El Dorado – Donde el tiempo desayuna contigo
Ubicado en un rincón nostálgico de la ciudad, El Dorado es uno de esos restaurantes que se resiste a morir. Con décadas encima y una historia que se respira en cada rincón, este lugar pareciera estar detenido en el tiempo, como una cápsula que nos devuelve a las sobremesas de antaño. Lo visitamos para desayunar, y aquí te va la crónica sin anestesia, como te gusta.
Una estructura con más memoria que modernidad
Al llegar, uno se topa con una fachada que ya ha visto pasar más soles de los que quisiera admitir. El edificio, con su aire digno, te recuerda que alguna vez fue protagonista de mejores épocas. El Dorado no presume, ni intenta parecer más de lo que es. Aquí no hay luces de neón ni vajillas de Pinterest: hay mesas, sillas, platos y memorias.
Eso sí, el amplio estacionamiento se agradece como un oasis para el automovilista hambriento. Punto a favor.
Menú tradicional, ejecución desigual
La carta de desayunos es una carta de amor a lo clásico mexicano: chilaquiles, hotcakes, omelettes, huevos estrellados y tamales. Probamos una buena muestra y el veredicto es claro: la tradición no siempre es sinónimo de excelencia.
Chilaquiles: Correctos, sin gloria ni tragedia. Una salsa estándar, ni picante ni memorable. Bien servidos, pero sin alma.
Hotcakes: Aquí se estrellaron. Ahogones, pesados, con esa mezcla que sabe más a nostalgia que a sabor.
Huevos estrellados: Aquí sí brillaron. Cocidos a la perfección, sin queja.
Hash Browns (papas): Lo más flojo del plato. Grisáceas, sin textura ni sazón, ahogadas en aceite. Necesitan revisión urgente.
Tamales: No los probamos esta vez, pero a juzgar por su inclusión, son parte del ADN del lugar.
Servicio sin sorpresas
La atención es estándar: ni fría ni cálida. Los tiempos entre ordenar y recibir la comida son más largos de lo deseado, y en un desayuno eso pesa. Uno quiere café y comida rápido, no un curso de paciencia Zen. Los baños, en cambio, impecables, un detalle que vale oro en cualquier sitio. Punto positivo que hay que reconocer.
Detalles con alma… y con polvo
En las paredes, una infografía con páginas de periódicos de los años 40: un guiño al pasado que encanta. Es ese tipo de decoración que habla sin palabras, que cuenta historias de clientes de sombrero, de tertulias políticas, de amores imposibles en las mesas del fondo.
Sin embargo, el lugar clama por una renovación. No para perder su esencia, sino para rescatarla del paso inexorable delbtiempo. Una buena remodelación no le quitaría carácter, le devolvería dignidad.
No hay música. Solo el sonido de cubiertos y murmullos, lo cual puede ser encantador o aburrido, según el ánimo con el que llegues. Y la refrigeración está aceptable, lo justo para que el café no se derrita en tu taza.
Conclusión:
El Dorado es como ese tío abuelo que alguna vez fue el alma de las fiestas y hoy vive en su rutina con dignidad. Tiene historia, sí. Tiene tradición, sin duda. Pero la cocina necesita chispa, y el lugar pide a gritos una manita de gato. ¿Vale la pena visitarlo? Sí, si eres de los que aprecian la nostalgia y los lugares con alma. Pero si lo que buscas es una experiencia gastronómica inolvidable, mejor sigue buscando.
Porque a veces, el pasado no es un lugar para quedarse… solo para...
Read morePésimo servicio y atención por parte de la mesera. Al llegar ni siquiera se dignarón a traernos unos simples totopos de cortesia. Para agregar ordenamos una cerveza, la cuál groseramente colocaron en la orilla de la mesa, lado contrario al cual se encontraba quien la había pedido. Nos trajerón unos burritos de machaca, los cuales se encontraban echados a perder. Tanto al momento de hacer la orden como al querer pagar tardarón mucho tiempo, mínimo 20 mins. Además unos conocido pidierón su comida sin rábanos, al traerlos ellos les recordarón sobre su petición, debido a que su comida contenia rábanos sin haberlos pedido, a lo cuál respondierón: Pues se los quitan. No reembolsarón la cuenta ni dierón gratuita la comida a pesar de sus burritos echados a perder y su pésimo sevicio, el gerente solamemte ofreció un desayuno o comida (Obviamente lo último que queriamos era volver) sin querer devolver el dinero con la excusa de que "No se podía debido al sistema". Concluyo con que, si pudiese ponerle cero estrellas lo haria, pero no puedo comentar sin al menos colocar una. Había mucha gente, pero eso no es excusa para su pésimo servicio.
NO...
Read moreEl dorado en las noches abrió una opción en el lugar adjunto a sus ubicaciones que son como un restaurante bar con cartelera distinta de miércoles a sábado, ya sea obras de teatro, karaoke, shows drag, o grupos musicales con música 90 y 2000. Eso sí está bien, además de que es al aire libre y pues puedes pedir los platillos o parilladas del restaurante y bebidas alcohólicas. Lo que no me agradó es su PÉSIMO servicio de meseros, es obvio que no tienen ni a personas capacitadas, así como suficiente personal para atender a la demanda. Llegamos 8:30, hasta 9:20 pude conseguir una carta, a las 9:40 me tomaron orden, hasta 10:30, casi una hora después nos llevaron la cubeta, y una piña colada que se equivocaron pues hicieron sin alcohol. La comida fue hasta 11pm, entre eso se equivocó la mesera y nos llevó otros platillos, ni siquiera totopos y a otra mesa si. Se equivocó en la entrada que pedimos, y se enojo por decirle. Además, el sonido de la obra, micrófono exageradamente alto. Al final apagan la música pero pues todavía está abierto y tienes bebida. Creo que tiene gran potencial el lugar y pues al aire libre. Se puede pagar...
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