Las Palmeras — Restaurant in Málaga

We ate here on a Friday evening, last night of our trip to Malaga. Absolutely loved it.

The food was absolutely amazing. We had sardines, prawns and a seabass espeto (on the spit, see photo), along with the tropical salad and the friend eggplant with molasses. All of it was amazing.

It's not a restaurant if you're on a budget, we spent plenty but that was also a LOT of good food. You could easily aim for under 50 euros if you're not stuffing yourself with seafood like we did.

I see some reviews here saying the service can be a little bit hard and, as tourists, I hear you. But to me this is just Europe and I love it. Coming from a place where it can be rude to call out to your waiter it can be uncomfortable, doing it in another language even more so. But just dive in, give them a CAMARERO! , the Spanish are pretty friendly and they understand a love of food and drink. They won't be upset you're asking for it and you'll get more out of...

Service was lacking in any genuine hospitality. The mussels were fresh, they are served in a fairly flavorless broth, so if you’re expecting mussels as served in France or Italy, you will be disappointed. The shrimp priced at 10 euros per, were average at best, at that price, I would expect better. My partner ordered Monkfish pieces, average again. We normally taste quite a few things and are used to 150-200 euros for a meal, we stopped after the Monkfish. I would proceed with caution and have low expectations, then perhaps you will enjoy your view of the parking lot while having average seafood. I wrote a more caustic review directly after and waited a few hours and edited it so I wouldn’t be writing with hostile intentions....

Conozco a la familia desde 1993 , más de 30 años y he ido decena de veces. Me hablaron de que Enrique había cedido los mandos del negocio y me acerque a verlo. La primera impresión muy buena. Se había mejorado mucho la presentación del local, remodelación del mismo con criterios actuales, manteles de textil, mobiliario moderno y uniformidad en el equipo. Enrique nunca había destacado por la “profesionalidad” de sus trabajadores, pero la calidad de su producto y sobre todo la esmerada elaboración suplían este detalle. Me sorprendió también el cambio a mejor del menaje y la presentación de las mesas. Ahí acabo lo bueno. El servicio es muy descoordinado, no sabes a quien pedir, los camareros no miran a los comensales y puedes hacer señas y no te ven. Servicio a trompicones , los platos salen sin orden ni tempo, puedes tener dos raciones seguidas y luego la tercera tardas 15 minutos en los que solo estás pendiente de si la que pasa es la tuya . Si pides algún extra, como una segunda cerveza o agua, el tiempo de espera para que te atiendan es grande, y para que te la traigan mayor aún . En una cena no debes estar desasosegado por que no te llega la cerveza que pediste hace más de 10 minutos . Y ahora vamos a lo mollar , el producto: La verdad que aquí mi desilusión fue la mayor de todas. Los espetos estaban muy buenos pero los fritos dejaban muchísimo que desear. Los boquerones fritos eran irreconocibles de aspecto, blancos, con muchísima harina que los hacía bastos y sobre todo no sabían a nada, tuvimos que pedir sal para que supiesen a algo . Lo mismo se puede decir de la gloria, la ensalada de tomate no tiene ciencia, y las coquinas un 20% estaban cerradas. Recordaba la “esplendidez” de las raciones de Enrique, estas eran cortitas. Y luego vino “la dolorosa”. Uno de los secretos de Enrique era que no era caro, y si un día lo era se debía a que habías pedido Cigalas. Ayer me pareció muy caro, pero principalmente por que la novedosa imagen de Las Palmeras no compensó todo lo que vino después .

Espero acepten mis comentarios como recomendación de mejora y no como crítica de un cliente que no ha fallado nunca a esa casa en...