Un lugar maravilloso en Caños de Meca, donde degustar auténticas exquisiteces de nuestra tierra y sintiéndote como en casa. Las Acacias es, sin duda, sinónimo de hogar, de familia y de buen hacer. Tanto la calidad de los productos como el servicio son excelentes y cada detalle marca la diferencia y hace de este sitio un acierto seguro y una experiencia estupenda e inolvidable. Lo único difícil es decidir qué escoger de la carta, porque todo está riquísimo. Eso y tener que marcharte en algún momento, porque dan ganas de quedarse a vivir allí con ellos. Afortunadamente, también disponen de habitaciones con todas las comodidades, unos jardines preciosos y situadas justo enfrente del Faro de Trafalgar, con sus paradisíacas playas alrededor y el Parque Natural de la Breña y acantilados de Barbate. ¡Imposible imaginar mejor entorno! Muchísimo Amor, trabajo ejemplar y grandísimas personas es lo que hay detrás de este lugar emblemático, al que siempre dan ganas de regresar y del que siempre marchas sintiéndote más feliz, con mucha paz en el alma, el estómago bien contento y una gran sonrisa dibujada en la cara.
¡Gracias de corazón, sois...
Read moreLa verdad solo tiene tu sentir y no el razonamiento es el que puede elegir. Así que dicho esto las personas que riegan este Restaurante lo hacen desde sus principios que están lleno de sus propias vivencias, sean las aunque sean son las que sienten, esa esencia que paso a paso ya no se sienten, y dan paso a lo que yo llamo consumismo y psíquicamente te dan la propiedad a sus resultado que te dan lo mejor de esa esencia que el Amor en sus tiempos les dio la posibilidad de vivir en sus momentos de no ver y de ver lo que la vida humana no ve. Ellos son pureza y por ende si quieres ven sin exigencias y si no vas a si, no entenderá nada de lo que te digo.
Un gran Almabrazo de corazón a corazones....
Read moreHe pasado unos días de ensueño en Los Caños de Meca, viviendo con lo mínimo en el camping y enriqueciendo el espíritu con tan bonitos paisajes, personas y vivencias. Hoy es mi último día aquí y he entrado en este restaurante para darme un regalo de cierre. He quedado sorprendido por la energía del lugar, parece un cuento por el que entras a través de un camino lleno de velas. Hoy ponían Ludovico dando un ambiente emotivo, romántico y calmado. El plato que me pedí estaba delicioso. Me dieron pan con aceite. La atención ha sido impecable. Todo bonito, hasta la velita que ponen en cada mesa de cada comensal. Me voy con el alma contenta.
Gracias...
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