El Campanu — Restaurant in Gijón

El campanu Reservamos en este restaurante a la una de la tarde, eramos tres. Empezamos por sorprendernos con la pregunta de la que nos cogió la reserva diciéndonos si preferíamos fuera o dentro, nuestra sorpresa fué cuando dijimos fuera y ya nos dijo que fuera no habia sitio....algo surrealista pero bueno.... Aprovechamos para decir que queríamos el arroz con bogavante. Llegamos 10 minutos antes de nuestra reserva y dijimos de tomar algo, a lo cual el primer camarero ya nos puso malas caras. A las 15:40 ya estábamos sentadas en la mesa y nos habían cogido la comanda. Mejillones al vapor y el arroz con bogavante. A las 16:30 nos trajeron un aperitivo. Y luego por fin, más de una hora después llegaron nuestros mejillones al vapor (muy sosos) y otra media hora más tarde el arroz con bogavante. El cual dejaba mucho que desear ya que estaba duro y muy salado. Ah y el bogavante hubiera venido bien que lo hubiera metido en la plancha ya que estaba crudo. Con todo esto recalcar que hubo varios momentos durante nuestra espera que escuchábamos los gritos de la cocinera con los camareros. Algo no muy agradable. Añadir también que cuando nos recogieron la mesa nos mojaron con el caldo de los mejillones (para colmo). Lo único bueno que puedo añadir de este restaurante es la simpatía y amabilidad de otro camarero que nos terminó sirviendo y se comió todo el marrón. Ya que los demás pasaban de largo y ni miraban para la mesa. Como gesto por el mal trato recibido y tardanza intentaron quedar bien invitándonos a los mejillones. Desde luego que sitio para no...

Fuimos a comer dos personas, el servicio muy bueno y el camarero bien. Nos invitaron a un caldo de marisco para entrar en calor, ya que fuimos en enero. Luego pasó el camarero con una bandeja para darnos a elegir el pan, de trigo o maíz.

Pedimos unos calamares, unas sardinas y unos cachopines para compartir entre dos.

Nos dijo que las sardinas no estaban disponibles porque no era temporada, asi que optamos por pedir solo los cachopines y los calamares.

Los calamares estaban realmente buenos, aunque se podria esperar algo mas de cantidad por el precio que tenian (creo recordar que 15€)

Los cachopines estaban muy ricos ya que tenian cecina y queso, también vienen acompañados de patatas fritas caseras, aunque también me pareció un poco caro ya que son tres cachos pequeños y tiene un coste de unos 21€.

Como nos quedamos con hambre, pedimos la ración de croquetas (9€) y puedo decir sin miedo a equivocarme que son las peores que he comido en mucho tiempo. La bechamel no está nada cremosa, son insípidas, no se aprecia el jamón por ningún lado y no se han escurrido bien ya que están muy aceitosas. Nos costó acabarlas y eso que teníamos hambre.

Como conclusión, es un sitio en el que se come bien (salvo las croquetas) pero que no es una maravilla relación...

Es una pena tener que poner esta crítica a un sitio en el que no se come mal pero hoy la atención ha sido realmente mala. Llegamos cuando el sitio aún no estaba lleno y tardaron muchísimo en traer la carta (que no entiendo aún porque no la puede traer la camarera). Cuando la trajo la soltó sin decir nada (ni siquiera él fuera de carta que aquí es mucho) y por dos veces lo pedido no llego. Cuando le describí la situación la escucho con los brazos cruzados sin pedir en ningún momento disculpas ni nada y al final cuando le indiqué que me sentía a disgusto con su reacción lo que me dijo es que estaba solo con las dos terrazas y que no tenia porque pedirme perdón porque no me había faltado al respeto (que no entiendo porque lo dijo porque yo a él tampoco). Creo que cobrando 17€ por unos mejillones al sitio le tiene que dar el beneficio (incluso con la inflación) para tener suficientes camareros como para que no estén tan quemados como para que la falta de personal sea lo que dice el maitre cuando...