Restaurante La Carpintería de Lolo — Restaurant in Móstoles

Hoy, por fin, hemos podido ir a comer a la @lacarpinteriadelolo, que está en Móstoles, Madrid. Un local pequeñito pero con comida de calidad y un servicio excelente, hemos salido encantados con la visita.

No es un sitio barato, entre 30-40 € persona, comiendo de Carta, pero tiene una cocina tan buena que no duele gastarse ese dinero aunque no sea para estar todos los fines de semana.

En nuestro caso hemos pedido: Ensaladilla Rusa, muy rica. Con ventresca gaditana, con huevos de codorniz y mahonesa de remolacha, que hemos pedido que no pongan por yo no poder comerla. Las Bravas de La Carpin, impresionantemente ricas y con el toque justo de picante. Nos han encantado aunque hemos echado en falta más cantidad de patatas. Además de las patatas y la salsa brava llevan gambones al ajillo y yema de huevo de corral curada en salsa de soja, una mezcla espectacular de sabores, riquísimas aunque escasas. Arroz de pulpo, chipirón y trufa, que hemos pedido meloso ya que puedes pedir el arroz a tu gusto (seco, meloso o caldoso). Estaba impresionante, con la cantidad justa de todo para que el sabor sea el ideal. El toque de la trufa queda riquísimo ya que se funde y se mezcla perfectamente con el resto de ingrediente, que están perfectamente cocinados en su punto. No ha sobrado ni un grano de arroz.

Volveremos seguro cuando haga alguna otra ocasión especial que celebrar. Cocina y servicio de 10, súper atentos de todos los clientes continuamente y de si hay problemas de alergias o de otro tipo con la comida, un detalle súper importante y a tener en cuenta.

El único problema que tiene el local es que al ser tan pequeñito, al llenarse hay mucho ruido pero nada que no se pueda soportar. Por lo menos en nuestro caso, que teníamos justo al lado una mesa con 8 personas al lado y había mucho griterío entre ellas.

Eso es lo que puedo contar de nuestra primera visita, y no última,...

Pretenden ser un restaurante de cierta categoría pero lo único que tienen en común con un local de nivel son los precios. La carta no es muy grande y los platos no bajan de 18 € (los de carne suben hasta los 28-40 €). Con esta premisa esperas ingredientes de calidad o buenas elaboraciones y presentaciones pero no es el caso. Pedimos un tataki de atún de no muy buen aspecto y sabor, unos chipirones pasados simplemente por la plancha, sin limpiar y puestos sin gracia sobre unas espinacas y un entrecot del que ni siquiera nos preguntaron el punto y sirvieron crudo y frío. Tras pedir que lo pasarán más volvieron a traerlo poco hecho y frío. Este corte no es de los mejores pero éste en concreto tenía poca calidad : del medio kilo que anuncian apenas se pueden aprovechar 300 granos . Tomamos también una tarta de manzana, cruda, y otra de zanahoria que sólo sabía a canela. El servicio asimismo fue decepcionante. Entiendo que un día festivo haya "lleno" pero me parece que admiten más público del que pueden atender con apenas 4 camareros que no mostraban mucha experiencia. Tardaron en tomarnos nota, pedimos los platos para ir compartiéndolos pero los sirvieron todos juntos y en ese mismo momento sacaron también el aperitivo, cuando ya íbamos por la segunda ronda de bebidas. Tuvimos que comer la carne en los mismos platos que el pescado pues no los cambiaban. Hubo que llamar varias veces al camarero para pedir los postres y reclamarlos tras 20 min de espera. Y encima se justifican diciéndonos que hay mucha gente, como si nosotros no fuéramos también clientes. Fue un DETALLAZO que para arreglar el desastre nos invitaran a los postres y una ronda de bebidas pero dudo que volvamos. Ni la calidad, ni la cantidad ni la atención justifican los casi 100 €, antes de la invitación, por 3 platos, 2 postres, 3 cervezas, 2...

Una y no más Santo Tomás. Buscando en internet vimos que este sitio tenía muy buenas reseñas y las fotos parecían muy llamativas, por lo que decidimos reservar. Local pequeño pero bueno no es lo peor de la experiencia. Pedimos unas bebidas mientras mirábamos la carta, y nos pusieron unos aperitivos, cesto de patatas fritas de bolsa, unas aceitunas y 5 cazuelitas mini con salmorejo y eramos 7 personas. Decidimos comida todo a compartir, empiezan con croquetas (6 minicroquetas, enanas 12€) calidad normal ya empecé a flipar, una tomadura de pelo, pasan 10 minutos o más para que nos traigan torreznos con patatas revolconas (plato muy grande con mucho borde y 8-10 trozos de torreznos totalmente pasados de cocción y duros como los pies de cristo, encima de una lámina miserable de patatas revolconas) me estaba sintiendo engañado. Siguientes platos en venir patatas bravas de carpin y lasaña de toro. Las patatas lo mejor de la comida, eso sí la ración pequeña, pero la lasaña de toro otro timo, plano de sabor y sin gracia ninguna. Finalmente el solomillo de ternera, lo único que lograron fue dar el punto a la carne, el sabor y la calidad de la carne baja baja. Una experiencia lamentable, en la comida, decepcionante, impresión de reseñas hinchadas, no se corresponde con lo que vivimos. Mirando el ticket veo que me han cobrado 7 servicios de pan, otra estafa nos pusieron dos cestas de pan pequeñas con pan de baguette ya partido en rodajas 7-9 rodajas de pan y 4-5 colines de pan. Además la mesa de al lado que pidió entrecot era la mitad grasa y ternilla y los escuché quejarse entre ellos. Lo más parecido a una estafa y un chiste, no se corresponde para nada el establecimiento con las reseñas. Nosotros...