Anoche, decidimos cenar en el restaurante "7 de Julio" en Valencia, atraídos por nuestra positiva experiencia en su franquicia de Castellón. Sin embargo, lo que esperábamos que fuera una velada agradable y familiar se convirtió en una serie de decepciones que nos dejaron insatisfechos y desconfiados.
Primera Impresión Al llegar al restaurante, nos sorprendió que desde fuera todo parecía apagado, lo que nos hizo dudar si realmente estaba abierto. Finalmente, al entrar, descubrimos que sí lo estaba, aunque el ambiente era algo lúgubre y desolado. No fuimos recibidos con la calidez que uno esperaría en un lugar que se supone es acogedor y familiar. En lugar de eso, nos atendió un camarero que, con poco pelo y aún menos simpatía, nos hizo sentir más como una molestia que como clientes bienvenidos.
Experiencia Gastronómica Conociendo la franquicia de Castellón, teníamos altas expectativas para la comida. Comenzamos nuestra cena pidiendo un plato de jamón de bellota, el cual costaba 24€. Para nuestra sorpresa, la cantidad servida era notablemente menor que en Castellón, y para colmo, la mitad del plato estaba ocupado por queso, algo que no habíamos pedido ni esperado. Esta fue nuestra primera decepción.
El plato principal fue un chuletón, que llegó con una parrilla que parecía haber sido colocada de forma apresurada y de mala manera, lo que nos hizo pensar que el servicio era, como mínimo, descuidado. Al cortar la carne, supimos de inmediato que no era de la calidad que habíamos disfrutado en Castellón. Estaba durísima, llena de nervios, y simplemente incomestible. Fue un triste contraste con la experiencia previa que nos había hecho viajar hasta Valencia para repetirla.
Ambiente y Servicio La noche continuó empeorando cuando, de repente, las luces se apagaron, y nos vimos obligados a cenar completamente a oscuras. Esto no solo hizo la experiencia incómoda, sino que dejó claro que este no era un incidente aislado, sino algo que parecía repetirse con frecuencia en este establecimiento. En ese momento, decidimos que era mejor marcharnos antes de que la situación empeorara.
Al salir, nos encontramos con un problema adicional: el datáfono para pagar con tarjeta aparentemente no funcionaba, según nos informó de manera poco convincente la persona que parecía estar a cargo. Justamente habíamos planeado pagar con tarjeta, y esta situación nos hizo sospechar de la honestidad del personal. De repente, como por arte de magia, apareció un datáfono funcional, lo que aumentó nuestra desconfianza. Finalmente, pagamos en efectivo, aunque nos dieron una nota escrita a mano en un folio como "recibo", lo que nos dejó un mal sabor de boca al no recibir un ticket oficial.
Conclusión Nuestra experiencia en el "7 de Julio" de Valencia fue decepcionante en todos los sentidos. Desde la falta de atención y simpatía del personal, hasta la calidad de la comida, y los problemas técnicos que parecían ser más que casualidades. No pudimos evitar pensar en programas de televisión como "Restaurante Indiscreto" y cuestionarnos la transparencia y honradez del establecimiento.
A la luz de esta experiencia, lamentablemente no podemos recomendar este restaurante. Si bien la franquicia en Castellón nos había dejado una impresión muy positiva, la sucursal de Valencia fue un ejemplo de cómo una marca puede fallar en mantener sus estándares en diferentes ubicaciones. Esperamos que nuestra experiencia sirva de advertencia para otros clientes que, como nosotros, busquen una experiencia gastronómica placentera...
