Creo que el principal problema al que se enfrenta la Cafetería Manuela es que no tiene claramente definido el tipo de cliente al que se dirige su oferta. Me explico: he acudido en varias ocasiones porque me encanta la calidad de su carta gastronómica y la atención recibida por el personal, pero de manera especial por el ambiente que se genera en la terraza con la música suave tipo chill-out, perfecta para pasar una tarde agradable tomando una copa dialogando con mi pareja o con un amigo.
No obstante, el pasado domingo quise sorprender a un amigo visitante de la isla llevándole a la Cafetería y me llevé la desagradable sorpresa de que la habían convertido en una especie de discoteca extraña, con la música a todo trapo y con reguetón inaguantable. En esa circunstancia, imposible hablar con la persona que se tiene enfrente. Amablemente le pedí a uno de los camareros que si era posible, al menos, bajar un poco la música. Tras realizar la consulta (me dijo que lo había preguntado al propietario) nos indicó que era imposible bajarla (???), con lo que nos fuimos frustrados y optamos por acudir a El Hangar, en Los Naranjeros, un lugar con una calidad similar en la comida, con buenos camareros y, sobre todo, con una música DE COMPAÑÍA, no estridente.
En mi opinión, la Cafetería Manuela perderá cuota de mercado y eso se reflejará en su cuenta de resultados porque si lo que quiere es atraer a clientela juvenil (de hamburguesa y reguetón) comprobará que tienen un poder adquisitivo muchísimo menor que aquellos que tenemos un poco más edad y que buscamos buena comida, ambiente relajado y, sobre todo, música agradable que invite al diálogo.
Leyendo el resto de los comentarios compruebo que no soy el único que se queja de la música, cosa que parece traer sin cuidado a los responsables del local.
En todo caso, si los domingos por la tarde pinchan reguetón a toda máquina, avísenlo a la clientela porque así, los que detestamos ese tipo de ambiente nos podremos ahorrar el paseo desde Santa Cruz. Es una pena tener que escribir esta crítica, porque la Cafetería Manuela tiene un enorme potencial dado su enclave privilegiado y los excelentes profesionales que atienden al público.
Tras la decepción sufrida, no estoy seguro de volver, y menos de...
Read moreEl café de Manuela es de esos sitios perdidos que cuando descubres quieres repetir, es un lujo disfrutar de sitios como este alejados del bullicio de las ciudades y sitios turísticos
En general en mi forma de valorar los sitios que visito, suelo tener en cuenta 3 áreas principalmente:
Ubicación, equipamiento y personal: En este apartado si lugar a dudas es un 5 estrellas. El lugar es bonito, amplia terraza con vistas al Teide, que en días claros te permite disfrutar de sus vistas entre viñedos, es fácil aparcar en la zona con 2 aparcamientos para este espacio, espacio distendido incluso para niños en la plaza contigua. El personal destaca por su amabilidad.
Comida: He visitado este lugar en diferentes ocasiones a fin de hacerme una idea clara de su oferta. En esta última ocasión he probado sus Brunch tan nombrados en las reseñas, nos sorprendió la calidad y sobretodo la oferta era claramente dirigida a un público que busca alimentarse de manera sana, poca presencia de dulces o ultra procesados por lo que si eres de los que se vuelve loco con el azúcar y la grasa debas añadirlo de tu mano. De sabor todo estaba muy rico, es una pena que tanto tortilla como tortitas estuvieran completamente frías en el momento de consumirla de los 3 comensales con quien compartía mesa, (De ahí las 4 estrellas) puedo entender la pequeña cocina de que disponen y la demanda de todos los clientes por lo que asumo que han puesto voluntad maxima de solucionarlo. A los que nos gusta el café, el de Manuela es de los que merece la pena tomar.
Relación Calidad-Precio: Creo que es competente y acertada, ofrecen buen producto a un precio coherente
Sin más, deseo mucho éxito a este lugar, al que sin...
Read moreFuimos hoy al Café de Manuela, después de ir hace unos años donde la experiencia fue positiva decidimos volver para desayunar en el mismo lugar.
Llegamos a las 11:30h, y ciertamente en ese momento había bastante gente, que sin embargo se fue disipando con el transcurso de la mañana. Tardaron 45 minutos en tomarnos la comanda y otra hora más en servirnos la comida, es decir hora y 45 minutos desde que nos sentamos. Tuvimos que ir a preguntar si se habían olvidado. Al llegar la comida, (que era un bocadillo y un brunch de la abuela) empezamos a comer. El bocadillo chorreaba aceite y la carne estaba durísima. El brunch fue la gota que colmó el vaso, cuando nos dimos cuenta de que el pan, venía con moho. Con moho negro, azul y blanco. De todos los colores. Ya a partir de ahí no pudimos comer nada más del mal cuerpo, ya que habíamos comido un bollito que estaba colocado encima justo e ese pan antes de verlo.
Al decírselo al encargado, nos retiró la bandeja y nos puso otra, pero no revisó qué panes de ese mismo lote se estaban sirviendo ni se hizo responsable. Básicamente nos dijo que eso se lo habían traído así los proveedores. Quiero recalcar que llevaban sirviendo brunch y bocadillos o comidas con pan durante toda la mañana.
Nos pedimos además un café y una botella de agua que nunca llegaron.
De verdad, me quedo con una sensación malísima, y me preocupa no sólo la mala organización interna que se ve claramente, sino especialmente el poco control y cuidado que se tiene con los alimentos. Si bien el proveedor les lleva el pan en mejor o peor estado, son ellos quienes lo sirven y deben revisarlo antes de que llegue a mesa.
No vuelvo ni...
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