Tuve la suerte de descubrir este restaurante casi por casualidad, y desde entonces, se ha convertido en uno de mis lugares favoritos. Quiero agradecer sinceramente a Belén, la dueña, y a Luisa, la cocinera, y a todo el equipo por brindar una experiencia tan especial, única y auténtica.
Desde el primer momento, Belén y su equipo ( Pily, Carolina y Andrea) nos han hecho sentir como en casa. Su cercanía, amabilidad y atención a cada detalle son excepcionales. No es habitual encontrar a alguien que reciba con tanta calidez y que se preocupe genuinamente por el bienestar de cada comensal. Se nota que aman lo que hacen, y eso se transmite en el ambiente del restaurante: acogedor, familiar y lleno de alma.
Y luego está Luisa… qué decir de su cocina. Sencillamente, maravillosa. La comida no solo está buena, está hecha con cariño, con respeto al producto y con ese toque de quien cocina no solo con técnica, sino con corazón. Cada plato que probamos tenía un sabor auténtico, de esos que te transportan. Todo estaba perfectamente equilibrado: las texturas, los puntos de cocción, los aromas… Cada bocado era una pequeña celebración.
Se nota que Luisa cuida cada receta como si fuera una obra de arte. La calidad de los ingredientes es insuperable, y lo más importante: se percibe la honestidad en la cocina, esa que huye de artificios y se basa en el sabor real, el de toda la vida, con un giro refinado y lleno de personalidad.
En conjunto, la experiencia fue redonda: una atención de 10, comida que emociona y un entorno que invita a quedarse. No solo comimos bien, salimos felices, agradecidos y con ganas de volver.
Gracias de corazón a Belén, Luisa, Pily, Carolina y Andrea por demostrar que todavía existen lugares donde se cuida al cliente, se respeta la cocina y se entiende la hospitalidad como un arte. Volveremos sin duda… y lo recomendaremos con los ojos cerrados.
Actualizo reseña para indicar que pudimos disfrutar de esta experiencia acompañados de nuestro perro, puesto que terraza...
Read moreFuimos a cenar a este bar por los buenos comentarios que tenia y desde luego la atención no pudo ser peor. De primeras al preguntar si tenían mesa para cenar nos hacen esperar y después de un rato nos dicen que pueden prepararnos una mesa pero que tenemos que esperar 25 minutos. Decidimos esperar porque no teníamos otra cosa y cuando entramos descubrimos que el comedor estaba vacío. Esperamos 25 minutos cuando no había nadie, solo para preparar la mesa, para mi una vergüenza. Después durante la cena nos faltaban cosas como las servilletas y como la camarera no se acercaba por el comedor a no ser que tuviese que traer algo, nos teníamos que estar levantando para pedir las cosas. A la hora de tomarnos nota nos puso incluso mala cara por pedir Agua en jarra (entre otras bebidas), cosa que los restaurantes no se dan cuenta de que estamos en nuestro perfecto derecho de hacer y no por ello nos tienen que atender peor. Y por último ya no os quiero decir lo que tuvimos que esperar para que nos cobrasen. Mi familia al final se marchó y yo me quedé esperando.
Respecto de la comida, bien, pero nada especial. Desde luego no la disfrutas cuando te están tratando así.
El lugar es chulo, pero nada más para tomar una cerveza en su jardín un día de buen tiempo.
No volveré y no...
Read moreThis is my favourite chilled bistro/bar to relax in. It has a very pleasant atmosphere aided by friendly helpful staff, stylish interior and chilled music. There are also tables outside on its own terraced patio and bar. They also make the best Spanish omelette I have tasted anywhere which is quite often given gratis as a tapas with your...
Read more