La Yema de Oro — Restaurant in Lepe

Cuando llegamos solo habia otra mesa ocupada. La primera ronda de cercezas estaba caliente. Pedimos otra que por favor estuviera más fria y nos replicaron que era imposible que la anterior estuviera caliente porque las jarras estaban con escarcha (yo no la vi). En el tiempo que nos leíamos la escueta carta ya vinieron en dos ocasiones metiendo buya los camareros para que nos apresurasemos en pedir la comanda. Pedimos y nos sirvieron rápido pero ahi empezó nuestra pesadilla. Deben avisar que en vez de un restaurante o pizzeria es un concurso de a ver quien se engulle la comida más rápido. Teniendo aun comida en los platos se nos acercaban una y otra vez uno y otro camarero para retirar la mesa. Un incordio y agobio constante, cortando la conversación que teniamos. Yo cada vez que veia acercarse un camarero sosteria mi plato porque literlamente te lo quitan de la mesa con la comidad aun dentro. La presión que meten estos señores para que te metas en la boca un trozo y otro es demasiado. Para colmo sin pedir nada vinieron dos camareras con la cuenta, Ahi fue cuando le dije que me parecia que me estaban echando (y asi era). Aun habia comida en mi plato (pero por lo visto habia agotado mi tiempo). Nos dijeron que no ... que más bien nos estaban quitando los platos para que estuviéramos más cómodos. Y todo tenia su razón porque se había formado una cola de gente en la puerta para entrar , nosotros ya habíamos consumido (que no terminado de comer) y había que rentabilizar nuestra mesa. El dueño nos empujo literalmente a salir por una puerta lateral abriendo un cordón que impide a la gente entrar . Lo de este local me parece denigrante. No mereció la pena ir con la fama que tiene porque te tratan fatal , los camareros no tienen respeto y el dueño ni respeto por la gente que le mantiene abierto el negocio. POR SENTADO NO RECOMIENDO ESTE SITIO PARA DISFRUTAR DE UNA...

La yema de oro lleva muchos años en La Antilla incluso llegando a tener dos locales. Es una pizzería de guerra, pizzas medianamente económicas en una terraza de asientos de plástico atestada de gente. Si quieres sitio ve con antelación a las horas puntas.

La masa es tipo pan no demasiado gorda pero sin ser la austera masa fina muy común en otros sitios para ahorrar en masa. No tienen mucha variedad y tampoco son de demasiados ingredientes aunque de sabor están bien.

Tienen una zona para recoger pizzas (take away) si no quieres sentarte en la mesa. También puedes llamar por teléfono. El tiempo de espera medio es de 25 minutos en hora punta en agosto, así que es razonable.

Sólo ofrecen dos tipos de tamaños: pequeña -ideal para niños- por 6'5€ y medianas, que ellos llaman "grande" pero que no lo es, por 9'5€. Si no sabes cuál elegir por relación precio-tamaño, te cuento.

La pizza pequeña tiene un radio aproximado de 13 centímetros y la "grande" de 16 cms. Si calculamos su área nos da 0,05 m² para la pequeña y 0,08 m² para la "grande" con una simple regla de tres concluimos que si para la pequeña cobran 6'5, para la "grande" deberían cobrar 10'4€ (en vez de los 9'5€ actuales) por lo que el "ahorro" es de casi 1€.

Lo mejor: Relación calidad-precio.

Lo peor: las esperas, poca variedad de pizzas...

Después de ir en reiteradas ocasiones dado que nos gustan bastante las pizzas, nos hemos encontrado con una situación bastante desagradable. Eramos 7 personas, uno de los comensales se ha encontrado HORMIGAS en su vaso de refresco (antes de bebérselo), lo hemos comentado y nos lo han cambiado. El problema ha venido después, cuando yo misma al terminar de beberme mi refresco he apreciado dos hormigas pegadas en la pared al fondo del vaso. Al llamar para avisarlo se han acercado dos camareras, una morena y otra con mechas rubias a cada cuál más desagradable se han llevado el vaso sin mediar palabra y no han vuelto a sacar el tema. ALUCINANTE que después de encontrarnos hormigas en dos vasos, uno de ellos que ya nos lo habíamos hasta bebido no se hayan ni disculpado, nada, absolutamente nada. Aquí se demuestra o que claramente ha fallado algo en el proceso de selección del personal o que al dueño del lugar lo único que le importa es facturar, la educación y el trato al cliente son secundarios. Nosotros desde luego no volveremos a ir y nos encargaremos que nuestro entorno y todo aquel que conozcamos o al que le pueda llegar nuestra opinión no vaya jamás. Para llenarse los bolsillos...