En las tierras recias de Castilla la Vieja, do los campos dorados susurran cantares de antaño y el aire trae ecos de hazañas ya idas, hallé al fin posada digna del más ilustre paladar: El Tostón de Oro. Y no en balde tal nombre ostenta, pues cuanto allí se sirve es oro puro de los fogones.
El local, cual alcázar de buen gusto, muestra ornamentos modernos que, sin desdeñar lo actual, rinden tributo al equilibrio y la hermosura. Sus muros relucen con limpieza y frescura, como si cada piedra fuera cuidada por manos de damas diligentes. El espacio es amplio como los campos de batalla y huele a nuevo, a mimo, a cocina honesta.
Sus viandas… ¡oh, sus viandas! Son canto de juglares y suspiros de frailes golosos. Cada plato llega presto a la mesa, servido con gala y primor, como si fuera ofrenda ante el altar del apetito. La variedad de manjares es tal que el más exigente comensal hallará en ellos gozo: carnes tiernas como confesiones de doncella, pescados jugosos cual ríos en deshielo, y guarniciones que acompañan como fieles escuderos.
Los postres, por su parte, son obra de alquimistas del dulce. Cada bocado, una poesía; cada sabor, una historia de amores eternos y pecados veniales. La calidad de cuanto se ofrece es notoria, no sólo al gusto, sino al ojo, pues la presentación es digna de corte real.
Ubicado en parte noble de la villa, de fácil hallazgo para caminantes y jinetes por igual, cuenta con aparcamientos cercanos, como si la villa entera se rindiese a su fama. Y todo ello a un precio justo, más que razonable, que honra la mesa sin vaciar la bolsa.
Así, alzando mi copa en nombre del buen yantar, dejo aquí testimonio de este hallazgo glorioso:
⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️
5 estrellas quedan firmadas por mano de El Trovador de las Reseñas, Caballero andante del Buen Comer, y cronista de los...
Read moreSin lugar a dudas ha sido la experiencia gastronómica del verano. Fuimos a cenar 6 adultos y cuatro niños, por recomendación de un amigo. El restaurante es conocido por el típico asado morañego y por sus postres, pero está vez acudimos a probar su carta de comida rápida. La sorpresa fue muy grata, ya que en su carta tienen gran variedad de hamburguesas, sandwiches y también tienen fajitas y hasta fingers de pollo con patatas. Personalmente mi plato favorito fue la hamburguesa de rabo de toro (toda una experiencia), absolutamente deliciosa, con un rabo de toro desmenuzado en su punto, una salsa suave y exquisita y un queso crujiente que termina de redondear la que seguramente sea la mejor hamburguesa que he comido. También probamos los baos y las fajitas que por supuesto eran caseras y muy bien cocinadas. Los niños tomaron fingers de pollo y patatas, simplemente casero, el pollo preparado por ellos y las patatas de la zona. Poco más se puede pedir. La verdad que es de valorar que un restaurante de los de toda la vida, le haya dado está vuelta de tuerca a su carta y a la cocina arevalense, consiguiendo ofrecernos lo que para mí ha sido la sorprendente experiencia...
Read moreFuímos a almorzar a este restaurante atraídos por los buenos comentarios que tiene. Pedimos dos raciones de Tostón y un menú infantil. El Tostón estaba muy pasado, la parte exterior muy quemada, lo que hizo que la parte interior estuviera muy seca, vimos que los del resto de comensales de las mesas contiguas y los que veíamos salir de cocina estaban igual, así que no dijimos nada, dimos por hecho que en este restaurante se sirve así. Pedimos además un menú infantil compuesto por sopa de fideos (la pasta extremadamente pasada) y pollo empanado, cuando llegó el momento de pedir el postre del menú infantil nos ofrecieron los postres que tenían, el niño eligió uno y posteriormente vimos en la cuenta que nos lo habían cobrado (tarta tres chocolates a 6,5€), preguntamos y nos dijeron que ese postre no estaba incluido en el menú infantil... Calidad precio no...
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