Agradable, higiénico, variado, rico y justo. De costa a costa es un lugar que sale a todas luces, del estereotipo estándar de los muchos restaurantes y centros de servicio de alimentos al rededor de esta importante zona de hospitales, donde la pretención es quizá comer rápido y económico, no el pleno disfrute de los platillos ni la convivencia; pero cuando la diferencia entre las cuentas de uno y otro sitio, en un ticket promedio para dos personas, representa una diferencia de $100 pesos o más, se puede convertir en un tema que debe quedar a la elección del consumidor. Pero hay que entender, que este es un restaurante hecho y derecho, bien puesto, por decir lo menos. En el servicio se destaca la presencia de un gerente o capitán de meseros en el salón, de una hostess, meseros que entienden el protocolo del servicio, una cocina y una barra abiertas, donde trabajan cocineros bien ataviados que guardan medidas sanitarias exhaustivas y personal de limpieza que se afana en mantener el sitio en óptimas condiciones. Desde que se entra ya se sabe que la experiencia no será cara, pero si costosa. Te dan la bienvenida tres bogavantes, dentro de un estanque, lo cual es ya es un buen aviso. En el menú se enuncia el queso de cabra y en la pantalla se muestra la preparación de las fresas jubilé, con todo y el servicio de flambeado frente a la mesa, lo cual es otro semáforo en amarillo... No pasa mucho para acabar de recorrer con la mirada el salón muy bien decorado, hasta clavarle los ojos a una pecera marina (lo que ya habla de esmero) con algunos personajes de la película "Buscando a Nemo". El servicio es cordial, cortés y expedito. La comida sabrosa con porciones amplias a las que pongo el único pero, en la presentación anticuada y desgastada, que demerita la pesada y atractiva loza en que se monta el platillo. Urge una capacitación al desarrollador del menú en este sentido, que refresque un poco sus "formas" lo cual lo haría mucho más atractivo. Por lo demás no hay mayor queja: pedí intencionalmente dos o tres servicios "especiales" a diferentes meseros y ninguno se negó a realizarlos. Incluso el gerente estuvo pendiente y los garçones también, pues cuándo uno se distraía otro lo asistía formando un buen equipo, dentro de un servicio que se no se siente, pero se nota; si es queme puedo dar a entender. Por eso digo y reafirmo: la calidad no es cara, pero es costosa. Vengan a visitar este lugar, aunque sea una vez, en su transitar por estos lares. Si tienen algo que celebrar, como mi alta el día de hoy, no encontrarán mejor opción que ésta, en esta zona. Por último te comento que si te gusta ver el noticiero, novelas o los programas de revista, este no es el lugar. No hay raegueton ni sonidos afrontillanos. Al menos no en ese momento, lo cual agradezco infinitamente... La mala nota la dio una sola colaboradora, que llegó y entró a la cocina sin cubre bocas ni malla de protección en el cabello. De ahí en fuera, no encontré nada más que comentar. (Ticket promedio...
