Hacer una parada en el Mesón El Bosque en Béjar fue, sin duda, uno de esos momentos que te reconcilian con los viajes y con la vida. Veníamos de Portugal rumbo a León, cansados, y lo que encontramos aquí fue mucho más que un restaurante: fue un hogar en el camino.
Desde que cruzamos la puerta sentimos un ambiente familiar, cercano y auténtico. El lugar estaba lleno, pero aún así Nuria —la dueña— nos recibió con una sonrisa y una atención que ya no se encuentra fácilmente. Esa hospitalidad cálida fue la primera pista de que estábamos en el sitio perfecto.
Comenzamos con un plato de jamón ibérico que, sinceramente, voló de la mesa de lo delicioso que estaba. Después llegaron los segundos: mi marido eligió huevos fritos con lomo de cerdo ibérico, y yo pedí chuletillas de cordero lechal. Platos que parecen sencillos, pero que en manos de quienes cocinan con cariño y respeto por la tradición, se convierten en los mejores de toda la zona.
La experiencia fue aún más especial gracias a la pasión de Nuria como sommelier. A pesar de que no podíamos pedir una botella entera, nos sirvió una copa de tinto de la sierra —intenso, con carácter, con esos matices de monte que lo hacen único— y una copa de blanco Godello de la Ribera Sacra absolutamente espectacular. El detalle de servirlos en copas Riedel, cuidando cada gesto, habla de alguien que ama lo que hace y lo transmite en cada detalle.
Aquí no se trata solo de comer bien, se trata de sentirte cuidado, valorado y feliz. Este es un mesón de verdad, familiar, donde los dueños están al frente y lo dan todo para que tu experiencia sea inolvidable. Nuria en sala y su marido en cocina forman un equipo que no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma.
En un mundo donde abundan los lugares impersonales, encontrarse con sitios como este es un regalo. Si pasas por Béjar, no lo dudes ni un segundo: Mesón El Bosque no es solo una parada obligada, es una experiencia que te marcará y que recordarás con...
Read moreUn muy buen restaurante en todos los aspectos:
• La comida, que suele ser lo que a todos nos interesa principalmente, está rica y es de calidad. Por concretar un poco más, los platos son simples —los niños no encontrarán «cosas raras»— y tienen la cantidad suficiente. En mi caso, tomé los huevos fritos con chichillas y la tarta de queso y quedé completamente satisfecho.
[Añado también que, así como platos simples que a todos suelen gustar, la carta también incluía numerosas opciones para los entusiastas del jamón. Pongo este apunte entre paréntesis ya que yo no llegué a degustar ninguna de esas opciones y, por ende, no puedo opinar sobre ellas.]
• El precio es otra ventaja del restaurante. El gasto por persona es de unos doce euros aunque, por supuesto, si escogemos algún plato de categoría superior —las opciones de jamón ibérico que mencionábamos antes—, este ascenderá.
• El servicio es maravilloso: desde el momento en el que pisé el interior del local fui muy bien atendido, con los encargados pendientes de que todo fuese como la seda y asegurándose de que no me hiciese falta de nada.
[Aquí quiero agradecer el buen trato recibido. Puede parecer una pequeñez, pero ese pequeño salto que hay entre hacer un buen servicio y nada más y realmente implicarse en la experiencia del cliente, cosa que ocurre en este establecimiento, para mí añade muchísimo al valor del restaurante.]
• Por último, debo advertir de que aunque el local es agradable, este tiene unas dimensiones reducidas y puede que se encuentren sin plazas disponibles. Por eso, recomiendo encarecidamente...
Read moreRestaurante que destaca por una calidad de primera y un trato de primera división. Local adaptado a las medidas Covid, con desinfectante de manos, distancia de seguridad y medida de temperatura nada más llegar. Dispone de una carta con entrantes, mariscos, platos de cuchara, carnes, pescados y postres; a destacar el jamón de bellota, las zamburiñas, la lengua o los callos con garbanzos y la leche frita (la mejor que he probado desde hace mucho tiempo, sin apelmazar, suave y crujiente a la vez). En cuanto a bodega, dispone de los clásicos Ribera del Duero y Rioja. Para aquellos que quieran expandir sus horizontes les recomiendo probar algún vino de la zona, déjense guiar por Nuria, la Sommelier, seguro que acierta de pleno. El café es bueno, para los amantes de un Ristretto, no duden en pedir un clásico café solo corto. La comida fue acompañada por grupos de música como Phil Collins, Roxette, Mike Oldfield, entre otros; a un volumen bajo. Finalmente quisiera agradecer a cocina por sus platos tan sabrosos como a Nuria y Pedro por su saber hacer y el trato al...
Read more