Bar Blanco Restaurante — Restaurant in Cangas del Narcea

This was a wonderful bar with comedor in Cangas del Narcea. We were staying at the nearby Parador and decided we would prefer some "local" flavour for dinner.

We got there about 8.30 in time to have a drink in the bar until the comedor opened at 9pm.

The barman made Lyn's gina and tonic with the same care as if we were in the swankiest bar in New York. Meticulous - a pleasure to watch a craftsman at work. They also had a good range of single malts for me to choose from. Very reasonable prices.

We enjoyed our drinks and snacks whilst watching the soccer with the locals.

The food we had later was excellent. First a bean and chorizo stew, then an excellent steak "from a blonde Asturian cow".

Excellent food, service and atmosphere.

We muddled through the English/Spanish between all us so no problems...

Había visto el local paseando por Cangas y una noche entre semana me acerqué a picar algo en el bar, sin reservar mesa para el restaurante, ya que tienes las 2 opciones. El bar se mantiene tal y como se inauguró y ahora sería lo que llaman un local vintage, algo que en mi caso me encanta. Llegué un poco pronto y me dijo el camarero que la cocina no abría hasta las 9 por lo que decidí tomarme un vino mientras esperaba. El chico me recomendó un vino tinto D.O. Cangas llamado "7 vidas - parcelas singulares", que resultó un total acierto por lo rico que estaba y por lo fácil que se dejaba tomar. Llegó la hora de cenar, me explicó que había 3 platos de la carta que no los tenían y que de algunos platos se podía pedir media ración. Finalmente opté por media ración de croquetas de jamón, un cachopín de jabalí al oporto con boletus y un flan de castañas con gelatina de manzana y helado de sidra. Había pedido otra media ración pero el camarero me dijo que igual era mucho para la cena así que seguí su recomendación (esos detalles me gustan). Mientras esperaba me trajeron un aperitivo de pureza de calabaza con queso que estaba rico, para ir abriendo boca. Llegaron las croquetas, 6 unidades, en forma de bola, crujientes y cremosas pero...ni rastro del sabor a jamón. Me fastidia decirlo porque fue la única pega que le puedo poner a la cena pero...no las recomendaría, hay muchas más opciones en la carta. Pasamos al cachopín de jabalí y eso me hizo olvidar todos mis males, una carne con sabor pero muy tierna, una salsa de oporto sabrosa y unas setas muy ricas. Aquí tuve que coger un buen trozo de pan y mojar (un pan de leña muy bueno, por cierto). Y llegó el postre...madre mía que cosa más rica!!! Hacía tiempo que no disfrutaba igual, el flan de castañas estaba suave a pesar de que al llevar la harina de castañas siempre se hace un poco más pesado pero cuando lo mezclabas con la gelatina de manzana y un toque de helado de sidra...buahhh... el puntito de acidez daba vida a todo el conjunto en la boca y me hubiese comido otro postre más. Resumiendo, a pesar del chasco con las croquetas, creo que es un local muy recomendable, con buen ambiente, carta elaborada y producto de calidad. Todo...

Un pedacito de paraíso hecho realidad en la tierra convertido en sabor. Es la forma en la que puedo describir este tesoro de Asturias. Restaurante Bar Blanco, el referente gastronómico del occidente astur y posiblemente de los mejores embajadores de esta tierra. Ir a Cangas del Narcea y no comer allí sería un pecado.. y si no podéis parar a comer, al menos sentaros en su terraza a disfrutar del ambiente tomando un vermú propio "la trucha cautiva" que es totalmente distinto de sabor a lo habitual teniendo un toque afrutado que lo hace brutal con cualquiera de sus pinchitos como aperitivo para acompañar. Si optais por comer... la carta no es extra larga, pero mucho mejor así, menos es más siempre. Cualquier cosa que os podáis pedir va a ser puro espectáculo en el paladar. Combinan cocina tradicional, producto de cercanía con un toque innovador, sin ser raciones escasas, sin precios abusivos y una buena bodega. No podéis iros sin probar su steak tartar campeón de España, sería pecado mortal... en definitiva, si sois varios aprovechar a pedir cada uno un plato y poder probarlos todos (el tataki.. el arroz... la costilla de gochu asturcelta... los mejillones y mojar el pan en esa salsa...) Y de propina.. decir que su brownie casero es apto para alérgicos a los frutos secos.. sorpresa! Y el local mantiene toda su esencia desde su apertura, cuidando esa tradición.. y después pasas a su nuevo comedor y te encuentras un lugar acogedor, cuidado hasta el mínimo detalle como es su vajilla.....