Terraza Saray — Restaurant in Cartagena

Reservamos por internet, con su respectiva confirmación.

Llegamos, preguntamos, 5 minutos, 10, todos deambulando, nadie se aclara.

El dueño, ya cuando llevamos un rato, le decimos que hemos hecho la reserva por internet.

Él dice que es que por internet no les llega nada.

Le preguntamos qué si habrá problema para comer.

Se encoje de hombros y dice que llevan una semana llenos.

Inmediatamente, digo que no hay ningún problema que me de la hoja de reclamaciones y listo.

A partir de ahí, es cuando si sale de detrás de la barra y ya empieza a hablar de buscar soluciones, cosa que no había dicho hasta ahora. ¿Qué cosas verdad?

Pero eso sí, repitiendo lo que yo decía con incredulidad (en mi tierra sacar burla, menospreciar los argumentos del otro, o el sinónimo que queráis. ) Las siguientes frases ya eran vacilando. "Qué seguro que han salido a pasar un buen día"

Por supuesto que sí, antes de que usted insinuara que a pesar de hacer mi reserva y tener mi confirmación no iba a poder celebrar este día.

Después para intetar seguir dándole la vuelta, intenta insinuar que aunque yo ponga una reclamación si el demuestra que "las cosas de internet no le llegan no le pasaría nada".

Pues mire, yo sí que tengo mi reserva y mi confirmación; el resto es problema suyo, y si ya sabía que no funcionan esas reservas, como ha dicho es usted el que no se toma el interés debido en su negocio ya que no no soluciona sus problemas. Oh ¡Sorpresa! Sigue siendo culpa suya.

Bien después de no conseguir su objetivo ( que nos fuéramos para hacer con la mesa algo que le vendría mejor: más caja, acoplarla a otro evento o guardarla para algún habitual, que es lo que tiene llevar 10 años en hostelería sumado a tener dos dedos de frente, mi buen señor, que cuando usted piensa en hacer su jugada yo he vuelto tres veces) por fin nos sentamos (qué casualidad que había una mesa montada donde nos habían ubicado según la reserva, para el número de comensales exacto eh, que cosas tiene la vida..).

Ahora después de esta gran experiencia con este señor, viene lo mejor, que no se crean que termina aquí la aventura:

Mi opinión de la carta me la guardo cada uno vende lo que quiere, pero no vengáis buscando nada especial.

La Coca-Cola sin servicio, bueno perdón el servicio vino a mitad de la coca cola. ( Un servicio es un vaso con hielo y si corresponde limón )

La ensalada de ahumados, cuyo principal ingrediente era el tomate no los ahumados.

Las patatas del bacalao frías las de la parrillada sin hacer.

La repetición de bebida, casi para los cafés.

15 minutos para que nos cobren.

Y para rematar mi padre ha tenido que irse antes de terminar el café, dado a molestias estomacales. En cuanto he llegado a casa más de lo mismo para mí.

Me arrepiento de no haber guardado el ticket para poder poner la denuncia que os merecéis. Y me arrepiento también de no haber puesto la hoja de reclamaciones por no darle el día a mi familia.

Lo bueno es que el tiempo pone a todo el mundo su lugar, el día de San José todos los bares están llenos, pero el resto del año... Bueno ya veremos cómo les va.

Por cierto, iba a este local desde que estaba ubicado en el actual "La Teja". Así que disfrute de sus 5 clientes menos y del poder del boca a boca.

En su favor, diré que la mejor tarta de San Marcos que me he comido nunca y que las camareras son agradables y serviciales, quizá el dueño podría aprender...

La experiencia en Terraza Saray ha sido bastante decepcionante. Pagamos prácticamente lo mismo que en otro restaurante donde, siendo también 2 adultos y 1 niño, nos sirvieron 3 platos completos en total (uno por persona), ensalada al centro, postres y cafés incluidos. Aquí, en cambio, solo unas tapas muy justas y de calidad muy mejorable.

Las patatas bravas estaban tan picantes que apenas se podían comer, las marineras sosas y sin gracia (rosca mínima con ensaladilla insípida y anchoas flojas), y las croquetas, aunque ricas, llegaron acompañadas —igual que las marineras— de patatas paja puestas de cualquier manera, donde además observamos que la camarera las cogía directamente con la mano, sin cuidado ni higiene, después de haber estado manipulando comandas y platos. Esto nos pareció muy poco profesional.

El calamar nacional anunciado con ensalada se reducía a un triste puñado de lechuga sin más.

Para colmo, añaden un servicio de mesa que no aporta absolutamente nada, y la carta resulta corta y nada atractiva.

El ambiente tampoco ayudó: demasiado ruido y gente hablando muy fuerte, lo que hizo que la comida fuera incómoda.

En resumen: expectativas altas, resultado flojo. Mucho dinero para comer regular, sin postre ni café, con sensación de poca higiene y sin buena relación calidad-precio. NO...

La verdad que fue un sitio muy bueno, donde nos dieron un servicio de 10 desde el primer momento que reservamos uno de los menús fijos que tienen de con dos opciones de plato fuerte. Los platos a elegir eran paella de secreto ibérico o asado de paletilla de cordero, seleccionamos la segunda opción y la verdad que estaba buenísimo y de cantidad hasta sobró un poco, así que fue la acertada.

De entrantes probamos una tabla de quesos variados, una ensalada de la casa, unas croquetas con fritura de verduras y por último una de las cosas que más gusto de todo, alcachofas con jamón serrano y champiñón relleno (mención especial a este último, una textura y sabor increíble).

Bebida ilimitada en el que nos pusieron cerveza de marca buena y no las típicas jarras de grifo, sino en tercios y quintos. Un detalle que en pocos sitios se ve.

Quedamos muy contentos y la verdad que nunca había ido, aunque si lo había escuchado y las recomendaciones eran buenas. Volveré sin dudarlo.

PD: suelo echar fotos en mis reseñas, pero esta vez se me pasó completamente por la conversación que había en la mesa en todo momento la...