte del encanto tradicional, resulta incómodo: sillas y mesas que no permiten acercarse lo suficiente para mantener una conversación cómoda, afectando la experiencia general.
En cuanto a la comida, pedí un plato que debería ser una apuesta segura: carne asada a la parrilla, acompañada de puré de papa y guacamole. Lamentablemente, ninguno de los tres elementos destacó. La carne, aunque presentaba las marcas visibles de la parrilla, no ofrecía el sabor ahumado y profundo que se espera de una buena parrilla. Además, estaba demasiado seca. El guacamole se sentía poco fresco, con un exceso de limón que daba la impresión de intentar cubrir algún sabor no deseado. Lo más aceptable fue el puré de papa, aunque también pecaba de sequedad; una adición de mantequilla o algún toque cremoso habría sido bienvenida para darle más balance.
En resumen, El Colibrí vive de su tradición más que de su propuesta actual. Puede ser un sitio con valor sentimental para muchos, pero si se busca una experiencia culinaria memorable, hay mejores opciones en la ciudad. Ojalá su cocina logre renovarse y estar a la altura de...
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