Actualización después del comentario del propietario: En primer lugar no he dicho nada al camarero porque como he comentado incluso para pedir el postre nos hemos sentido ignorados después de intentar contactar con el en varias ocasiones, y luego, por experiencia, esas quejas caen en saco roto, de ahí el uso de reseñas, las mismas que en un principio me llevaron a elegir su restaurante y no otro. Que no sepa gestionar las malas críticas quizás por un mal servicio puntual no es problema mío. Lo que sí puede ser un problema para usted es el mensaje de Whatsapp que me ha enviado a mi teléfono personal 5 minutos después de colgar la reseña insultándome por mi mala crítica, el cual ha borrado después de enviar. Eso demuestra la clase de propietario que hay detrás de un negocio. El cliente no siempre tiene la razón, pero es inadmisible y vergonzoso recibir un Whatsapp insultando a un comensal solo porque no te gusta lo que ha dicho.

Pedimos el menú del día, por el precio que tiene no estuvo mal. La sopa castellana muy buena y las alubias me faltaban ser mas sabrosas para mi gusto. A partir de los segundos platos empezó a decaer la cosa. El entrecot se salva pero cuando lees hamburguesa esperas pues eso…una hamburguesa. Pero traen una base de pan de molde, que en mi caso iba quemada una cara. Cebolla caramelizada no, cebolla a la plancha sí. Mazacote de carne con perejil que sigo sin entender muy bien porque llevaba perejil y dos trozos de rulo de cabra del mercadona untados en vinagre de módena que no comprendo la manía tienen todos de decorar los platos con esto. Bueno, pues vale, nos lo comimos sin rechistar, no suelo quejarme. Pero a partir de ahí…15 minutos de reloj mirando y haciendo señas para el postre y nadie se acercaba a nuestra mesa a coger la nota…viendo la situación, cuando por fín se dan cuenta de que seguimos allí, pedimos el postre y pedimos café solo con hielo porque la señora de al lado se quejó de que el café con leche estaba muy aguado. 1,40€ robo a mano armada por un dedo LITERAL de café. Vale que te pido un café solo pero literalmente nos cobraron por medio chupito de café, incluso los vasos de chupito traen mas bebida que lo que nos pusieron. Fue vergonzoso, y para colmo el helado de galleta era un cubito de hielo que casi doblo la cuchara. De sabor estaba bien, pero ya de risas empecé con la cuchara a pegarle golpes porque era imposible coger un trozo, era todo hielo. Mi marido tuvo que pedir un cuchillo para poder partir el helado, irónico. Ni reclamé el café ni me quejé del helado, porque no merece la pena. Hace mas poner la reseña (que lo mismo la borran) que montar el numerito en el restaurante. Simplemente ni vuelvo ni lo recomiendo.