Restaurante Beefcious Montecarmelo — Restaurant in Madrid

Un restaurante que conoce el producto que ofrece y sabe cómo servirlo. 5/5

Desde que entras al restaurante, te das cuenta del tipo de comida que servirán por el ambiente. La decoración está cuidada pero no llega a ser sobrecargada como en muchos otros restaurantes estilo americano. Suelos y barra de madera con palés en el techo con las lámparas y, como no podía faltar, pósters y pegatinas en una de las paredes con clásicos americanos como la ruta 66. Un detalle que a mí personalmente me encantó fue la música: pop americano mainstream de los años 2010-2014. Canciones que hacía años que no oía en la radio pero que nos tenían a mi hermana y a mi cantando aquellas canciones de nuestra infancia mientras comíamos. Los altavoces hacían retumbar los bajos pero no estaban puestos a un volumen muy alto, por lo que no llegaba a ser desagradable, simplemente hacía recordar al cliente que la música está puesta.

El menú ofrece una buena variedad de entrantes y principales, centrado especialmente en las hamburguesas y los típicos aperitivos para compartir viendo un partido de tu deporte favorito: alitas bbq, nachos, quesadilla, etc. Toda la comida que pedimos estaba espectacular, exactamente lo que esperábamos por los precios que ofrecen. La cocina sabe lo que hace, la carne poco hecha te la traen poco hecha; no como otros sitios en los que la carne poco hecha es cruda o al punto casi pasada. Además, las cantidades son muy grandes, por lo que es difícil quedarte con hambre (y eso que yo soy de muy buen comer).

La comida evidentemente no es para acompañar con vinos, no obstante, tienen un vino blanco, un Ribera y un Rioja, además vinos de muy buena relación calidad-precio a destacar Lan Rsv. DO Rioja. La parte interesante de las bebidas son las cervezas, perfectas para acompañar los sabores fuertes ahumados y fritos de la comida. Me gustó mucho el hecho de que tuvieran varias cervezas que yo no conocía en vez de las típicas Mahou, Amstel o Estrella Galicia. Probé dos y ambas estaban muy ricas. Te las sirven con una copa fría para que no se caliente la cerveza, aunque la guinda del pastel hubiera sido que la Copa estuviera congelada - un detalle que dejo pasar por todo lo bueno que tiene este sitio.

Servicio cercano, atento e informal, exactamente lo que se busca en un restaurante de este tipo. En nuestro caso, fuimos dos personas y pedimos dos entrantes y dos principales. Gran detalle de parte de la camarera que nos atendió por sugerirnos quitar un plato de la comanda por las grandes cantidades (aunque igualmente decidimos pedirlo todo igualmente para poder probar más cosas y llevarnos la comida que no pudiéramos terminarnos). Cumplieron exactamente lo que me espero al salir a comer fuera de casa: un cambio de platos y cubiertos entre los entrantes y los principales, que no nos traigan los principales hasta que no terminamos los entrantes, ofrecer bebida una vez que los vasos están vacíos y acercarse una vez a la mesa a preguntar si necesitamos algo más.

Postres ricos, tal vez no tanto como la comida, pero difícilmente podía serlo. Agradables para dejar un final dulce.

El sitio es un local genial para comidas informales con los amigos a un precio muy asequible. Yo creo que, normalmente, una persona puede llenarse por 20€. Nosotros comimos 28€ por persona pero quedando llenos y con comida para llevar. Además, otro detalle a destacar es la barra, la cual está preparada para servir copas y cócteles básicos. No son como los restaurantes de varios tenedores en los que puedes encontrar 40 whiskeys distintos, pero tienen whiskeys clásicos donde no pueden faltar un bourbon y un blended scotch, y ginebras para varios gustos: beefeater, seagrams, bulldog, martin miller y puerto de indias. Me faltó haberme quedado para finalizar la comida con un 'on the rocks' o un gin tonic.

Con ganas de volver. La siguiente vez iré al de Las Tablas para comprobar si todo es igual de bueno ahí. En conclusión, un restaurante muy conseguido ofreciendo comida de alta calidad a precios...

Ha sido una decisión muy difícil he de decir, mi primera impresión ha sido darle un 4 la cual ya me parecía buena nota, pero luego he subido al 5, luego he bajado al 4, luego he subido al 5... Y alfinal me he decidido por el 4.

La razón es: Las cantidades de comida son MUY grandes, todo es casero (hasta los nachos, no son bolsa) y a precio medio que con la cantidad de comida acaba saliendo barato.

Además el servicio es superantento y son todos muy majos. Pero... Por desgracia hay un pero.

En el sitio sobresalen las hamburguesas, más que nada por la variedad de estas y que están en grande en el centro de la carta. Todas tienen muy buena pinta y sin duda están dispuestas a llamar tú atención. Cuando llegaron eran enormes y venían con una buena ración de patatas. Pedimos 5 hamburguesas distintas porque éramos varios y tras el primer bocado TODOS tuvimos la misma conclusión.

LA CARNE NO SABIA APENAS A NADA :( LA CARNE... LA PARTE TRONCAL DE UNA HAMBURGUESA :(. El problema seguramente no fuera la calidad de la carne sino el especiado de este, ni sal se apreciaba. Incluso con el resto de ingredientes se apreciaba que faltaba potencia en la carne. Si hubiera cualquier otro defecto en otra cosa no pasaría nada, porque el resto era todo PERFECTO, de 10, nachos caseros, CASEROS, suuuuperbuenos, las patatas igual, barato, mucha cantidad.... Pero es que la carne... Lo más importante... :(

Aún así recomiendo ir al sitio si o si, posiblemente fue un error en la cocina que les faltó darle un punch a la carne o algo, pero nos pasó en todas las hamburguesas. Nosotros volveremos aunque sea a petarnos a entrantes porque de verdad que...

Actualizo: He vuelto entre semana para probar el menú diario ¡y la hamburguesa "Diablo" está espectacular! Todas tenían muy buena pinta, en realidad. Con su punto de la carne perfecto y la calidad alta. Además, los entrantes son bastante grandes (y yo soy "de buen comer"). Recomiendo, si vais varios, pedir un menú express y uno completo y compartís el entrante, pues vais a quedar muy satisfechos, seguro. Ah, las hamburguesas vienen todas con patatas a la brasa, con piel, partidas en trocitos pequeños y son una delicia.

Restaurante con decoración de fábrica, modernito, al estilo de los bares texanos de EEUU, típicos de madera con esqueletos y chapas metálicas de matrículas. No pudimos elegir terraza, porque estaba completa, pero dentro se estaba bien y sólo había 2 mesas ocupadas. Los nachos estaban especialmente buenos y, si te gusta el picante, pídelo, porque estaba bien hecho. También los aderezos y otros ingredientes estaban muy ricos. Volveré en otra ocasión para probar la carne o hamburguesas. Tenía buena pinta lo que vi pasar entre bandejas... Si tuviera que decir algo, es que tienen poca variedad de cervezas. (Creo recordar que 3). Y para ser un restaurante así, estaría bien que tuvieran más...