Wir sind "aus Versehen" auf dieses Restaurant gestoßen, haben uns dann aber aufgrund der schönen Aussicht, was auch schon das einzig g Gute an diesem Restaurant war, entschieden zu bleiben. Zunächst wird man hier ersteinmal sehr unhöflich gefragt, ob man eine Reservierung hat. Woran wir uns nicht störten, da es eine berechgigte Frage war jedoch ohne jegliche Manier oder Vermutung einer Ausbildung im Gastgewerbe, dass man JEDEN Gast ersteinmal freundlich willkommen heißt. Denn der Gast von heute sind seine Mutter, Tanten, Freunde morgen, wenn man allein nur freundlich wäre. Wir blieben dennoch sehr freundlich und es wurde ein anderer Tisch an der Terrasse frei, wo wir uns auf Nachfrage beim Kellner, dann hinsetzten. Dass man sich anscheinend dort selbst bedienen muss, wurde uns zumindest nach 10 minütiger Wartezeit und auf eigene Nachfrage mit abwertenden Blicken von der selben Person erklärt, welche nach der Reservierung fragte und uns das Sitzen im Terassenbereich gestattete. Man fühlte sich schon an diesem Punkt wie ein Gast, der lästig und unerwünscht war anstatt freundlich das System zu erklären. Also bestellten wir unser Essen an der Bar. Kaffee gab es laut Auskunft des Schankkellners erst ab 18:00 Uhr, was auch immer der Sinn dahinter ist, akzeptierten wir dies und gaben unsere Essensbestellung und Getränke auf. Wir bezahlten an der Bar mit immerhin 3 Euro Trinkgeld vorab bei einem Preis von 15 € für ein paar Chips (Nachos) und 13 € für leicht befüllte Tacos. Freundlicher wurde man auch jetzt nicht behandelt. Der Tisch auf der Terasse war vom Gast davor noch dreckig. Gläser wurden nicht weggeräumt. Also stellten wir als Gast die benutzten Gläser selbst an einen leeren Tisch. Das Essen wurde also an den dreckigen Tisch serviert. Hätte man nicht freundlich darum gebeten einmal abzuwischen, hätte man mit dreckigem Tisch gegessen. Weiter ging es dass das Essen wortlos auf den Tisch gestellt wurde ohne zu erwähnen was es ist. Die gleichzeitig bestellte 2. Mahlzeit für die 2. Person wurde dann ganze 20 Minuten später wieder wortlos ohne Servietten oder Besteck serviert. Die Tische im selben Bereich um uns betrachtend, gab es an dem einen Tisch Besteck und Servietten, welches serviert wurde und an dem anderen Tisch gegen 16:00 Uhr Café für spanische Gäste, für uns jedoch offenbar nicht. Auf jegliche, bis dahin sehr freundliche Nachfrage (Servietten, Besteck, da ja bei uns nicht vorhanden) wurden wir mit einem Nase rümpfen bedient. Dass man sich glücklich schätzen konnte überhaupt bedient zu werden. Service gab es für uns Ausländer zumindest keinen. Und die Blicke der Kellner bzw. die förmliche Unlust uns zu bedienen hat uns dann schlussendlich gereicht und den Appetit verdorben, dass das Essen noch halb voll am Tisch stehen blieb, wir diese Lokal umgehend verlassen haben. Dieses Lokal wird uns und auch unsere Freunde und Bekannten bestimmt nicht mehr wieder sehen. Schade dass hier anscheindend eine Art Rassismus zu herrschen scheint und dies entweder so an die Angestellten weitergetragen wird oder absolut kein Interesse darin besteht auch Deutsche Gäste willkommen zu heißen sowie jedem Gast die gleich gute oder schlechte Behandlung zu erteilen. Abgesehen von dieser untrrschiedlichen Behandlung scheint hier kein Wert auf Freundlichkeit oder Nachhaltigkeit gelegt zu werden, da ja der nächste Gast eh kommt. Dass sie sich da nicht einmal verrechnen werden... ich habe mich dadurch nur noch einmal wieder bestätigt gesehen in die Bewertungen zu sehen. Denn anscheinend sind wir nicht die einzigen die hier Rassismus und schlechter Behandlung...
