JIJOS DEL MAR — Restaurant in San Luis Potosí

Para empezar, el servicio es terrible, tienen más mesas de las que deberían, los meseros son poco y se quedan cortos para atender a tanta gente, el retraso de la comida es excesivo, se tratan de justificar con "es un lugar para relajarte y disfrutar" pero eso no motivo para la espera de 1 hora para unos platos, apenas sería aceptable en slow food, pero estamos hablando de mariscos, no hay ninguna razón válida para tardarse en un plato de ese estilo. Las chimichangas, no tiene sentido la manera que las sirven, terminan estando demasiado blandas. Los camarones chorreados, estás horribles, lo único bueno de ese plato son los totopos y eso es algo que no hicieron ellos, la tártara tiene demasiado pepinillo, los cortes de esta son inapropiados, los camarones están quemados y pierden todo sabor. Algo que se puede salvar es el ceviche maracuyá, aunque sigue siendo muy dulces para mí gusto. El molcajete de carnitas de atún, está muy desabrido junto a una pobre presentación Los precios están bien en muchos platos, ya que están bien servidos y es fácil saciarte, sin embargo aún con eso salen debiendo en calidad. Las instalaciones son poco gratas, tengo que reiterar que el espacio es limitado para demasiadas mesas, la cocina es un carrito de comida que desentona con el resto del lugar, la barra provoca una disonancia con el piso lleno de piedras. Y por último, mi queja principal, su "presentación" en el menú, afirman ser un lugar en donde debes relajarte y cito "si traes mucha prisa y poca paciencia... te recomendamos Mc'Donalds" pero déjenme decirles que incluso en verdad prefiero ir a uno de dichos lugares a este insulto a la restauración, pues solo se dedica a ser un lugar Instagrameable ignorando las normas de salubridad y de cualquier restaurante decente, centrandose únicamente a las críticas "buenas" me acusan de tener y cito "un paladar francés" mientras dicen "a ver si se le quita con unos mezcales" lo cual se me hace una falta de respeto a sus comensales por lo que en definitiva, me parece despreciable el trato, como si solo vieran a sus comensales como alcohólicos e intentos de influencer, diciendo que aquellos que no les gusta son unos "estirados" para su sorpresa, odio las cosas estiradas y los lugares ostentosos, no suelo quejarme, suelo decir "no pasa nada, se lo que es estar en una cocina, se que es difícil" pero es la primera vez que me veo en la necesidad de quejarme de lo espantoso de...

La fachada es sencilla, pero al entrar te sorprende. El lugar está bien ambientado, es al aire libre con malla sombra y algunas áreas con techo de lámina, lo que le da un toque relajado y cómodo para disfrutar los mariscos.

Probé el aguachile diablillo, perfecto para los amantes del picante. También pedí el ceviche lanchero, que es una combinación de pescado, camarón, verduras y aderezo servido sobre un duro de harina. Esa mezcla de sabores me encantó, no la había probado antes y definitivamente lo recomiendo.

Algo que me pareció muy práctico es que tienen un espacio con aderezos y limones para que te sirvas al gusto sin esperar a que te los lleven. Los tamaños de los platillos son grandes, las porciones están bien servidas y el precio es justo para lo que ofrecen. Además, las micheladas están muy bien preparadas y tienen un balance perfecto de sabor.

Un punto que me llamó la atención es que, aunque tienen su menú fijo, ofrecen opciones fuera del menú, lo cual está interesante porque siempre puedes probar algo nuevo.

Eso sí, hay dos cosas a considerar:

Se llena rápido, así que si no quieres esperar, te recomiendo llegar temprano o hacer reservación.

El servicio es amable, pero los platillos tardan entre 25 y 30 minutos en llegar, así que si tienes prisa, no es el lugar más rápido.

Si tienes tiempo para relajarte y disfrutar, es una excelente opción de mariscos en la ciudad....

Después de reiteradas recomendaciones por parte de amigos, decidí ir a a comer una tarde de domingo y me llevé una gran decepción. Les comparto mi experiencia:

Calidad de alimentos: buen sabor, pero porciones raquíticas, casi miserables. No hay correspondencia entre precio y cantidad. Pedí un "cóctel camarones" o más bien cóctel vegetariano, ya que la proteína estuvo ausente del platillo. Lo comenté con el personal, pero fui ignorado, no hubo una atención al respecto.

Los tacos de barbacoa de picaña estaban bastante bien, pero después de 40 minutos de esperar y tras la experiencia del cóctel, daba igual.

Cerveza tibia, pecado mortal en un establecimiento de mariscos.

Las salsas son buenas, pero como comensal te tienes que parar a un despachador común que todo mundo manipula, lo cual es muy incomodo, además de poco higiénico y nada apropiado en un contexto de pandemia.

Servicio: ser amable no es suficiente si no hay logística, todo es excesivamente lento, los platillos te van llegando en bloques de 30-20 minutos.

Las atenciones son desiguales, observé que si eras conocido, el servicio es muy ágil.

A la hora de la cuenta, no estaban cobrando dos productos que nunca llegaron y para rematar te cobran comision si pagas...