Read moreEstuvimos en el restaurante el día 22 de diciembre y fuimos a comer, mi suegro, mi mamá, mi esposa y yo. Decidimos ir a este restaurante porque está cerca de la residencia de adultos mayores de mi mamá; y mi hermana y mi mamá ya habían ido anteriormente. Recibimos buena atención cuando llegamos y por recomendación de mi mamá, mi suegro, ella, y yo pedimos sopa de mariscos. MI esposa comió un platillo con camarones. Los platos bien servidos, aunque yo noté que el sabor de algunos de los mariscos estaba fuerte, pero me comí todo mi plato. Mi mamá, que ya tiene 90 años se comió menos de la mitad y mi suegro de 83 se comió la mitad. Me sentí como muy lleno y al día siguiente desayuné y comí poco y en la noche después de visitar a unos tíos, al regreso, volví el estómago en el Uber, por suerte llevábamos unas bolsas. Al llegar a casa de mi suegro, volví otra vez el estómago. Y luego fui, no menos de 8 veces al baño durante la noche y la siguiente noche también. Al día siguiente igualmente estuve con viajes continuos al baño. Mi suegro también vomito durante la noche y amaneció sintiéndose bastante mal. Mi mamá, en la casa de reposo, se le soltó el estómago durante la noche. Pudimos mi suegro y yo ver a una Dra, quien nos dijo que habíamos tenido una intoxicación y teníamos gastroenteritis aguda. Yo estuve con antibióticos inyectados por seis días y mi suegro 3 de inyectados y 3 de tomados, al igual que mi mamá, a la cual la vio la Dra de la residencia. Total, que nuestra navidad la tuvimos que pasar sin comer más que electrolitos y el 25 solo con un poco de caldo de pollo. A mi suegro y a mi mamá les llevo como 5 días el sentirse mejor. Y a mí me llevo 7 días. Después de las fiestas fui al restaurante a reclamar y que de menos se me devolviera lo de la comida ($1500) y el gerente me dijo que hablaría con el dueño, yo fui a los 5 día y me dijo que el dueño dijo que no, porque no sabía si eso habría sucedido en alguna otra comida. Yo le explique que eso era casi imposible, ya que mi esposa y yo llegamos de Canadá el día anterior, mi suegro vive solo, y mi mamá en una residencia de adultos mayores. Me dijo que lo platicaría con el dueño. Lo vi una vez más y le dejé copias del recibo de la comida y de los diagnósticos de la Dra y pues me dijo le diría al dueño y me informaría, y pues ya no supe más. Mi esposa y yo, regresamos a Canadá y como muchas cosas en México, ya lo olvidaron en el restaurante. El servir mariscos es una actividad que requiere de mucha higiene y de mucha atención al estado de los mariscos. Y aunque casi siempre las cosas salgan bien, con una que estén mal, es suficiente para producir problemas muy serios, como lo que nosotros sufrimos. No puedo recomendar un lugar así a nadie. NI puedo aceptar que un restaurant no tome responsabilidad ante una situación tan...
Read moreLa comida es realmente buena, los precios adecuados para las porciones que ofrecen y la atención del personal por lo general es bueno aunque de pronto las anfitrionas no están muy atentas a la llegada de los clientes o la zona donde uno prefiere sentarse. El caldo de camarón de bienvenida es delicioso. Nuestros favoritos son los camarones de Costa a Costa, el aguachile, el vuelve a la vida y sin dudarlo el arroz Thai. Los postres flameados que incluyeron en su menú son un espectáculo durante la preparación y un deleite al paladar. Tenemos varios años de conocerlos y la calidad de los alimentos nunca decepcionan. Durante la pandemia el servicio a domicilio y el servicio pick up lograron seguir consintiendo a los clientes porque los alimentos eran de la misma calidad. Las cenas de navidad y fin de año nos sorprendieron gratamente porque son abundantes y suficientes para el número de personas que indican. La zona de la cocina que tienen abierta demuestra la seguridad que tienen en la calidad y frescura de sus productos y muestran la forma en que los chefs preparan los platillos con el mismo estándar de calidad siempre. La sucursal de Tlalpan tiene la desventaja que es complicado encontrar estacionamiento por la zona de hospitales, así que prácticamente la única opción es el valer parking, son atentos, pero no deja de ser un costo adicional que hay que considerar siempre. La sucursal de Plaza Loreto tiene un ambiente muy agradable y los platillos en cuestión de presentación son iguales a los de Tlalpan. La sucursal de Nápoles desafortunadamente no tiene la misma calidad en el servicio ya que los meseros llevan toda la comida al mismo tiempo (entradas, platillos principales y bebidas) y no son muy atentos cuando se les hace la observación de este tipo de situaciones, además ofrecen cosas que tienen costos adicionales sin informarlo desde el principio y hasta que llega la cuenta te enteras de los adicionales que...
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