Read moreMi experiencia personal ha sido mala, todo comenzó con la reserva, al llegar Cristina me decía que aproximadamente me quedaba 30 min, yo decidí irme a la sombrilla y se pasó mi turno antes de ese tiempo, culpa mía, pero lo que no es de recibo es que me dijese que me llamaron al móvil cuando realmente no había llamada. No digo que tengan la obligación de llamar pero al menos no mientas, queda fatal de cara al cliente.
Seguidamente estuvimos esperando un buen rato sentados en la mesa hasta que fuimos atendidos, se entiende en un día con mucha gente, así que pedimos la bebida y toda la comida al mismo tiempo una vez fuimos atendidos para evitar retraso. Después de volver a esperar como 20min, sin bebidas aún habiéndola solicitado varias veces con la contestación de Cristina que las había reclamado, nos llegó la comida. Las bebidas llegaron después de haber comenzado a comer.
La comida llegó de forma caótica, las ensaladas casi cuando íbamos por la mitad del plato principal y uno de los comensales no había recibido nada después de haber llegado el resto de los platos. Al preguntar a Cristina, está ni se paró ni contestó, como mínimo creo que debemos una respuesta, solo se fue para un compañero y se lo comentó. Finalmente llegó casi al final y para nuestra sorpresa, aún tratándose de un bacalao dorado se parecía más a un revuelto de patatas pajas con huevo porque el bacalao era complicado encontrarlo.
También pedimos un arroz con mariscos, desconozco la forma de elaborarlo pero tenía muy poco marisco y un sabor intenso a Avecrem, simplemente es lo que percibí.
El resto de la comida estaba buena.
Finalmente el cobro, fue una espera de 20 min, simplemente por decirle que se había pedido unos helados que no aparecían en la cuenta.
Personalmente creo que es un error que las reservas, las atenciones a las mesas, las reclamaciones y el cobro se centralice en una sola persona, lo que provoca caos, retrasos y mal servicio. Cada vez que preguntábamos algo, o solicitábamos algo a algún camarero todas las respuestas eran "eso a mí compañera". Cómo opinión final mal servicio y no buena relación calidad/precio.
Espero que este comentario ayude a evitar dicha situación a futuros clientes y mejorar el...
Read moreEn un enclave privilegiado, a pie de playa y con unas vistas espectaculares al mar, este restaurante se presenta como un lugar ideal para disfrutar de un rato agradable. El entorno acompaña y la atención de sala merece mención especial: el servicio es rápido, cercano. A ello se suma un detalle muy valorado hoy en día: disponen de opciones sin gluten, lo que amplía la experiencia a todo tipo de comensales.
La carta se mueve en una franja de precio medio tirando a alto, acorde con la ubicación y el producto que trabajan. En líneas generales, la experiencia se sitúa dentro de lo esperado en un restaurante de estas características; sin embargo, hubo un plato que convirtió una comida correcta en un recuerdo imborrable: las lagrimitas crujientes de atún.
Este plato merece una reseña aparte. El corte del atún resulta impecable, con una jugosidad que realza el sabor limpio y potente del producto. La fritura, de un dorado uniforme, alcanza un crujiente que difícilmente se encuentra: ligero, nada aceitoso y con esa textura perfecta que invita a repetir bocado tras bocado. El acompañamiento de salsas es un hallazgo sorprendente; sin desvelar su composición exacta, presentan un perfil aromático con notas que recuerdan al curry, evocando sabores de tierras lejanas y exóticas. La combinación del atún con esos matices especiados conforma una experiencia culinaria de alto nivel, que trasciende la categoría de un simple entrante.
En definitiva, más allá de sus buenas vistas, su ambiente agradable y un servicio destacable, este restaurante se convierte en visita obligada por un plato que sobresale con luz propia. Las lagrimitas crujientes de atún no solo justifican la visita, sino que elevan la propuesta a la altura de los recuerdos gastronómicos que uno se lleva...
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