Read moreMe gustaría analizar el sitio desde distintos puntos de vista para ser justo en todos los sentidos. Fuimos un domingo a mediodía, con lo cual, evidentemente, estaba lleno (menos mal que pudimos reservar con unas horas de antelación). Acerca de la atención recibida puedo decir que en líneas generales fué muy satisfactoria. Jose, el camarero que estaba más con nosotros, es un auténtico crack, se nota que lleva 30 años o alguno más en el oficio y és su vida, nos ayudó, aconsejó y hasta nos hizo reir, un fuera de serie sin lugar a dudas. Sin embargo, una compañera que fué la que nos sirvió el vino no fué ni siquiera profesional. Sirvió el vino con desgana, sin la más mínima intención de guardar las formas y las veces que la llamamos durante la comida por cualquier cosa prácticamente no nos hizo ni caso. Por suerte el caso de esta chica no consiguió empañar el Txuletón (44,40€), vacuno madurado, algó más de 1kg, cortado a sierra con doble hueso, marcado a las brasas y una vez trinchado nos lo sirvieron junto a una barbacoa de mesa para poder terminarlo a nuestro gusto, acompañado de unas verduras que francamente me las comí porque soy muy comedor y con lo pagado me negaba a quedarme con hambre, pero total y absolutamente prescindibles ya que estaban frías y flotaban sobre un charco de aceite. En cuanto a los entrantes quedamos algo decepcionados: el surtido de croquetas "caseras" (10,8€ - 8 unidades) ya que si bien por ese precio no se pueden pedir maravillas, resulta engañoso decir que son caseras (ojo, en un asador de este calibre te esperas llorar de la emoción con las croquetas) y que lo que te saquen sea una croqueta dura, sin sabor y que esté a la altura de una croqueta congelada de cualquier marca blanca. No las volvería a pedir. Como segundo entrante pedimos tortilla de bacalao (11,5€). En la carta especifican que és la especialidad de la casa, pues bien, nada más lejos de lo esperado... bacalao desalado, seco, pasado... eso sí, el punto del huevo espectacular, estaba muy jugosa pero salada a rabiar. En resumen, comestible sin ser ninguna maravilla. El vino que pedimos, fue un "Gran Feudo" Rosado, vino de Navarra, correcto, costaba lo que valía (12€), un vinito sencillo para acompañar una comida de calidad con bajo presupuesto. Apreciamos mucho el detalle de poder disfrutar de sidra natural, que tú mismo te puedes escanciar gratis desde la barrica. Una vez más, correcta sin ser ninguna maravilla pero oye, es gratis con lo cual nada que decir. En el apartado postres, luces y sombras... la torrija de pan brioche con helado de turrón, de las mejores que he comido nunca, cremosa, expresiva, contraste frío-calor maravilloso, de 10. El tiramisú de mango sin embargo me destruyó, empalagoso, sin sabor ni a mascarpone, ni a Mango, ni a nada más que azúcar, nada que te invitara a volverlo a pedir... un fiasco en toda regla. Los postres tenían precios entorno a los 5€. El total de la cuenta fueron 107,25, se aprecia el detalle que en el ticket te ponen a cuánto sales por persona si quieres dividir la cuenta. Por último y no menos importante, lo referente al local, está muy, muy, pero que muy currado. Claramente inspirado en un caserío vasco-navarro desde la fachada, el ambiente interior es una auténtica pasada.
Como nota general le pondría a esta experiencia un 8 y francamente a pesar de lo criticado lo recomendaría, ya que es algo distinto a lo que por aquí estamos acostumbrados y al fin y al cabo nada de lo que pasó fué...
Read moreCada vez a peor. He cenado y comido varias veces en este asador y la experiencia siempre habia sido favorable, sin embargo, a ido descendiendo. Ésta vez hemos ido a cenar un grupo de 6 amigos y desde el minuto uno nos han atendido fatal. Nuestra camarera fue Sol y nada más sentarnos se nos acerca a la mesa y nos dice: "¡Vamos! ir pidiendo rápido que tengo más mesas que atender..." nos ha dejado a todos pasmados. Hemos pedido 3 entrantes para compartir. 1.Croquetas: no tenian sabor y se notaba que eran congeladas (no os las recomiendo). 2.Pulpo: riquísimo! Hecho a la brasa, muy jugoso y generoso en la ración. 3.Surtido ibéricos: de primera calidad. Luego como principales os recomiendo las costillas, el solomillo al foie o el chuletón de buey a la parrilla... en éste último te sacan la parrilla en la mesa y terminas de cocinar la carne a tu gusto. En contrapartida, el acompañamiento eran verduras congeladas que habian hervido en agua sin más, las cuales desmerecian el plato por completo. Los postres fueron un chasco... las raciones eran grandísimas pero mucho de algo malo no lo hace mejor... tarta de chocolate: terrible, seca, sin sabor... tarta de tiramisú: bastante mejor que la anterior pero aún así se notaba que era congelada porque la textura era malísima... flan de huevo nadando en sopa de caramelo.... y así podría seguir con la tarta de santiago, la tarta de queso o los profiteroles. Pero volvamos a la camarera... le pedimos que nos cocinara un poco más el entrecot y nos dijo: "me has dicho bien hecho y así está, pero si quieres hacerlo más, ponlo encima de la piedra" y para que nuestra amiga pudiera comérselo pusimos el entrecot en la piedra. No se preocupó ni una sola vez en preguntarnos si nos habian gustado los platos o si necesitábamos algo más. Al final le pedimos la cuenta y nos dijo que teniamos que ir a pagar a la barra porque era con tarjeta....y mientras en la mesa de al lado con el datáfono. Espero que mejoren el personal, que retiren la comida congelaga y que vuelvan a sus raices de comida de simpre. Las dos estrellas se las doy por la carne, el...
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