El Mercado de Montiz — Restaurant in Madrid

Un auténtico despropósito de principio a fin. Quede claro que no me gusta poner malas reseñas, pero tampoco le deseo a nadie que pase por lo que nosotros y tengo la esperanza de que les sirva para mejorar.

Para empezar, supongo que era el encargado del local: decirle a este señor que fuimos a celebrar el cumpleaños de mi madre. Sí, la señora mayor que le reservó la mesa para el día equivocado porque ni ella es consciente de que no puede hacer sola algo que a usted le parece tan sencillo. Mi madre padece un severo deterioro cognitivo debido a su edad y al COVID que casi le cuesta la vida y ya se llevó a mi padre dos años atrás, muchas gracias por recordárselo de esa forma tan poco delicada y asegurándose de que todos los que estaban en la entrada del local se enterasen (sí, tuvimos que aguantar las risas de una familia que había sentada cerca mientras usted se quedaba bien agusto). Es por eso que mi madre no le pudo dejar su número de teléfono: no es capaz de memorizarlo, ni eso ni apenas nada. Lo hizo ella sola para darnos una sorpresa.

En segundo lugar, si viene a tomar nota y se da cuenta de que aún no lo hemos decidido, puede optar por volver más tarde en vez de hacer aspavientos y poner mala cara y meter prisa.

Es usted un maleducado y muy poco profesional, y si no le dijimos nada en aquel momento fue por no estropearle el día a mi madre. Ya daba igual que viniese a última hora a preguntar que tal había ido la comida. Precisamente: en cuanto a la comida, mediocridad absoluta tirando a malo, salvando las patatas bravas; especial mención a lo que probé personalmente: Parrillada de setas quemadas por fuera y llenas de líquido por dentro, sin hacer. Patatas con huevo y jamón: patatas paja (del mercadona???) con tacos de jamón microscópicos finísimos y huevo crudo.

¿Le ponen patatas paja a todo o es que se quedaron sin patatas normales para freir?

Para terminar, uno de los comensales me comentó que cuando salíamos había dos camareros en la entrada charlando sobre haber hecho algo asqueroso que ni voy a nombrar, espero que no fuera en la comida.

De algo puede usted estar seguro: No volveremos nunca y no voy a...

Hemos ido a comer en fin de semana, el menú de 32€. Lo bueno y lo malo:

Lo bueno

Los entrantes son muy buenos. El jamón es de calidad, la ensaladilla más de lo mismo, las croquetas son sabrosas y caseras e incluso las patatas paja que ponen para acompañar son caseras. Bien ahí.

Las cantidades de los principales son grandes. En los arroces se puede repetir varias veces, dejan la olla en la mesa. En el caso del arroz con bogavante, hay piezas grandes para todos.

La atención de los camareros es muy buena.

Los chupitos entran con el menú.

Lo regular:

El sabor de los arroces, tanto de pulpo como de bogavante, no es tan potente como me habría gustado. Entiendo que por el precio tampoco va a ser el mejor de tu vida, pero hay que señalarlo.

No entra el agua en el precio del menú.

Lo malo:

Los postres. Sacan una especie de postre pijama con pasteles, helados, y nata. Los pasteles estaban todos malos, sin excepción. El menú mereció bastante la pena pero, en nuestra opinión, el postre los estropea un poquito. No sé si sería demasiado esfuerzo ofrecer un flan o unas natillas, que son postres fáciles para cualquier restaurante y que aguantan varios días en nevera, porque la única opción que ofrece el menú no está a la altura ni...

Fatal experiencia. Nos llamó la atención la suciedad que había en la entrada del bar. Fue una sorpresa relativa porque ya habíamos oído comentarios indicando que este local estaba cada vez más descuidado, tanto en calidad de las comidas como en otros aspectos. Íbamos a sentarnos en la terraza. Éramos dos personas y preguntamos a un camarero joven y rubio que si nos podíamos sentar en una de las dos mesas que estaba limpiando. Nos dijo que nos podíamos sentar en otra mesa, encajonada entre otras dos mesas ya ocupadas y la barandilla que separa de la calle de manera que hubiésemos estado bastante incómodos. Le volvimos a decir que preferíamos sentarnos en una de las mesas que estaba limpiando. Nos respondió de malas maneras, reflejando una educación pésima y una idea del trato al cliente sacada del manual “Como quedarme sin clientes en cinco minutos “. Le dijimos que lo dejase, que si le suponía una molestia nos iríamos a otro bar, como efectivamente hicimos. Si yo fuese el dueño de ese negocio me encargaría de que entre el personal que trabaja en mi local, no hubiese nadie de ese estilo. No volveremos nunca y contaré lo sucedido a cuanta...