Creperia y Ensaladería La Bohême d'Emilie — Restaurant in Candelaria

Mi pareja y yo hemos salido bastante decepcionados del lugar. Os cuento: Llegamos, nos traen la bebida, leemos la carta y a las 22.20 pedimos un par de crepes para cenar. Al tomar nota nos pregunta si vamos a querer postre. Decimos que aún no lo sabemos, que primero queríamos cenar y nos dice que a las 22.30 cierra la cocina. Leemos la carta de postres y un par de minutos más tardes le decimos que queremos un crép dulce con helado, pero que nos lo traiga cuando terminemos los otros para que no se nos derrita. Nos dice que como mucho tiene que ser a y media porque su compañera de cocina se va. Cuando solo nos había dado tiempo de comernos medio crep, ya teníamos el postre en la mesa. El camarero a esas alturas ya estaba recogiendo la terraza. Cuando empiezo a comerme el postre ya está toda la terraza recogida, no queda nadie y la parte de dentro está llena de mesas y nos trae la cuenta, antes de pedirla e incluso antes de ni si quiera terminar. La sensación de que querían que nos fueramos lo antes posible era evidente. Me lo como todo con prisas. Mi pareja paga, y no nos da tiempo ni de terminarnos la bebida que tenemos en el vaso cuando nos apagan la luz de la terraza. En ningún momento cuando nos sentamos y nos trajo las bebidas nos dijo que cerraban pronto, es más nos dijo que cerraban la cocina a y media y aceptamos pedir rápido hasta el postre, pero nunca que cerraban el bar también. Si tienen tanta prisas por irse que no te atiendan a esa hora, pero que no te hagan cenar rápido y estresado. Lamentable el trato. Por otro lado, la comida tampoco estaba buena. Pedimos ambos crepes de pollo. El de pollo con nata champiñones y queso azul solo tenía pollo y nata. El queso azul te tocaba cada 5 bocados un trocito. El pollo de ambos sequísimo, que lo masticabas y se te hacía una bola. Queríamos tomarnos algo en otro lugar después y nos hemos tenido que venir a casa, ya que media hora después de cenar estabamos ambos con dolor de barriga. Mal,...

Pedimos una ensalada recomendada por el camarero con extra de aguacate. La ensalada la dejamos entera porque no nos gustó.Lo normal en estos casos es preguntar si ha pasado algo,si no nos gusta o porque no la hemos comido. Lo que nos dijo fue que si la queríamos para llevar y le dijimos que no. Pedimos la cuenta y le comentamos que no nos ha gustado la ensalada.Nos dijo que eso hay que decirlo antes y se puede cambiar el plato por otra cosa,pero nos la cobra igualmente.En definitiva, dos refrescos,un café consumidos y la ensalada a la basura por 16 euros y pico.Parece que solo vale cobrar el plato y que el cliente se vaya con hambre y descontento. Debería habernos propuesto cambiar la ensalada por otra cosa para comer cuando vio que el plato estaba entero y no habíamos comido otra cosa antes,pero lo fácil fue decirlo después de pagar y ya con esa actitud uno no tiene ganas de quedarse más tiempo en el local para comer.Decepcionante atendimiento,aparte 11'40 una ensalada,el extra de aguacate a 1'40 y eran dos cachitos.Con este servicio lo que consiguen es perder clientes y parece que les da igual.No digo que me regalen el plato pero lo mínimo es cambiarme el plato por otra cosa,que menos.Para nada...

Recomiendo no ir el Día de la Madre, servicio nefasto y nos han intentando engañar. Resulta que reservamos en la crepería para un brunch el día de la madre por teléfono. El Día de la Madre vamos, descargamos la carta con el código QR y vemos que hay muchos brunch diferentes y variados, pero cuando llega el camarero tras habernos sentado, nos dice que solo hay UNA opción de brunch, que no hay más ese día. Nos pregunta que si nos lo habían mencionado por teléfono, lo cual no nos habían dicho nada, y lo mismo le preguntaron al resto, que a nadie le habían dicho nada. La opción que nos ofrecían era 29 euros por pareja, donde ofrecían croissants, crepes, un crep para compartir... Nos traen una bandeja con los croissants, contados, sin mantequilla y con un sobre de mermelada. Otra de las cosas que venían incluidas eran dos copas de cava, las cuales nos las traen en vasos de plástico y llenas hasta la mitad, se ve que se quedaron sin cava e hicieron la chapuza. La comida ofrecida, sin más, una estafa en toda regla. Me parece vergonzoso que sólo ofrezcan esa opción, cuando ni siquiera estaba tan lleno. Más que un brunch,...