Como un cualquier día cada doce de ellos o dos semanas, fuimos a “El Artesano” en Churriana. Yo conduzco y dejo a Toñi antes del paso de cebra para que con su consumada capacidad para tantas cosas, busque asiento y acomodo para el desayuno. Tardé en aparcar porque el sitio acostumbrado estaba ocupado, pero dos vueltas a la manzana de chalets adosados después, ocupe nuestro sitio recién abandonado. Abarrotado, como siempre. Toñi había pedido mesa a la camarera, pero quedaban dos asientos no contiguos en la barra. Toñi se subió a uno y la señora que ocupaba el intervalo, se pasó a la izquierda, dejándonos juntos. Diría la mujer, por nuestra pinta y maneras, que lo que Dios ha unido no lo separase ella. Así nos encaramamos a la barra, a un metro de la caja del dinero y de la dueña, que enseguida nos hizo el guiño de que se nos retirase la aceitera para que tuviéramos más sitio. Nunca la hemos pagado directamente. Solo una vez para cambio de un billete de 100 euros, a los que tras pasar por la máquina de verificación, ni ella ni la máquina pusieron pegas. Ligué el diario SUR que allí tienen y al que delatan las manchas aceitosas de sus hojas a dónde pertenece. Llegaron los cafés, vinieron los diez churros sin gluten. Terminamos glotonamente y pedimos una bolsa, como siempre, para llevarnos el resto, los seis o cinco que quedaban...Tienen tal obsesión, cuidado y celo por no contaminar los churros sin gluten, que las bolsas de papel para llevar están en sitios diferentes, en sus respectivas zonas. Sin saludarse siquiera. Y escribo con el agradecimiento que esto sucedió anteayer y esta tarde estoy merendando con un leve toque de microondas, estos churros en mi casa tan tranquilamente, recordando el rato pasado en la barra de El Artesano, churrería de Churriana. ¡Larga vida! Febrero de...
Read moreVisitar la Cafetería Tejeringos en Churriana fue una experiencia verdaderamente deliciosa y reconfortante. Desde el momento en que entré y percibí el aroma tentador de los churros recién horneados, supe que estaba en el lugar adecuado para disfrutar de un auténtico manjar.
Los churros en la Cafetería Tejeringos eran simplemente exquisitos. Frescos, crujientes por fuera y suaves por dentro, cada bocado era una verdadera explosión de sabor. Estaban perfectamente dorados lo que les daba un toque dulce y adictivo. La calidad de los ingredientes utilizados era evidente en cada detalle, lo que hizo que los churros fueran aún más especiales.
Además, los churros se servían con una rica y espesa taza de chocolate caliente para sumergirlos. El chocolate tenía la cantidad justa de dulzor y un delicioso sabor a cacao que complementaba a la perfección la textura crujiente de los churros. Cada sorbo de chocolate caliente y cada mordisco de churro era un placer supremo para el paladar.
El ambiente de la Cafetería Tejeringos era encantador y acogedor, lo que hizo que la experiencia fuera aún más placentera. El personal era amable y atento, y siempre estaban dispuestos a recomendarnos otras delicias que ofrecían en su menú.
No cabe duda de que la Cafetería Tejeringos es el lugar ideal para disfrutar de unos churros auténticos y deliciosos en Churriana. Si buscas una experiencia culinaria tradicional y reconfortante, esta cafetería es la elección perfecta. Sin duda alguna, volveré para satisfacer mi antojo de churros y seguir deleitándome con las delicias que ofrecen. ¡Altamente recomendado para todos los amantes de los churros y el...
Read moreEdito mi reseña después de 2 años porque he vuelto a ir y la cosa no es lo que era. Llegamos a las 19.20 (cierran a las 20.00), si ya no quieren atender a personas cerca de la hora del cierre que lo digan y no nos sentamos pero si nos dejan sentarnos que menos que un trato en condiciones. Pedimos dos bocadillos de pollo y dos zumos, quiero dejar claro que el chico que nos tomó y trajo la comanda fue muy simpático y profesional (un chico moreno con gafas). Los bocadillos venían fríos, ni el pan lo habían calentado ni el embutido de pollo tampoco. Empezando a comernos el bocadillo sale el camarero que lleva un moño y se pone a abrir los toldos dejándonos a los de la terraza en plena calle con el frío y viento que hacía mientras comentaba con una compañera que si los clientes quieren que que me paguen una hora más y el se queda, que se cierra a las 20.00 y él tiene que ir echándonos. Creo que sería más correcto ponerse a recoger las mesas vacías en lugar de dejarnos al frío a los que estábamos fuera, yo no pensaba entretenerme, iba a comerme el bocadillo y salir corriendo pero no solo me lo comí frío y mal servido sino que encima tuve que pasar frío yo y escuchar los comentarios de ese camarero acerca de los clientes, que se fueran ya, que el no va a salir más tarde etc... Termino de comerme el bocadillo rápido y pido la cuenta y el colmo de los colmos que tenía que entrar yo a pagar dentro. No es precisamente un local barato para que encima tengas que entrar a pagar, si ha servicio en mesa lo normal es que te cobren en mesa. En fin, que ni en calidad, ni en servicio ni en atención está cafetería es lo que era y no...
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