Llevamos yendo a comer a este sitio 6 o 7 años, pero ya no volveremos. El cocido ya no es lo que era, a la sopa le falta sabor aunque en la foto se vea de color marrón. Los garbanzos y la carne estaban muy ricos pero el jamón estaba seco y el chorizo incomestible. Le queríamos pedir a mi hijo un huevo frito y nos obligaron a pedir huevos rotos. EL vino está muy subido de precio (es bastante normal en restaurantes), por una botella de vino de 12€ nos han cobrado 27. Le ofrecieron a mi hijo helado de chocolate que en realidad no tenían, no se pueden excusar en que tienen un pequeño problemilla con el helado, no, es que no tienes y ya está. Te cobran 1,5€ por servicio de pan cuando en realidad lo que te ponen es media barra normal cortada en tantos trozos como comensales. Es decir, 12€ por media barra de pan. Nos metieron prisa a las 3 de la tarde para tomar el café con la excusa de que el otro turno entra a las 3:30. No creo que tarden media hora en limpiar una mesa... Los modales no han sido los correctos. Al marcharnos mi mujer les dijo que habían bajado la calidad, cuando el precio cada vez es más caro y se enfadaron y poco más y llaman a la guardia civil, justificándose en que si no nos gustaba, que no volviéramos más. Precisamente es lo que vamos a hacer, no volver. Antes merecía la pena recorrer 100 km desde Madrid para comer un buen cocido, ya que lo tenían 24 horas en horno de leña a fuego lento, ahora es un sitio de sacar dinero y por tanto hay mejores opciones...
Read moreFuimos a este sitio recomendados por unos amigos de Madrid. La comida, bien, estaba buena. Pero lo que realmente arruinó la experiencia fue la pésima atención al cliente.
Llegamos a las 15:00, media hora antes de nuestra reserva, y la primera impresión fue nefasta. Una chica de pelo negro y piel morena nos recibió con muy malos modos, soltándonos de forma borde que la mesa era a las 15:30, dándonos la espalda y alejándose sin más. Entendemos que hay horarios, pero cuesta muy poco hablar con educación. Si alguien trabaja cara al público, lo mínimo es tener un trato mínimamente cordial, cosa que esta persona claramente no tiene.
Intentamos no dejar que eso nos arruinara el día, así que nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo y volvimos a la hora acordada. Pero la misma chica, con la misma actitud desagradable, nos sentó y se pasó el rato paseando sin prestarnos atención. No sé si le caímos mal o si simplemente es así con todo el mundo, pero la sensación fue de absoluto desprecio.
La comida, como dije, estaba correcta, pero cuando te atienden con esa desgana, ni el mejor plato sabe bien. Por suerte, al final nos atendió un camarero joven, muy simpático, que fue el único punto positivo del servicio. Gracias a él recordamos lo que es ser tratados con amabilidad.
En resumen: no pienso volver, ni lo recomendaría. Un sitio puede tener buena comida, pero sin un trato humano, la experiencia es simplemente...
Read moreEl cocido madrileño presentado es contundente y bien servido. El caldo de la sopa, aunque a primera vista parecía grasiento, se revela ligero y con un sabor equilibrado. Los fideos, algo más gruesos de lo habitual, restan finura al conjunto. Los garbanzos son un acierto: cocción precisa y textura suave. La carne y el tocino, mantienen un nivel notable, mientras que el chorizo se muestra algo más duro de lo deseable. El repollo es el punto más débil del plato; servido únicamente cocido, pide a gritos un rehogado que hubiera aportado carácter y profundidad.
La tarta de queso, servida templada, sorprende por su textura cercana a un mousse. Tras una primera impresión desconcertante, el paladar termina por agradecer su suavidad y la mesura en el dulzor.
El precio, 31 € por persona para el cocido, con una cuenta total de 82 € para dos comensales, resulta correcto dentro de la media madrileña. La atención es amable y profesional, aunque la experiencia no alcanza a situarse en un plano memorable.
En resumen, una propuesta honesta, sin grandes errores pero tampoco con rasgos que la conviertan en imprescindible. Me marcho con la sensación de haber disfrutado de un buen cocido, aunque sin encontrar ese giro personal que lo distinga en la memoria...
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