Aterrizamos en el Kobika sin conocerlo, y la experiencia fue muy buena. Aparte de la carta, ofrecen dos menús degustación: uno más sencillo, a 42€ por persona, y el Gourmet, a 58€. Elegimos el segundo, que arrancaba con cuatro aperitivos: una especie de gominola de vermú, crema de ajo arriero, bocado de conejo y croqueta de secreto ibérico. Buen comienzo, cuatro sabrosos bocados entre los que destacar la crema, densa y gustosa, y el conejo. Seguimos con tres platos: hongos en escabeche, alcachofa en sopa de ajo y atún rojo con helado de aove. Platos pequeños, para paladear en dos o tres bocados, en general bien conseguidos tanto en texturas como en sabores. Después un plato de pescado, rodaballo sobre una salsa de marisco, muy rico. La continuación, un huevo macerado en salsa de soja cubierto con papada tostada ligeramente in situ, resultó espectacular. Y por último, un plato de carne, carrillera a la antigua, que no desmereció a los anteriores. Dos postres dulces, el primero a base de un mini bizcocho de zanahoria, muy sabroso, y el segundo a base de pera confitada, bastante más flojo. Todo acompañado de una botella de tinto, aunque dan la opción de maridaje a razón de 25€ por persona. Cuenta final de dos personas, con un par de vermús de entrada, una botella de agua y cafés: 169,40€. Buena comida, buen servicio... anotado para repetir.