La Urbana — Restaurant in Lugo

No suelo quejarme de los restaurantes en los que tengo malas experiencias, pero en este caso creo que merece la pena contar lo sucedido, ya que es un lugar al que tenía en buena estima. Esta semana acudí al local situado en el CC As Termas. Sobre las 9 pm nos sentamos en una mesa (mi acompañante y yo) y nos trajeron los manteles, cubiertos y menús. Hasta aquí todo normal. Pasados diez minutos vinieron a tomarnos nota. Fue algo que ya me pareció un tanto raro, ya que el restaurante no estaba tan lleno y dos parejas que habían llegado al mismo tiempo que nosotras ya habían pedido hacía un rato. El camarero (muy amable) nos indicó que tenían un aluvión de pedidos, ya que uno de los locales de Lugo había tenido una incidencia y estaba cerrado. Lo entendimos. El entrante llegó a los diez minutos de haber pedido, bien. El problema vino cuando nos tuvieron que traer el segundo plato; cincuenta minutos estuvimos esperando. Todas las mesas de nuestro alrededor ya habían terminado de cenar y estaban con el postre. Eran las 22:15 cuando me acerqué a la cocina a indicar que si los platos no estaban elaborados, que no se molestasen en traerlos, ya que teníamos las entradas del cine compradas para la sesión de las 22:30. El camarero nos dijo que los platos ya estaban listos y nos los llevaría enseguida. El problema principal no fue tener que engullir la comida en 10 minutos a pesar de que habíamos llegado al restaurante con tiempo. El problema fue que la carne (en esta ocasión vegana) del plato que nos trajeron (tanto a mí como a mi acompañante) venía TOTALMENTE CALCINADA. Era incomestible, pero como teníamos bastante prisa, comimos los trozos que pudimos salvar porque ya no había tiempo para pedir dos platos nuevos. Al pagar se lo comentamos al camarero y nos dijo que hablaría con la cocina para próximas ocasiones. Es una pena, pero creo que tardaremos en volver por aquí tras esta nefasta experiencia. Adjunto foto del plato en cuestión, porque creo que es...

Quiero contar lo que me pasó porque sigue pareciéndome surrealista y hacía tiempo que no me hacían pasar tan mal rato. Antes de nada destacar el buen trato del camarero, que no tuvo ninguna culpa de la situación y fue muy agradable. Pedí para recoger tres hamburguesas, una de ellas vegana. Cuando llegué con el pedido me di cuenta de que mi hamburguesa no era la de siempre, tenía un color, un olor y un tamaño diferente. Pedí a las personas que me acompañaban que la viesen y probasen, y efectivamente era carne. Llevo siendo vegetariana 7 años, he comido bastantes veces la hamburguesa vegana de este sitio y sé perfectamente cómo es tanto de aspecto como de olor. Llamo por teléfono y me contesta el camarero que me atendió. Todo correcto, se disculpa y me ofrece hacerme una nueva. La pido para más tarde a pesar de quedarme sin cenar con las personas que estaba, pienso que un error lo tiene cualquiera. Mi sorpresa viene cuando llego y la cocinera ya me tenía un plato preparado con una hamburguesa vegana y me insiste en que entre casi dentro de la cocina para enseñármela queriéndome demostrar todo el rato que no tenía razón y que la hamburguesa que me dieron en un principio sí era vegana. Le intenté explicar que la he pedido muchas veces, que mis padres la probaron y era exactamente igual a las suyas, y que no era como la que me estaba enseñando. Finalmente me dijo que me hacía otra pero como haciéndome sentir que yo había mentido. No puse una reclamación porque el camarero fue muy amable, pero sinceramente no me parecen las formas, y mucho menos teniendo en cuenta que no me quejé en ningún momento, a pesar de quedarme viendo como el resto comía. Pasé un muy mal rato. Me da mucha pena porque me encanta este sitio, pero dudo mucho que...

Entrar en este antro fue como caminar directo hacia un basurero. Desde el momento en que puse un pie en el lugar, el hedor a grasa rancia y basura acumulada golpeó mis sentidos como un bofetón. La falta de higiene es simplemente abominable. Las mesas estaban pegajosas, como si no las hubieran limpiado en semanas, y el suelo estaba cubierto de restos de comida y servilletas sucias, claramente ignoradas por el personal.

Pero lo peor estaba por venir. Mientras esperaba mi pedido, vi algo que me hizo arrepentirme de haber entrado: ¡una rata del tamaño de un gato merodeando por la cocina! El personal, completamente indiferente, continuaba trabajando como si fuera parte del decorado. Ver a ese roedor correteando cerca de la comida me hizo cuestionar cuántas veces habría pasado lo mismo sin que los clientes lo notaran.

Y las hamburguesas... ¡qué horror! Carne quemada por fuera y cruda por dentro, con una textura y sabor que me hicieron dudar seriamente de su procedencia. El pan estaba duro, como si hubiera pasado días en la intemperie, y la lechuga estaba marchita y marrón. En cada mordida, me preguntaba si saldría vivo de esa experiencia.

El servicio fue tan asqueroso como la comida. Los empleados parecían sacados de una película de terror, desinteresados y con una actitud que hacía que hasta las cucarachas fueran más amigables. Claramente, la falta de higiene en el lugar se refleja también en su profesionalismo.

En resumen, si quieres mantener tu salud y dignidad, mantente lo más lejos posible de este nido de suciedad y asco. Comer aquí es básicamente un suicidio lento y doloroso. ¡Nunca más volveré a este...