Tonight we have dined “a la gallega” …. (Inside joke with waiter).. come for the food of course, but be pampered by the service and overall attention… Percebes and Navajas will have u locking your fingers, great wine selection, but again, food is great overall in this part of the world.. it is the personal attention that will make u leave with a big smile and a happy belly.. I don’t leave reviews, this place made me change my habits.. highly...
Read moreDespués de observar las buenas opiniones de este restaurante, nos vamos un poco decepcionados. La comida en general estaba buena pero con respecto a uno de los entrantes consideramos que la atención no fue la esperada por parte de un buen camarero. Pedimos unas delicias de espárragos con salmón ahumado y nos sirvieron unos espárragos de bote con cuatro hojas de lechuga y un poco de pimiento, también de bote. Nos hubieramos esperado como en cualquier otro lugar, que el camarero se disculpara alegando que nos los servían así porque el salmón se les habría terminado, pero no fue así. Al recoger los servicios nos preguntó si no nos habían gustado y le dijimos que no, que esperabamos los espárragos que figuraban en la carta. El camarero se excusó diciendo que habría sido una mala interpretación en la cocina (nos hace pensar que no saben en cocina ni el menú que sirven) pero tampoco se disculpó. De segundo pedimos un solomillo a la pimienta que estaba exquisito, pero le pedimos que se cercioren que la salsa no lleve mostaza, ya que soy alérgica. Nos dijo que no nos preocuparamos que nos preguntaba en cocina. Finalmente lo trajo y no nos dice si traía o no, de hecho tuve que levantarme para volver a preguntar porque obviamente no me quería arriesgar. En definitiva, nos vemos en la obligación de explicar lo sucedido ya que no nos gustó la...
Read more⭐️⭐️⭐️⭐️ Una apuesta segura, sin florituras pero con sabor de verdad
Este restaurante es uno de esos lugares que forman parte del paisaje de siempre. Sin lujos, sin modas pasajeras ni grandes renovaciones, pero con algo mucho más valioso: constancia, buen hacer y cocina de verdad. Aquí no se viene a sacar fotos para las redes, se viene a comer bien, como antes.
La carta es clásica, de esas que no necesitan reinventarse cada temporada. Platos caseros, raciones generosas y ese sabor que solo se consigue con años de experiencia. No hay sorpresas, y eso es justamente lo que se agradece. Desde unos buenos callos, una tortilla jugosa, hasta un filete en su punto o una sopa reconfortante en invierno: todo está como tiene que estar.
El local mantiene ese aire tradicional que, lejos de molestar, transmite autenticidad. Puede que no esté a la última en decoración, pero lo compensa con limpieza, rapidez y un servicio atento, que conoce a su clientela de toda la vida y trata a los nuevos como si fueran de casa.
Los precios son ajustados, nada exagerado, y la relación calidad-cantidad-precio es difícil de superar. Ideal para quienes valoran lo de siempre, sin fuegos artificiales, pero bien hecho.
En definitiva, un restaurante sin pretensiones, pero con alma. De esos a los que uno vuelve porque sabe que, pase lo que pase, va a...
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