La comida estaba buena. El restaurante es pequeño pero con encanto. El servicio dejó mucho que desear. Tuvimos dos camareros: una mujer y un hombre. Cuando llegamos, ambos fueron bastante maleducados. Fuimos los primeros en llegar al restaurante. La mujer estaba hablando con alguien, pero nunca nos reconoció ni nos saludó. Tuvimos que pedirle al hombre para que nos atendiera. Él tampoco se molestó en saludarnos. Solo preguntó si teníamos reserva. Preguntamos si podíamos sentarnos cerca de la ventana. Nos dio una explicación condescendiente sobre su política de “orden de reserva” y que como habíamos hecho la reserva ese mismo día, no podíamos tener una mesa junto a la ventana.
Después de que nos sentaron, llegó otra pareja con reserva. También llegaron dos mujeres sin reserva, después de nosotros. Atendieron a las dos mesas antes que a nosotras. Tuve que pedir nuevamente que nos atendieran. El camarero finalmente volvió pero dijo que solo tomaría la orden de bebidas. Cuando llegaron las bebidas, pasó bastante tiempo hasta que la camarera vino a tomar nota de la comida y solo porque insistí. Se acercó a regañadientes a nuestra mesa. Empezó con: “no tenemos bogavante y (otra cosa)”, y parecía molesta. Finalmente hicimos nuestro pedido. Mientras tanto, sentaron a un grupo grande en una mesa detrás de nosotras. Para atenderlos, tenían que pasar por detrás de mi silla. Ella no tuvo ningún problema en pasar. Él, sin embargo, no paraba de golpear agresivamente mi bolso, a pesar de ser la mitad del tamaño que ella y de tener espacio suficiente para pasar entre mi silla y la mesa. Primero le eché una mirada para que parara. Cuando volvió a hacerlo de nuevo a propósito, le llamé la atención. Por supuesto, no pidió disculpas, ni ella tampoco. En su lugar, la miró con cara de indignación, como esperando que ella hiciera algo al respecto. Ella, siguiendo sus órdenes inmediatamente, cogió una silla de una mesa vecina, la empujó contra nuestra mesa y literalmente dijo: “pon tu bolso aquí”. Ni un “perdone las molestias”, ni un “lo siento, le traigo esta silla para su comodidad”. Nada. Todo con mala gana y malas caras.
Cuando se dio cuenta de que ya me estaba hartando, suavizó su actitud. Se encargó ella del servicio a partir de ese momento y todo mejoró bastante. No nos quedamos para el postre. Nos fuimos a otro sitio porque simplemente queríamos marcharnos. La verdad es que al final, ella nos terminó atendiendo bien. Hasta se esmeró en solucionar un problema con nuestra tarjeta internacional.
No volveremos. Es una verdadera lástima porque el local está muy bien y la comida buena. Pero el servicio... aunque sabíamos que el camarero no tenía un problema de actitud solo con nosotras porque el chico joven de la mesa grande frente a nosotras (que tuvo que levantarse dos veces para pedir que lo atendieran) también se quejó a los de su mesa del carácter...
Read moreUnfortunately, we encountered a disappointing experience at two restaurants in Cangas. As tourists, we felt unwelcome and unappreciated. Restaurant Bruno lacked friendliness, with no smiles or efforts to make us feel at home.
The service was incredibly slow and uneven. The meat dishes arrived after 5 minutes, but we waited an additional 20 minutes for the bacalhau. By the time our meal arrived, our kids had already finished eating.
On a positive note, the meat dishes were well-prepared and enjoyable. However, the bacalhau was a letdown, as other reviews mentioned – it lacked salt and was drenched in sauce.
Overall, the service was miserable and overshadowed the quality of the food. We expected a more welcoming atmosphere and better coordination from the staff. This experience left a sour taste in our mouths and diminished our...
Read moreÚltima vez que vamos: Solemos veranear en Cangas y cada año íbamos una vez a comer, no es que sea un trato maravilloso pero el arroz está bueno, y lo mejor que tiene es la ubicación que sí te toca mesa en las ventanas tienes muy buenas vistas de la ría de Vigo. Este año al volver de la playa reservamos y nos dijeron que no le quedaba mesa a la ventana para el día siguiente pero sí en la terraza, con lo cual reservamos terraza. Al día siguiente fuimos puntuales a comer, y nuestra desagradable sorpresa fue que no teníamos sitio en la terraza que previamente reservamos, la camarera simplemente dijo que había llegado gente antes y se la habían dado, pero por supuesto a nosotros no nos dieron las mesas libres que aún quedaban dentro sin ocupar porque estaban reservadas...¿Por qué a ellos se les respeta su reserva y a nosotros no, cuando habíamos llegado puntuales?. A pesar de todo nos quedamos a comer en una mesa sin vistas en el interior del restaurante. La camarera se dio cuenta de que no nos había parecido bien y nos comentó "me dicen en la cocina que si quieren un pan de millo y xoubas como APERITIVO que se han equivocado en cocina y les HA SOBRADO", otros años en el tiempo de espera en que sacaban la comida te ponían gratis un aperitivo, con lo cual entendimos que era como disculpa y como les había sobrado en cocina era gratis, porque en ningún momento dijo entrante (como pone en carta) sino aperitivo., así que aceptamos y le dimos las gracias, nuestra segunda sorpresa desagradable fue cuando nos llegó la cuenta y nos cobraron 15€ por ese aperitivo que por confusion en cocina les había sobrado... Última vez que vamos porque por la zona hay restaurantes muy buenos y sin sorpresas...
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