Avoid at all costs – tourist trap with terrible food and bad service.
We ordered their “famous” soupy rice with lobster and it was hands down the worst thing I’ve eaten in all of Spain. Before ordering, we specifically asked if the lobster could be served deshelled because we didn’t want to deal with the hassle. The server assured us it would be easy. It was NOT. It was frustrating, messy, and nearly impossible to get the meat out. To make things worse, there were small sharp pieces of shell mixed into the rice – nothing like biting down on shards of shell to ruin a meal.
And the rice? It tasted like spoonfuls of pure salt. My tongue was burning from how salty it was. We later learned they usually crack open the lobster shell for you but didn’t this time. When we voiced our concerns, a man (I assume the manager or owner) came over—not to apologize or try to make things right—but to smugly tell us that “everything tastes fine.” This is clearly the kind of place where the customer is never right, no matter how valid the complaint. His condescending tone made the whole experience even worse.
For the outrageous price they charge, this was absolutely not worth it. It’s overpriced, underwhelming, and screams “tourist trap.” We left feeling completely ripped off and insulted. Do yourself a favor and eat...
Read moreUna experiencia marciana la que tuvimos en este restaurante. Éramos 4 comensales. Pedimos, para compartir, unos mejillones en escabeche casero que estaban buenos y unas croquetas bastante grumosas que aprobaban por los pelos. De segundo pedimos raya en caldeirada para los 4. Nos sirvieron unas piezas de raya con una pinta extraordinaria, gruesas y compactas, pero al empezar a comer, detectamos un fuerte olor a amoníaco, que dependiendo de la zona del pescado era mas fuerte. Cuanto más lejos de la "columna vertebral" del animal, más fuerte e insoportable era el olor. No nos gusta devolver la comida, así que nos aseguramos de que todos los comensales percibíamos este olor. Una vez que lo confirmamos , avisamos al camarero ( Serafín ) discretamente, de lo que nos estaba ocurriendo. Serafín inmediatamente retiró el producto de la mesa e intentó remediar la situación. Pero en unos segundos se presenta Fermín, que resultó ser ¡ el dueño del restaurante !, en un estado de nerviosismo realmente llamativo, a decirnos que ese pescado era bueno y que no olía a nada, y que le estábamos montando un espectáculo en el restaurante cuando nosotros hablábamos en un tono tranquilo, amistoso y discreto. Incomprensiblemente era este señor quien estaba convirtiendo lo que para nosotros era un incidente en un accidente y de verdad que consiguió que el resto de los comensales se enterasen perfectamente de lo que estaba pasando. Finalmente intervino de nuevo Serafín, que consiguió que Fermín se fuese de allí y que nadie se amargase la comida. Al final , por orden de Fermín (perdonándonos la vida), no nos cobraron la raya, pero si la caldeirada de pescado con la que intentamos acabar de comer en paz, y echando unas risas por no llorar. En suma, Serafín, un diez, la cocina un 5 raspado, el ambiente bueno y el propietario debería dedicarse a otra cosa en la que no tenga que tratar con personas. No volveremos, a pesar del...
Read moreSábado 24 de mayo de 2025, de turismo por A coruña, reservo mesa para cenar dos personas. Hacía muchos años que no había vuelto a probar las cigalas y ese día por la mañana había visto unos ejemplares hermosos y fresquísimos en el mercado de la plaza de Lugo. Pregunté a unos conocidos del lugar que me recomendaran un restaurante para comer cigalas y comenzó la gran desilusión. En la carta se ofrecían cigalas a 130€ el kilo, por ese precio y por la recomendación, nada podía salir mal. Pedimos 4 cigalas a la plancha, media ensalada de tomate y una parrillada de pescado. Los tomates, del montón. De las 4 cigalas, a mi mujer le tocó una pasada de fecha y a mi otra con un olor pestilente a amoniaco. El 50% del producto en mal estado, a 130€ el kilo. Intolerable, nos debieron ver cara de turistas pazguatos de Oklahoma y nos colocaron las cigalas en mal estado. Señores, cuando el género está pasado hay que tirarlo, no dárselo a comer a los clientes. El no tener acento gallego, no es para que nos den marisco en mal estado. Después de meditarlo un rato , se lo dijimos al camarero y sin mediar palabra, se llevó los platos y oímos voces desde la cocina: ¡Amoniaco!, ¡Amoniaco!. Nos sentimos ridiculizados sentados en la mesa oyendo esos gritos. Yo soy de Santander y distingo perfectamente el marisco fresco del tratado con químicos para que aguante unos días más. A los 7 minutos nos trajeron 2 cigalas, que éstas sí, estaban frescas. Teníamos unas ganas locas de irnos de ese restaurante. Nos trajeron luego una parrillada de pescado con 3 pequeños tristes trozos de pescado para cada comensal y unas insulsas patas cocidas. Nos lo comimos, pedimos la cuenta, 150€, pagamos y nos fuimos para nunca volver a "La sartén de la Coruña". No recomiendo este restaurante. No es admisible servir comida...
Read more