Hemos decidido venir a comer desde lejos por las buenas críticas y visto que han recibido un Solete Repsol. Veníamos con expectativas de una comida sencilla pero de calidad. Sencilla ha sido, de calidad no tanto. La mala critica es por la relación calidad precio. El servicio muy atento, a pesar de tener discrepancias a la hora de retirar los cubiertos, manteniendolos en todo el servicio a pesar de comer un arroz de pato después de unas gambas. Hemos optado por el menú más completo de la carta, siendo entrantes una coca artesanal, la masa buena, acompañada con queso philadelfia, un montoncito de rucula y una ínfima cortada de jamón. Entrante muy mejorable. Después una pericana con capellan, para mi gusto un poco fuerte, pero eso efectivamente va a gustos. Continuamos con lo que debería haber sido un pulpo a la brasa con parmentier, que no hemos podido probar y que han sustituido, habiéndonos avisado previamente, con unas “gambas”. Cuatro unidades de una calidad muy cuestionable y una talla poco superior a la quisquilla. Una autentica desilusión y para nada comparable a lo que podría ser el plato de pulpo, en carta valorado a 18.80 euros. Por tercero y último entrante, el más sorprendente, un cuenco lleno de rucula al que le han rallado algo de grana padano aliñado de una vinagreta supuestamente trufada. A nuestro entender sin gracia alguna ni aliciente, no hay cocina en ese plato. No es una ensalada, es rucula de bolsa con queso rallado por encima y vinagreta. Continuamos con el plato principal, un arroz de pato, en su punto, bueno, capa fina y cocinado con buen tino, nada que objetar. La comida ha sido acompañada por un mollete de pan casero, bueno, junto con aceite de la zona. Hemos bebido dos aguas de medio litro, una cerveza y una copa de vino de la casa. Para finalizar la comida, el postre que ha consistido en dos dados de tarta de queso y un hojaldrito de chocolate y crema, nada destacable y algo bastante escaso. No estaría del todo mal, para según qué personas, si el precio no hubiera sido de 81.30 euros entre dos personas. Irrefutablemente inmerecido, no nos parece acorde lo recibido con este precio habiendo a este nivel en grandes capitales cercanas infinidad de opciones más elaboradas y de mayor calidad. Una lastima. Muy muy...
Read moreAnimals feeding. El traductor de google te describe la experiencia. No hay carta, solo un menú cerrado donde comes lo que decide el dueño. 32 + bebidas. Se empieza con un plato de manteca de cerdo pura (emulsionada con tomillo) para extender sobre pan frío de hace tres días guardado en bolsa de plástico en la nevera. Plato de embutidos: rodajas finas de morcilla, chorizo, fuet y butifarra. TRES de cada tipo contadas para DOS comensales, + UNA de sobrasada. Albóndigas: de nuevo 5 unidades para 2 comensales. Habitas tiernas: Cuidado, que quema la cazuela!! Te dice el camarero. es verdad, viene al rojo vivo, da la impresión de q acaban de cocinarlas. Pero no, las tienen hechas frías en la nevera y las echan en la tartera hirviendo. (Cocina de contraste) Gazpacho típico de Castalla: sobre una torta de pan de hace unos días se pone el gazpacho. Lo malo es si te toca, como a mi, la cabeza del conejo con los sesos dentro. Los lomos están cortados a máquina en rodajas finas de un cm. (Eso solo se consigue hacer con el conejo congelado y duro) y los huesos de las patas tronchados con astillas como agujas. Y el postre?? No preguntan: te ponen un plato con CINCO pequeños trozos de distintas tartas para DOS comensales. En resumen: ideal para comer pan gomoso con manteca de cerdo pura y sorber los sesos de la cabeza de un conejo. En Asturias, de donde soy, no permanecería abierto...
Read moreAttentive service from fresh home made bread with a selection of excellent olive oils to a fantastic paella, thin and properly made. Really loved this one with Secreto and Ajetes. The owner is an excellent host! We’ll be back to escape the crowd of the people who usually prefer the coast to the...
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