GUACHINCHE AUTÉNTICO, pero con detalles negativos que no se pueden ignorar.
Fui al guachinche El Cubano por primera vez con 3 amigos un domingo a las 14:00 (al comienzo del segundo servicio); nos dieron mesa a las 15:00 y la comida la sirvieron sobre las 15:45. Teniendo estos tiempos de espera tan largos, muy buena tiene que ser la comida para ignorarlos, pero lamentablemente, no puedo olvidar el ambiente tan ruidoso del guachinche con tantos gritos y desorganización (gente cantando cumpleaños más de 5 veces en menos de 1 hora y comensales y camareros caminando por todos lados con prisa y sin maneras).
Repito, estuvimos una hora de pie esperando a que nos dieran una mesa. No hay sitios donde sentarse mientras y los camareros pasan por delante de la cola con cara de enfadados por la cantidad de trabajo que tienen que hacer. No se disculparon por las esperas con ninguna mesa ni se ofrecieron a invitarnos el pan (por ejemplo) por las molestias.
Esto, sumado al hecho de que el guachinche está muy escondido y es de difícil acceso, me hacen puntuar mi experiencia por lo bajo a pesar de que la comida esté fresca.
Pagamos 61 euros entre 4 personas por unos 6 platos y 4 bebidas. Es un precio justo, pero nada del otro mundo ni mucho menos, no es un guachinche que destaca por ser ni muy barato ni muy caro.
Las papas fritas están exquisitas sea como sea que las pidan; el bichillo lo recomiendo mucho pues es súper tierno y coge mucho sabor a brasa (aunque si no son saleros pídanlo sin sal porque se les fue la mano un poco con nuestras carnes, probablemente por las prisas y el resto de comandas).
No bebo vino, pero puedo certificar que estaba muy bueno, tiene una acidez muy agradable en el inicio de la garganta y un dulzor latente en boca que merece la pena probar.
No aconsejo a nadie ir a este guachinche un domingo a partir del primer servicio (la hora de apertura), ya que las horas de espera y el bullicio no merecen la pena a cambio de la comida y el sitio, y como no se puede reservar, quién llega primero se lo queda.
Me entristece no haber podido disfrutar al 100% del guachinche, ya que es uno de los pocos guachinches auténticos que mantienen tradición de solo vender vino de la casa y que integran el comedor y su cocina con la propia huerta, pero no voy a mentir diciendo que eché en falta algo de calma, una cerveza fresquita y postres, los cuales no pudimos probar porque se agotaron.
Entre otras cosas, hubo perros paseándose de vez en cuando por el comedor y una gallina se subió a una mesa a comer restos. Personalmente no me afecta mucho, pero profesionalmente no me parece correcto permitir que hayan mascotas domésticas y salvajes paseándose de esa forma en el comedor. No es higiénico y creo que, por mucho que sea un guachinche auténtico, no se le pueden perdonar este tipo de infracciones sanitarias a pesar de que sea algo puntual.
El dueño del guachinche es un señor muy amable y se despidió de nosotros con una gran sonrisa y mucha humildad. Volveré pronto al guachinche El Cubano para descubrir si tiene otra cara que no he visto, ya que la que ha mostrado en mi primera experiencia deja mucho que desear, pero animo a otras personas a visitarlo con la esperanza de que tengan más suerte de la...
Read morePrimera y última vez que acudimos a este "guachinche". Desde el primer momento supimos que no iba a ser una buena experiencia, y ya nada más sentarnos y traernos la bebida nos estábamos arrepintiendo… aun así, decidimos darles una oportunidad. ¿Por qué? Porque era una hora complicada para encontrar otro guachinche abierto, era el más cercano y, sinceramente, el hambre ya nos podía.
Desde el principio hubo varios detalles que nos parecieron incorrectos como, por ejemplo, traernos el servicio con la cubertería mojada, sin secar, lo que hizo que el pan se humedeciera. No es algo grave, pero sí habla de falta de cuidado. Ese mismo camarero nos cogió la comanda de la bebida.
Seguidamente, otro camarero vino a tomarnos nota de la comida: pedimos media ración de croquetas y queso asado. Esto, por suerte, no tardó mucho, nos lo sirvieron en unos cinco minutos.
Después pedimos un bichillo con papas fritas para compartir. Tras el camarero pasarla dos veces por la brasa (estaba cruda), la carne aun así tenía una textura muy rara, como si estuviéramos masticando grasa todo el rato (y no tenía). Fue desagradable.
Lo peor vino mientras esperábamos el bichillo (por el que esperamos unos 30 minutos). Mientras algunos camareros hablaban tranquilamente (que no me parece mal), había varias mesas sucias, con restos de comida tanto encima como en el suelo. Y lo más asqueroso de todo, palomas caminando por las mesas, y picando dentro de los platos sucios que nadie se molestó en recoger. Una auténtica cochinada. Si recogen las mesas en cuanto los clientes se van, esto no pasa.
En cuanto a la comida en general, nos pareció muy normalita… al menos lo poco que pudimos comer.
Mientras intentábamos comer, algunos camareros comenzaron a discutir entre ellos como si estuvieran en su casa, sin tener en cuenta que había clientes. Y para rematar, al irnos, vimos a un hombre en la zona del brasero (que no fue quien nos cocinó el bichillo) con un cigarro en la mano. Y no es que seamos unos finolis, pero valoramos la limpieza y el respeto por la comida. Si eso es lo que vemos, preferimos no imaginarnos lo que no vemos.
La carta es bastante limitada (lo cual no me molesta), pero lo mínimo es que todo tenga su precio marcado. En este caso, la parte de las carnes no indicaba absolutamente ningún precio, y aunque sea por kilo, debería figurar claramente.
En definitiva, una experiencia decepcionante. No nos sentimos a gusto en ningún momento y nos pareció un sitio con muy poca atención al detalle, tanto en el servicio como en la limpieza y la gestión del local. Con la cantidad de guachinches buenos que hay, está claro que a este no pienso volver ni lo...
Read moreThis guachinche has been the worst experience in Tenerife! The road to get is impossible, definitely doesn’t worth it to go there. We have spent 15 minutes waiting to get a sit, but after that, one hour for someone to come and take the command! And because we went to ask two times. People who entered before us already had their diches, others with us, waiting for an hour with unhappy faces. After one hour, they come just to tell you that they don’t have anymore most of the dishes (in our case only 1 out of 4 dishes was available). So you ask for what they have. It takes another half of hour to bring you the food, which is not very well prepared and cold. Moreover, the price is crazily high for what they serve and how they serve and you have to pay for the bread! Horrible… not recommended at all! The city is full of other great...
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