Buen lugar para comer de manera casual. Literalmente solo hay alitas así que no te molestes en pedir el menú. Hay tres tipos diferentes de cocción y tres salsas, la mejor para mi fue la roja (la más picante). El estacionamiento está muy limitado por lo que hay que buscar a sus alrededores. Le daría otra estrella si tuvieran terminal, pero al día que acudí solo aceptaban efectivo. El sabor es muy bueno, más cacero, como alitas en una carne asada. El servicio no es muy bueno pero los muchachos se esfuerzan. Por cierto, a las personas que atienden: no a todo el mundo nos gusta el reggaeton.. les recomiendo buscar otra música de sobremesa 😊