Bar Canijo — Restaurant in Algodonales

In summary: This is the perfect place to eat. A modern / creative taste in the different tapas, a passioned and very welcoming personal, a large variety of regional food and drinks and all of this for a more than fair price.

Modern taste: each tapas we had played with another combination of spices which gave each tapas its unique taste. The variety and creativity of tastes really impressed us. There is an extra vegetarian and vegan menu which is another evident of the modern and welcoming concept of the restaurant.

Passioned personal: the waitress was very elaborative on the tapas and the big variety of regional wines and even desert wines. She enabled us to choose a wine of our taste and a perfect collection of tapas. It made the place feel very friendly and welcoming.

Fair price: compared to restaurants in big tourism spots like Ronda, the price for our dinner was low. In respect of the quality of the food the price-to-value-ratio was and will not be beaten in our further holiday.

The stay at Bar Canijo will be remembered as a highlight of our holiday. Thanks for the pleasurable evening. We hope to be able to visit your...

Por donde empezar... Creo que compartiendo su eslógan "No nos conformamos con dar de comer, queremos crear emociones" pues dicho y hecho... Emociones pero de las buenas... Dimos con este restaurante por pura casualidad buscando donde poder comer un domingo de resurrección que viajábamos de vuelta a casa a deshoras, todo sea dicho... Buscando algún restaurante de camino, apareció Bar Canijo, no teníamos grandes expectativas ciertamente, nos bastaba con qué tuvieran ensaladilla y alguna otra opción vegetariana y claro que nos dieran de comer a las 16:30, de manera que llamamos para verificar el horario y si, nos dijeron que allí estaban ininterrumpidamente hasta la noche y no solo eso... Que tenían carta vegana/vegetariana y que a la hora a la que llegábamos no hacía falta reserva... Con esta llamada, ya comenzó la experiencia de gozo... Una vez en local, nos pareció acogedor y modernito, tiene diferentes ambientes en los que estar, la zona del bar, un saloncito muy cuco y dos terrazas, una de ellas cubierta, optamos por el bar porque a esa hora de un día lluvioso era donde había movimiento y nos apetecía estar con gente. Nos atendió Alberto, gran hombre,... Pedimos nuestra deseada ensaladilla rusa, seguida de unas croquetas (¡Croquetas vegetarianas! De la carta específica vegana-vegetariana que tienen) de setas y para terminar dos hamburguesas veganas de judías pintas, que finalmente se quedaron en una ya que a esa hora ya no tenían más, pero fue más que suficiente así, porque, menuda hamburguesa! Doble y deliciosa y lo mejor, casera, las croquetas y la ensaladilla también deliciosas, terminamos de comer con la sensación de habernos nutrido sin hincharnos... Luego pedimos un café y un té que por una confusión nos sirvieron con agua en lugar de con leche, que era mi preferencia y me lo cambiaron sin ningún problema ni coste alguno y además tenían diversas leches vegetales... Y lo mejor de todo el precio de la experiencia global, súper ajustado teniendo en cuenta todo lo que allí se nos ofreció además de la deliciosa y variada comida. Pudimos estar en el sitio todo el tiempo que nos apeteció porque si bien es cierto que había trasiego constante de clientes no se sentía presión por que termináramos, más bien al contrario, agustísimo que se estaba. Gracias a Alberto por su trato y a sus suegros por la idea y la puesta en marcha de este estupendo restaurante, que desde luego, cumple con lo prometido. Volveremos a probar esos deliciosos desayunos que vuestra...

Fue sentarnos, sentir su ambiente y recrearme con su carta, y casi se me saltan dos lagrimones como dos copas de aguardiente. Comprendí entonces que tras toda una vida, había encontrado el bar de mis sueños, y que toda recompensa llega para el buscador incansable.

Un edén en toda la extensión del término para el vegano, el vegetariano y todo tipo de comensales, donde se despachan desde exquisitos y sorprendentemente variados desayunos, hasta deliciosas viandas de todo tipo, a unos precios, a mi leal saber y entender, tremendamente honestos. Que se dice pronto hoy día …

Enclavado en un marco incomparable, han sabido dar forma - ¡y de qué manera ! - a dos mundos aparentemente contrapuestos; el abrazo de lo rural con lo cosmopolita.

Entre las paredes de sus distintas y cuidaditas estancias y terrazas, se dan la mano fraternalmente oriundos y forasteros. Personas venidas desde múltiples destinos en busca de las actividades y de la paz que ofrece el monte, junto al vecino de toda la vida que quiere su cafelito, su cerveza bien fresquita o comer con los suyos. Amor universal en Algodonales.

Y ahí está el equipazo del Canijo para servir comidas riquísimas y variadas con una amabilidad, una naturalidad y una calidez que pareciera casi exclusiva de un entorno así…

Y ojo cuidao, con horario de cocina ininterrumpida; ¡¡ Qué gozada !!

Mención especial a Alberto, el señor que nos atendió. En nuestra comanda había dos hamburguesas veganas. Él volvió de cocina para decirnos que lo lamentaba, que sólo había una. “No pasa nada hombre, pues una y ya pedimos otra cosita si nos quedamos con hambre”-repusimos.

Alberto, al que de aquí en adelante llamaremos Alberto el Magno, acudió con un hamburguesón que no se lo salta un galgo. Porque la escuela de este gran visionario que es el Canijo promueve hacerlo como Dios manda; hamburguesa doble. Y papitas caseras! Podía habérnosla colado, y sacar dos hamburguesas de una. Pero su nobleza es como su propia talla, inmensa. Y por si no fuera suficiente, tuvo la amabilidad de cambiarnos un té que pedimos con agua cuando queríamos pedir con leche. Sin coste adicional. Alberto, ¿quieres casarte conmigo?

Por todo esto y por mucho más, veréis fotos de un día con una cuenta, y otras que ya son de otro día. Porque volvimos y volveremos.

Gracias, gracias y...